Sucedió en el siglo XX. La cultura, en este país, fue una herramienta prohibida para el pueblo en mano de la “the establishment” de turno. No es que el siglo XX fuese un saco sin fondo de incultura, es que es un mal endémico que venimos arrastrando desde los Reyes Católicos. En este trozo de tierra, cultura y educación, son consideradas como algo baladí. Los intentos tras la Ley Moyano de 1857, de reforma educativa (si podemos entenderla así) de la Institución Libre de Enseñanza y de la Segunda Republica quedaron en aguas de borrajas tras el golpe de Estado del dictador Francisco Franco. Las elites, demostraron nuevamente, que no les interesaba un pueblo culto, porque la cultura te hace ser libre. Escribió Francisco Giner de los Ríos: “Es muy difícil aprender si uno está hambriento”.

Conflicto social, político y bélico. Tres largos años de Guerra Civil y victoria del bando golpista. Fusilaron la novela, la poesía, la pintura, el teatro… fusilaron a Federico García Lorca. Represión y terquedad. La censura, con su azada, sesgó cualquier pensamiento crítico. La educación estuvo en manos de la iglesia y la enseñanza se utilizo para transmitir el ideal del Movimiento.

La Pasionaria. Uno de los logros, para mí el más importante, de la II Republica Española fue considerar a la mujer como ciudadana de pleno derecho. No se entiende el movimiento obrero y las luchas sociales sin la participación de la mujer. Hay quedaron nombres como Clara Campoamor, Victoria Kent, Federica Montseny, Lina Odena, Rosario Sánchez «La Dinamitera», la vasca Casilda Méndez….. y por supuesto la lucha por la liberación de la clase obrera de Dolores Ibárruri “La Pasionaria”.

Inspiro el “Guernica” de Picasso. El éxodo y exilio dejo a este país huérfano de cultura. Era más peligrosa la palabra, la pluma o el pincel que cualquier artefacto bélico, como los lanzados por la Legión Cóndor, de manera indiscriminada sobre Guernica y Luno. Hechos estos, que inspiraron el encargo que el Gobierno Republicano hizo al pintor malagueño, Pablo Ruiz Picasso.

Hubo un alzamiento. Odiosa expresión que se utilizo como propaganda franquista. Fue un Golpe de Estado en toda regla contra un Gobierno elegido legítimamente por el pueblo, contra una Constitución aprobada tras unas elecciones generales, que dio paso a uno de los enfrentamientos más sangrientos en la Europa del siglo XX.

Tuvo lugar en España. ¿Donde si no? En un país acostumbrado a reyes que traicionan a su pueblo, sátrapas que hacen de su despacho su particular Reino de Taifas, donde un garrotazo vale más que mil palabras, donde el odio se pagaba con la muerte. Por miles se contaron las victimas pero el dolor que dejo es infinito.

Dio paso a una dictadura. Cuarenta años en blanco y negro. Holocausto a la “española”, ejecuciones extrajudiciales. Atraso social, económico y político. Grupos de poder económico que estuvieron en contra de las reformas de la II Republica, ayudados por la Alemania de Hitler y la Italia de Mussolini, impusieron por la fuerza el “gobierno del terror” que se caracterizó por una represión brutal. Condeno al pueblo al ostracismo.

Nacionales y Republicanos. Lo escribió Antonio Machado, “»Españolito que vienes/ al mundo, te guarde Dios./ Una de las dos Españas/ ha de helarte el corazón». España, de las dos Españas y que ignora a otras muchas Españas.

Paró la liga de futbol. Las botas militares pararon la liga pero no el fútbol. En esas otras Españas, se crearon campeonatos e incluso gira de selecciones como la de Euskadi. La rabia de la sinrazón se desahogaba dando patadas a un balón.

Muchos se exiliaron. Y jamás volvieron.

Comparto que no fue una Guerra Civil lo que nos enfrentó, fue la incultura intencionada de un pueblo oprimido. Hasta ahí se puede entender este episodio negro de la historia de este país. Pero lo que me indigna y es vergonzoso, es cómo reaccionan dos concursantes en un programa de televisión cuando el presentador le lanzaba una batería de pistas, que he señalado con negrita en este texto, y cuya respuesta era la Guerra Civil. El desconocimiento, la incultura demostrada y respuestas como “El alzamiento del 2 de mayo”, “la democracia” o el “23 F” dejaron al descubierto las carencias, intencionadas o no, que tiene este sistema. Un pueblo que ignora su historia está condenado a repetirla y más cuando la cultura y el saber están más a mano que nunca. Vientos de ultraderecha resoplan en Europa, ciudadanos como los del programa son su objetivo. Estaremos atentos.

“La televisión es el espejo donde se refleja la derrota de todo nuestro sistema cultural” Federico Fellini.

 

1 COMENTARIO

  1. Ezequiel Arauz, tú eres un buen ejemplo del nivel cultural imperante en España al no saber distinguir entre «hay» y «ahí». Esta confusión es sonrojante viniendo de un periodista.

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