El presidente de la gestora que dirige el PSOE, Javier Fernández, ha tardado más de una hora en comparecer ante los medios de comunicación para aclarar algo que no había quedado claro. La resolución aprobada “es imperativa”. Obliga a todos los diputados .No habrá ningún subterfugio. “Abstenerse no es irse. No es ausentarse del hemiciclo como pretenden algunos” Tampoco hay libertad de voto y “el PSC también deberá cumplir mandato”. Al menos eso espera. Fernández se reunirá con la dirección del grupo parlamentario para estudiar los detalles de la investidura. Pero todo ha quedado claro tras lo que él denomina “debate intenso, profundo y respetuoso en el que cada uno ha expuesto su postura”.

Un debate en el que, se han defendido dos posturas radicalmente diferentes. ¿Cuál de ella es la más asumible para un partido en crisis como es actualmente el PSOE? Es difícil responder a esta pregunta. Los partidarios del no dicen que la abstención no va a servir para ganar ese tiempo que necesita la organización para rearmarse y salir de dicha crisis.

Y es verdad. Rajoy puede convocar elecciones en cualquier momento. Incluso dentro de unos meses a pesar de que mantenga el propósito de permanecer cuatro años. Es muy probable que los estrategas de Génova se hayan planteado sacar adelante los presupuestos, y arreglar los problemas con Bruselas a propósito del incumplimiento del déficit. Y nada más. Una vez hecho esto, se convocarían elecciones anticipadas argumentando la “incomodidad” que supone gobernar en clara minoría y con control y oposición exagerada. Y entonces, el PP arrasaría. Obtendría, incluso, mayoría absoluta. Ese es el planteamiento que han hecho los partidarios del no que, además, señalan el coste político que, para el PSOE tiene, dar el poder a la derecha por primera vez en su historia.

Los argumentos de los partidarios de abstenerse son de sobra conocidos. El PSOE no puede ir a otras elecciones “porque sería perjudicial para el país”. Eso lo dicen oficialmente, pero todo el mundo sabe que lo que intentan es ganar tiempo. Convocar un congreso en el que se han de cerrar las profundas heridas que ha generado la crisis interna, revisar todo el programa, y perfilar una nueva estrategia que vuelva a atraer al electorado perdido en los últimos años. Y, por supuesto, elección, mediante primarias, de un nuevo líder.

Así vistas, las dos posiciones parecen razonables. Ha ganado la abstención, curiosamente defendida en esta reunión, por una antigua dirigente, la ex vicesecretaria general, Elena Valenciano. Reunión presidida por otro ex dirigente que conoce a la perfección los mecanismos de todas las agrupaciones, el ex secretario de organización, José Blanco. Está perfectamente claro que los ex dirigentes, apartados por Pedro Sánchez, son los que han ganado y los que volverán a controlar el partido apoyados por los barones, salvo los de Euskadi y Catalunya. La “renovación” ha sido enterrada.

1 COMENTARIO

  1. La única voz válida es la de los militantes socialistas que son los que hacen fuerte a un partido, no las impuestas por los «barones golpistas» que parece que sólo buscar salvaguardar sus propios intereses

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