Si este miércoles el comité ejecutivo del PP acepta las condiciones de Ciudadanos, ambas formaciones comenzarán a negociar un programa de reformas que se llevaran a cabo en el supuesto de que Rajoy sea investido presidente de gobierno. Se ha dicho que el punto esencial de esta legislatura será una nueva reforma laboral y de las pensiones. Si se examina los programas, se comprobará que los dos partidos tienen algo en común: la “mochila austriaca”. Una forma de capitalización de parte de la nómina de un trabajador que sirve de indemnización en caso de despido y de complemento para una pensión que implicará su sustancial rebaja a corto plazo.

Tanto en el programa de Ciudadanos, como en el del PP aparece la propuesta de la “mochila austriaca”. El Partido Popular la lleva desde las elecciones de 2011 pero no se atrevió a ponerla en marcha. También aparece en el último programa electoral. Ahora, con el apoyo de la organización de Albert Rivera, que también la incluye en su programa, es casi seguro que se asumirá por ambas partes y se pondrá en marcha. Otra cosa es que la izquierda parlamentaria permita su aprobación. Eso está por ver.

La “mochila austriaca” no es otra cosa que un sistema de capitalización original de Austria, de ahí su nombre. A cambio de suprimir la indemnización por despido, actualmente de a 35 días por año trabajado con el límite de 12 mensualidades en España, el empresario se compromete a aportar a un fondo, mensualmente el 1,5% del salario bruto, aunque el porcentaje es negociable en función de la situación de la empresa. En caso de despido, el trabajador puede utilizar ese dinero, además de cobrar la protección por desempleo. Si cambia de empresa, el trabajador se lleva el fondo. Si constituye su propia empresa o se hace autónomo, puede utilizar dicho fondo para financiar las inversiones iniciales. Y si lo mantiene hasta la edad de jubilación, le servirá de complemento de la prestación a que tenga derecho. Algo parecido a los actuales planes de pensiones, pero con la posibilidad de poder disponer de la cantidad acumulada en cualquier momento.

El dinero se depositará en un fondo financiero. La entidad que lo gestiona deberá invertirlo para obtener rentabilidad. En el supuesto de quiebra, el Estado garantizará su cuantía. Todo aparentemente fácil, seguro y beneficioso de no ser porque este sistema propuesto contiene varias trampas.

En primer lugar, permite a la empresa abaratar el despido de un trabajador hasta el coste cero, a pesar de que algunos expertos dicen que el objetivo final es premiar a las empresas que despidan menos y penalizar a las que abusen del despido, en las cotizaciones. En Ciudadanos argumentan que esta iniciativa facilitaría el “contrato único”, fijo e indefinido, al suprimir los costes del despido liberalizándolo totalmente. Incluso algunos entusiastas de la idea, como el Servicio de Estudios de BBVA, van más lejos y piden que en el “maletín austriaco” se incluya, también, el importe de las prestaciones por desempleo. En otras palabras que, a cambio de esa capitalización, el trabajador se quedaría sin derecho a la prestación por desempleo y sin indemnización por despido con los correspondientes deslizamientos legales que implica como son los salarios de tramitación.

En canto a las pensiones, la “mochila austriaca” permitirá la rebaja de las pensiones. El sistema de capitalización, soñado por la derecha empresarial en España, que se puso en marcha en la dictadura de Pinochet en Chile y que, ahora en este país, piden su supresión, sería una realidad. Lo que no han logrado con los planes de pensiones, se conseguiría a través de este sistema.

Y otra cosa. El empresario tendría que poner dinero, ¿a cambio de qué? La izquierda sospecha que la contrapartida es una sustancial reducción de las cotizaciones a la Seguridad Social, otra de las viejas reivindicaciones de la derecha económica, con lo que entraríamos en la pescadilla que se muerde la cola. Menos cotizaciones, menos dinero, menos pensiones o menor cuantía de las mismas. No parece la solución.

Y otra cosa muy importante a tener en cuenta. La crisis económica se llevó por delante los llamados “planes de pensiones de empleo” de casi todas las grandes empresas. Esos planes consistían en la aportación empresarial de un porcentaje del sueldo del trabajador a cambio de que éste pusiese una cantidad. Generalmente, si el trabajador aportaba el 1%, la empresa ponía el 2%. Si el trabajador, el 2%, la empresa el 4% y así sucesivamente. Pero esos planes de pensiones han quedado “congelados”. La duda que surge en los sindicatos es si “la mochila austriaca” no tendrá un final parecido a estos planes de pensiones de empleo.

Y es que, después de lo pasado, ya nadie se fía de nadie.

4 COMENTARIOS

  1. «El empresario tendría que poner dinero, ¿a cambio de qué? La izquierda sospecha que la contrapartida es una sustancial reducción de las cotizaciones a la Seguridad Social»

    ¿Sensacionalismo? Nooo que va.

  2. Yo tb quiero poder irme de una empresa sin avisar quince días y sin penalizacion. Si hay despido libre tb abandonar libremente, el trabajo de un día a otro. Sería lo justo.

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