En unas fiestas en honor a San Fermín, que debe sentirse muy orgulloso pues llevan celebrándose desde 1592, cada año del 7 al 14 de julio se hace de la agresión y del exceso bandera de tradición.

La gente siempre utiliza la tradición para justificar actos horribles; sin embargo, que algo sea tradición no significa que sea bueno, válido o correcto. Torturar y matar animales indefensos no debería celebrarse como una tradición. Las corridas de toros son una actividad cruel que debería existir solo en los libros de historia. Las corridas de toros son tortura, mutilación y asesinato de animales inocentes e indefensos.

Cada año, más de 40.000 toros son asesinados en festejos en España. La mayoría de los visitantes de las plazas de toros son turistas que nunca han visto una corrida y, al salir, muchos no querrían ver una nunca más. En los sanfermines un número muy alto de los corneados y heridos lo suponen turistas. ¡Ay, Ernest Hemingway, cuánto daño has hecho! No resulta sorprendente que uno de los apoyos más importantes de las corridas de toros lo constituya la industria del turismo. Las agencias de viajes y los promotores de las corridas o de las plazas, venden la corrida de toros como un espectáculo justo, un festival cultural. Pero lo que no revelan es que el toro jamás tiene la opción de defenderse contra la tortura de las armas del torero y su cuadrilla de hombres armados.

San Fermín es un ejemplo claro de esta explotación turística y de esta crueldad contra los toros; el exceso también se da cita en forma de abuso a las mujeres, que este año, tras los acontecimientos del año pasado parece habérsele puesto coto y no hay más denuncias que en cualquier fiesta patronal de una ciudad del tamaño de Pamplona. Y no, ni el vino ni la tradición justifican el abuso.

2 COMENTARIOS

  1. El toro de lidia no existiría si no fuese por las corridas de toros. A mi no me gustan las corridas de toros, y e visto unas cuantas, pero respeto a la gente taurina. Me encantan los encierros, pese a que conozco también lo mucho que sufren, en el trayecto a Pamplona y en el propio encierro. A pesar de ello, los toros me parecen espectaculares, y en concreto los que traen a mi querida Pamplona.
    De todas formas, creo que hoy y en día ya hay mucha menos gente taurina que consume este tipo de festejos, e irá a menos. Tarde o temprano dejarán de verse este tipo de festejos.

  2. En Barcelona esto era así… casi todos turistas… no creo que sea lo mismo en todos los sitios… pero hay muchos intereses y lo de la violencia a las mujeres es habitual (no excusable) en esas fiestas por el alchool y la sensación de impunidad que algunos tienen

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