La capital británica es escenario de varias protestas en relación con el incendio el pasado miércoles de la torre Grenfell.  Decenas de personas irrumpieron en el Ayuntamiento de Kensington y Chelsea, en el oeste de Londres, para protestar por la falta de respuestas tras el incendio del 14 de junio en el que han muerto al menos 100 personas. Según informó la BBC, decenas de manifestantes lograron entrar en las dependencias del consistorio, mientras que otras muchas personas protestaban indignadas en el exterior.

Los gritos, manifestaciones también acosan a la Primera Ministra Británica, que ya ha recibido a familias de fallecidos y afectados por el incendio.

Los familiares de las víctimas del suceso y otros residentes acusan al Ayuntamiento y al Gobierno de haber desoído durante años sus quejas sobre las insuficientes medidas contra incendios del edificio y también de no atender adecuadamente a los supervivientes.

Tras momentos de tensión y la intervención de la Policía, los manifestantes, muchos de ellos familiares de las víctimas del incendio, abandonaron las dependencias municipales a fin de regresar a las inmediaciones de la calcinada torre Grenfell, donde se desarrollaba otra protesta. Otros ciudadanos marchaban juntos, en un ambiente de dolor e indignación, por el barrio de Kensington, y otros se congregaron también en la avenida gubernamental de Whitehall, en protesta por la reacción del Gobierno de la primera ministra conservadora, Theresa May, , que en su primera visita al lugar de los hechos no atendió a los residentes, sino que solo conversó con los servicios de emergencia. May visitó ayer a algunas víctimas refugiadas en la iglesia local de Saint Clement, pero volvió a evitar a la multitud congregada en el exterior, que la llamó «cobarde».

La reina Isabel II y su nieto y segundo en la línea de sucesión, el príncipe Guillermo, acudieron también ayer al lugar del suceso, en el oeste de la capital, donde conversaron con residentes y voluntarios que atienden a los afectados.

May tiene que marcharse

Cientos de personas se congregaron también delante del despacho y residencia oficial en Londres de la primera ministra británica, Theresa May, para protestar por la respuesta del Gobierno. La primera ministra, que está en una posición frágil tras perder la mayoría absoluta en las elecciones del 8 de junio, anunció ayer que se destinarán 5 millones de libras (5,7 millones de euros) a facilitar ayuda de emergencia a las víctimas del incendio. Los manifestantes marcharon por la avenida de Whitehall hasta la verja que conduce al número 10 de Downing Street, residencia de May y sede del Gobierno. «May tiene que marcharse», «Justicia para Grenfell» y «Sangre en tus manos» son algunos de los mensajes que corearon los presentes.

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