DibujoTodo hacía prever que íbamos a ver un partido tipo Premier League al enfrentarse dos selecciones británicas. Sin embargo, no fue así sobre todo por factores externos al propio juego como, por ejemplo, el estado del césped de Lens que hacía imposible una circulación rápida del balón, algo que en Inglaterra es habitual. Eso sí, vimos un encuentro vibrante y emocionante que no se decidió hasta el último minuto.

Muchos analistas futbolísticos afirmaban que Inglaterra presentaba en Francia un plantel con mucha calidad, mezcla de juventud, veteranía y, sobre todo, mucha calidad. No obstante, los «Pross» siempre generan dudas en las grandes competiciones: llevan sin ganar ningún título desde que vencieron en 1.966 en su Mundial y lo hicieron de aquella manera (aún se sigue hablando de si el gol de Hurst en la final entró o no entró).

En el partido contra Gales recibieron un serio aviso porque sólo con calidad e intentando resolverlo todo a través de individualidades se te pueden atascar los partidos contra rivales inferiores muy motivados. Gales planteó un partido precisamente para frenar esas individualidades e intentar igualar su falta de calidad llevando el juego hacia el físico. Inglaterra estuvo a punto de marcar en los primeros minutos con una gran combinación entre Lallana y Sterling, pero éste no acertó. Los galeses estaban logrando su objetivo. El juego era insulso y lo único destacable era el espectáculo sano y deportivo que estaban dando las hinchadas. Sólo habría que reseñar una clara oportunidad de Sterling a la salida de un córner. Y así estuvimos hasta que en el minuto 40 Wayne Rooney derribaba al delantero galés Robson-Kanu. La falta, que no parecía muy peligrosa por la lejanía (unos 35 metros), fue lanzada con potencia por Gareth Bale. El portero inglés puso las manos blandas y el balón entró en la portería. Una cantada típica de un portero sobrevalorado como Hart. La sorpresa saltaba en Lens: Gales se adelantaba en el marcador.

El seleccionador inglés, Roy Hodgson, hizo dos cambios en el descanso viendo que con el tipo de juego de los galeses el partido se les podía escapar. La entrada del delantero estrella de esta temporada en Inglaterra, Vardy, y de Sturridge le dieron otro aire a los «Pross», aunque sin mucha efectividad porque seguían sin poder penetrar en el entramado defensivo galés. Hasta que llegó el minuto 56 en el que Vardy marcó el gol del empate aprovechando un error del defensa Williams que le regaló el balón con un despeje lamentable de cabeza. El gol espoleó a Inglaterra que se lanzó al ataque pero sin efectividad ya que el sistema defensivo galés provocaba que el dominio fuera ficticio y Hennessey viviera muy tranquilo. Todo indicaba que el partido terminaría empatado, un resultado que favorecía sobre todo a Gales que ya ganó en la primera jornada y que le daba prácticamente la clasificación para la ronda eliminatoria. Sin embargo, pasado un minuto del 90 Sturridge marcó el gol de la victoria.

Inglaterra deberá convertir la calidad de sus jugadores en competitividad porque, si no, volverá a defraudar las grandes expectativas puestas en ellos antes de comenzar el torneo. ESTADISTICAS INGLATERRA GALES

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