Hoy ha muerto una compañera de colegio, Lola Manteca.
Hoy ha muerto la chica de dieciséis años
a la que nunca volví a ver
desde que ambos terminamos el COU.
Nunca la he olvidado
y ahora que ha muerto
tampoco la olvidaré.
En mi recuerdo siempre será
guapa y maravillosa
excelente conversadora también.
En mi recuerdo jamás aparecerá
en su rostro ni una sola arruga.
Y nunca morirá.
En mi recuerdo,
y en el de todos los que la conocimos
y no volvimos a verla,
será siempre esa chica deliciosa
de dieciséis años. Amén. Será.
(En memoria de mi compañera de colegio, Lola. Y de mis propios dieciséis años que apenas recuerdo ya). 12 de junio de 2016. Gracias a Ángel Arteaga Balaguer, que ha mecanografiado mis palabras una vez más.
No teníamos ninguna foto, aunque Nazario me dijo que si conseguía una me la mandaba. He preferido pedirle a mi editor, el amable y siempre impecable Manuel Larios, que lo publicase, y si luego teníamos una foto que nos gustara y fuera adecuada la cambiábamos.
Son sólo unas palabritas, que intentan respirar entre la tristeza inevitable. Y va por todos, por todos mis compañeros de colegio, en el Pilar, y por cualquiera que ha perdido a otro ser humano antes de tiempo, cuando la máquina en teoría aún debía resistir más, o un poco más.
Mi afecto para todos
Javier Puebla