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La Esperanza

Francisco Silvera
Francisco Silverahttp://www.quenosenada.blogspot.com.es
Escritor y profesor, licenciado en Filosofía por la Universidad de Sevilla y Doctor por la Universidad de Valladolid. He sido gestor cultural, lógicamente frustrado, y soy profesor funcionario de Enseñanza Secundaria, de Filosofía, hasta donde lo permitan los gobiernos actuales.
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análisis

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Nos sentenciaron los clásicos que tendríamos cosas que harían hablar a las piedras… pero si algo he aprendido en mi periplo de comentador aficionado es a envidiar el silencio, y no el de mentira de Hugo Mujica que se expresa con la palabra poética, ni el exagerado de John Cage en su vacía 3’33» (que yo he imitado en un relato publicado en blanco total) o en su absurda y maravillosa Lecture on Nothing que recomiendo vivamente, sino el de esa carta que Lord Chandos escribio a Francis Bacon según Hoffmansthal (que me regaló con mucho tino un amigo recientemente) en la que la imposibilidad de expresar nada con exactitud y, lo que es peor, la confusión del objeto en la búsqueda de la Belleza: perdidos por la grandilocuencia, cuando lo más bello está junto a nosotros en lo nimio… todo eso nos lleva a la callada por respuesta.

Creo que ya he visto lo que quería ver. Ahora entiendo el silencio elocuente de tantos alemanes en los 40, porque cuando la masa ruge sólo cabe constatar que no hay marcha atrás y la heroicidad es otro engaño vergonzante que sólo tiene sentido ante hechos concretos y jamás en abstracto. A los seres humanos las ideas sólo nos sirven para justificar nuestras debilidades, he perdido toda esperanza. He reafirmado mi concepción individualista, sólo creo en la redención personal y en la acumulación caótica, cambiar la sociedad es una gilipollez como la de pretender estar por encima de la química que nos conforma, no existe ese «ente», ese «ghost in the machine» que se eleva sobre la materia… es mentira.

He perdido la esperanza, ¿qué podía hacer una berlinesa viendo el entusiasmo (empleo el término literal en lo que tiene de posesión divina) de sus congéneres, la fe del nacionalsocialismo en la Verdad, la confianza sin mácula en sus líderes, la determinación historicista en la búsqueda de la solución final? Quizá la conversación mientras no supusiera peligro vital… después el ocultamiento, y si me aprietan (y lo entendería): el silencio connivente para defender su propia vida y la de los suyos. El debate sólo es posible de persona a persona, las instituciones públicas sólo tienen sentido tomadas con el escepticismo absoluto de saberlas falsas, toda idea que vincule a un grupo sólo puede ser cierta instrumentalmente, porque si no: el grupo devora al individuo, pero de verdad, lo mastica, deglute y defeca hasta hacerlo poso de la Historia. Prefiero el humor inteligente a la boba solemnidad.

Estoy en redes sociales en las que, de repente, hay vacíos sobre ciertos temas porque sólo cabe la exclusión, el debate racional (ahora me planteo si existió) ha sido usurpado por una indiferencia aparente… cuando en realidad se ha impuesto la postura frente al otro de «eliminación de la excrecencia», la supresión de lo sobrante o lo imperfecto… este silencio forzado que nos evita ser verdugos o víctimas y nos sublima en nuestra cobardía emocional.

He perdido la esperanza. Lo he visto, hay una mayoría poderosa que prefiere sumarse (como en una especie de colmena interconectada) a la vehiculación de conceptos que casi nunca se entienden, rehuimos la responsabilidad individual de dar cuenta de lo que pensamos, preferimos la comodidad aunque eso ampare al asesino, al racista, al xenófobo, al capitalista dominante o al estatalista sovietizante… porque cuentan más las estrategias de la satisfacción inmediata que la vida de los otros: y eso es el ser humano, disfrazado de criatura social.

He perdido toda esperanza. A mí no se me olvida que la traducción verdadera del «animal político» aristotélico es que «sólo es humano el ciudadano», perdiendo la condición de igual, de persona, de ser humano mismo todo aquél que no goce de la condición «política»… El Estagirita viviseccionaba a esclavas para ver su estado de gestación…

He perdido todo atisbo de divinidad. Cada vez veo más claro la necesidad del apartamiento, de la soledad. Para vosotras, para vosotros la Fe, la Caridad y la Esperanza.

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