El presidente de EEUU ha decidido declarar la guerra a los jugadores del futbol americano. Trump pone en la diana a los jugadores de fútbol afroamericanos que hincan la rodilla contra la violencia racial y la crudeza policial cuando suena el himno nacional.

Un gesto que existe mucho antes de que Trump aspirara si quiera a la Casa Blanca pero que el propio presidente está convirtiendo en un gesto contra lo que representa desde su llegada al Gobierno.

El nuevo conflicto comenzó cuando Donald Trump instó a los dueños de un equipo de fútbol americano a despedir a los jugadores que en un partido hicieron una señal contra el racismo.

El presidente estadounidense hizo esta recomendación el viernes, enojado por la decisión de algunos jugadores de la Liga Nacional de Fútbol Americano (NFL, por sus siglas en inglés) de no ponerse de pie durante la interpretación del himno nacional de EE.UU. en protesta por las políticas del Gobierno.

“¿No os encantaría ver como uno de los dueños de la NFL dijera: Saque a ese hijo de p*** fuera del campo ahora mismo. Está despedido, cuando no respeta nuestra bandera?”, dijo en un acto público en Alabama.

Trump llevó también su furia a Twitter. En esta red social escribió el sábado que si los jugadores de la NFL quieren el privilegio de tener salarios altos, “deberían representar el himno nacional. Si no, estás despedido. ¡Encuentra algo más que hacer!”.

El sábado, el comisionado de la NFL, Roger Goodell, en una crítica a las declaraciones del magnate neoyorquino, las consideró “una desafortunada falta de respeto” hacia la entidad y sus jugadores y enfatizó que la NFL defenderá el derecho de libertad de expresión de sus miembros.

Los jugadores ganadores del equipo que ha ganado la liga ya ha anunciado que acudir a la Casa Blanca ha dejado de ser un honor desde que Trump la preside.

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