Nos revela el escritor, filósofo y controvertido activista, Noam Chomsky, que el sistema y sus precursores no solo dedican todo su afán en crear consumidores, sino que gestionan todos los recursos posibles para que a través de la publicidad dichos consumidores estén lo más desinformados posible, y ello, mediante la información que ellos les proporcionan.  Y es que la información puede ser también, o en mayor medida, una embaucadora desinformación, siempre que nos muestre o nos convenza a quedar bajo el control de creencias y actitudes consumistas.

La gran manipulación, según Chomsky, “consiste en crear deseos, y a partir de ahí controlar actitudes y creencias”. Al forjar deseos consigues que el ciudadano quede atrapado en la necesidad de alcanzar y saciar esos deseos como esencia y fundamento de la vida, como si de un Dios se tratara que ha forjado un maravilloso Edén, y al tiempo, pero sin dar cuenta de ello, un Edén controlado por el sistema que hace del ciudadano un títere previsible.

Y va más allá, pues al tratar de controlar a todos, instalará a la sociedad dentro de un sistema perfecto”,  pero un sistema perfecto de títeres manipulados que sacian unos deseos que aunque puedan parecer propios, solo son el producto y la finalidad de crear consumidores desinformados que van a tomar decisiones irracionales.  Todo ese conglomerado publicitario “nos presenta como debería ser la vida apropiada, y nos muestra e indica como debemos gastar el tiempo y el esfuerzo en consumir y apropiarnos de objetos o saciar deseos que no necesitamos”, y que, tarde o temprano, acabaran aburriéndonos.    Lo que no damos cuenta es que en ese trayecto, que con toda seguridad se repetirá como un bucle interminable, ellos, los precursores y forjadores de consumidores desinformados, son los auténticos y totales dueños de nuestro tiempo, y en ello, de nosotros mismos, aunque de manera ególatra y narcisista gritemos en alto que es una decisión nuestra.  De eso se trata, al crear el deseo en el ciudadano, lo empuja al siguiente paso, saciarlo, y a la creencia irracional de que él ha sido  quien tomó la decisión. 

Nos recuerda también que, esta desinformación esta implícita y contenida también en otros ámbitos,  cuando el sistema de representación democrático lleva a cabo las elecciones lo hace de la misma manera.  Quieren crear un electorado desinformado, que va a tomar decisiones irracionales a menudo en contra de sus propios intereses”.

 

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Escritor. En el 2003 publica el entrevero literario “El dilema de la vida insinúa una alarma infinita”, donde excomulga la muerte a través de relatos cortos y poemas, todas las muertes, la muerte del instante, la del cuerpo y la de la mente. Dos años más tarde, en 2005, sale a la luz su primera novela, “El albur de los átomos”. En ella arrastra al lector a un mundo irracional de casualidades y coincidencias a través de sus personajes, donde la duda increpa y aturde sobre si en verdad somos dueños de los instantes de nuestra vida, o los acontecimientos poco a poco van mudando nuestro lugar hasta procurarnos otro. En 2011 publica su segunda novela, “Historia de una fotografía”, donde viaja al interior del ser humano, se sumerge y explora los espacios físicos y morales a lo largo de un relato dividido en tres bloques. El hombre es el enemigo del propio hombre, y la vida la única posibilidad, todo se articula en base a esta idea. A partir de estas fechas comienza a colaborar con artículos de opinión en diferentes periódicos y revistas, en algunos casos de manera esporádica y en otros de forma periódica. “Vieja melodía del mundo”, es su tercera novela, publicada en 2013, y traza a través de la hecatombe de sucesos que van originándose en los miembros de una familia a lo largo de mediados y finales del siglo XX, la ruindad del ser humano. La envidia y los celos son una discapacidad intelectual de nuestra especie, indica el autor en una entrevista concedida a Onda Radio Madrid. “La ciudad de Aletheia” es su nuevo proyecto literario, en el cual ha trabajado en los últimos cuatro años. Una novela que reflexiona sobre la actualidad social, sobre la condición humana y sobre el actual asentamiento de la especie humana: la ciudad. Todo ello narrado a través de la realidad que atropella a los personajes.

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