Nadie daba un duro por Pedro Sánchez al inicio de la campaña de las Primarias más mediáticas de la historia del PSOE. Nadie, excepto las bases. Esas y esos militantes, la mayoría de a pie, que llevaban años sin identificarse con su propio partido. Parecía imposible ir contra el aparato y mucho más llevar la contraria a sus ídolos históricos, como Felipe Gonzalez, Alfonso Guerra o el propio José Luis Rodríguez Zapatero.

Con la opinión pública y publicada en contra, Sánchez ha sabido ganarse al socialista de a pie, a los miles de afiliados que habían dejado hace mucho de identificarse con los líderes de las puertas giratorias y con quienes habían dejado que su espacio natural lo liderara Podemos en este país.

El golpe de mando contra Sanchez no le ha salido gratis a Susana Díaz por la fatídica noche en que un PSOE se desgarraba por dentro, con un movimiento cainista y feroz, a los ojos de los españoles.

Hoy es el día de reconocer el triunfo indiscutible del hombre que lo arriesgó todo, hasta renunciar a su escaño y a un sueldo que para sí querrían la mayor parte de quienes ahora le han votado, para echar un órdago al aparato socialista con todo su poder, con los medios de comunicación a su favor -del aparato claro- y con una mochila cargada de fracasos electorales.

Es pronto para saber si España querrá a Sánchez de presidente, pero sus militantes lo han dejado claro. Con diez puntos de diferencia sobre Susana Díaz y con un resultado casi presencial de Patxi López, el secretario general electo tiene ahora por delante una difícil tarea de reconstruir un partido, romper con lo establecido hasta ahora, y no defraudar a quienes anoche le jaleaban hasta quedarse sin voz.

Hemos vivido por vez primera la derrota del poder establecido. Del poder político y también económico dentro del PSOE. Y ahora toca dar respuesta, con los medios y el resto de partidos en contra, a la militancia de base.

Ni Pedro Sánchez ha hecho la mejor campaña -alejado y protegido erróneamente de la Prensa- ni lo va a tener fácil a partir de hoy mismo. Pero es su momento, su oportunidad y tiene por delante un gran reto por el que ya entra en la historia socialista.

Nadie sabe dónde estaban ayer Felipe González, José Luis Rodríguez Zapatero y el aparato socialista en pleno, por no ver no vimos ni al presidente de la gestora, en la noche histórica del socialismo español cuyas bases dieron ayer la victoria a Pedro Sánchez. Pero lo que anoche sí vimos los periodistas que seguíamos desde Ferraz el resultado de las primarias, fue la alegría y la entrega de unos militantes que han dado la espalda a la historia reciente del PSOE y de la que no se sienten orgullosos.

Ojalá el triunfo de la rebelión de las bases sirva para que el PSOE por fin esté con un pueblo que ha vivido humillado y abandonado a su suerte, en plena crisis, por no poder hacer frente a hipotecas, a sus deudas y a quien se le ha negado el pan y la sal.

No le dejarán a Pedro Sanchez disfrutar mucho tiempo de su triunfo a juzgar por la mayor parte de los titulares hoy de la prensa española. Irá por él el poder mediático, el financiero, toda la oposición de su partido y hasta los de Podemos a quienes les venía mucho mejor que ayer ganara Susana Díaz.

Pero el secretario general electo ha ganado de calle y es su momento. Pese a quien pese, en un país que cada día se levanta sabiendo que un nuevo caso de corrupción cerca a los líderes populares, Sánchez merece liderar esta oposición al PP, porque así lo ha querido la militancia socialista. Es su momento pues, y hay que respetarlo.

2 COMENTARIOS

  1. me parece que los oligarcas del PSE no le van a dejar en paz. Dicen que el Partido es lo primero? Ya lo veremos.Felicifades Pedro.

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