Está a punto de cerrar el curso político, con sus señorías bien pertrechadas recibiendo pingües salarios que incluyen viajes, desplazamientos, dietas, aunque se encuentren en pleno agosto. La crisis llegó y se quedó, España crece económicamente, algunos han mejorado, pero los más humildes siguen en la miseria, y lo que les queda. Por este camino llegará un momento, cuando se vaya produciendo la desaparición de la generación que está manteniendo con sus pensiones a muchos parados, en que es posible que nos colocaremos en situación de conflicto social. El que avisa no es traidor.

Para acabar la fiesta, nos queda la esperada declaración de Rajoy. ¿Se atendrá al guion oficial de no saber nada?, ¿está en disposición de comportarse de esta forma el que ha pasado por todos los escalafones del PP, empezando por cabo chusquero hasta capitán general? No creo, alguna variante introducirá porque el juez, por muy “comprensivo” que sea, puede ser víctima de un ataque de rabia al verse una y otra vez engañado por la plana mayor del PP y sus increíbles ataques de amnesia. Estaremos al tanto por si Rajoy nos deja alguna perla de importancia política. Lo que está claro es que no podrá comportarse como suele hacerlo. Le queda un mal trato. Se lo merece. Y más.

Si nos piden un breve resumen de lo ocurrido este curso político, lo podemos resumir en CANSANCIO, ¿por qué?, porque los dos temas estrella han sido las dos “ces”: Cataluña y corrupción, dichas por riguroso orden alfabético. La primera “ce” ya va para largo. ¿Cuándo se verá luz en este proceso? Desde que luego que ya va para largo, por la intransigencia del PP, principal culpable de la situación. ¿Quién le mandaría llevar al Tribunal Constitucional el Estatut, que suponía un consenso que abarcaba a todo el arco parlamentario de Cataluña excepto al PP. A estas alturas, nadie negará que aquello supuso una de las torpezas más nefastas, y son muchas, de las cometidas por los populares en su ya larga trayectoria política. ¿Cómo se sale de este callejón sin salida? Será complicado, pero cualquier solución que se tome tiene que eliminar togas de en medio y dejar que trabajen los políticos, lo que forzosamente tiene que suponer que Rajoy y el PP abandonen el gobierno y pasen durante un periodo prolongado a la oposición, y a ser posible que no sólo sea en el gobierna de España, sino también en las comunidades autónomas y el máximo número posible de ayuntamientos.

La otra gran “ce”, la corrupción, que debería estar solventada hace tiempo, no hay forma de verle el final, lo que produce un Agotamiento popular que no sé por dónde puede llegar a salir, porque la gente no soporta más que mientras que mucha gente no tiene ni para comer, otros se estén llevando el dinero a sacos, y encima con la sonrisa en la boca y con excusas de argumentario que ya nos suenan a cuentos chinos: “manipulación”, “manía persecutoria contra el PP”, “conspiraciones externas”. Por eso, recomiendo el siguiente modus operandi: cuando surja un nuevo caso de corrupción, que surgirá, cuando los líderes del PP salgan con el mismo discurso de siempre, que nadie les escuche, ni tampoco a los periodistas afines. Que se comporten como la “voz que clama en el desierto” y que, a falta de soluciones cortoplacistas, que por lo menos “no nos jodan la vida”: excelente nombre para una campaña recién iniciada por Izquierda Unida Verdes, que supone la participación de toda la organización en la resolución de los problemas de la gente. Con ella hay que estar porque es la gran necesitada, pero a su vez la gran olvidada.

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