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“Habría que preguntar qué es una ‘buena’ novela negra”

Tras el éxito de su primera novela, Aguacero, Luis Roso confirma con Primavera cruel su excelente mano para el thriller con las andanzas del inspector Trevejo

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análisis

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El inspector de la policía franquista Ernesto Trevejo es un vividor en plena grisura de un régimen que lo ensombrecía todo, y su creador, Luis Roso, ha visto en él un filón con el que poder ser fiel al deseo de miles de seguidores que se quedaron prendados de sus andanzas detectivescas en la primera novela de este joven escritor cacereño, Aguacero. Ahora, en Primavera cruel debe resolver el crimen de un hombre armado en El Pardo, en las inmediaciones de la residencia del mismísimo dictador. Roso nos hace palpar y hasta mascar con suma maestría al rancio ambiente de un régimen que olía a algo inconcreto y desagradable entre la naftalina y la podredumbre. Bienvenidos a la España del inspector Trevejo, todo un descubrimiento.

“Para escribir una novela que sea bien recibida solo hay que tener una buena idea y luego escribirla correctamente”

 

El inspector Ernesto Trevejo vuelve a la carga después del exitoso comienzo de Aguacero, hace apenas dos años. ¿Augura un trabajo intenso para su protagonista en los próximos años?

Ojalá. Yo por mi parte estoy dispuesto, todo dependerá de cómo sea la acogida por parte de los lectores. Si Primavera cruel tiene el mismo recibimiento que Aguacero, habrá más aventuras de Trevejo.

 

¿Cómo es Trevejo?

Es un vividor, un libertino dentro de lo que lo permite la estrecha moral de la época. Es un policía del régimen de Franco, que no tiene grandes dilemas interiores para ejercer su trabajo, ya que, a pesar de no ser un fanático ni un adicto al régimen, tampoco es ningún idealista ni un opositor. Asume su papel en la sociedad miserable y gris en que vive, y se plantea su existencia siempre con una visión irónica de la realidad, lo cual a veces le trae de cabeza. Pero es valorado como investigador por sus superiores.

 

¿Cree haber dado con la piedra filosofal de la novela negra o la clave del éxito en este complicado universo es sólo una concatenación de casualidades?

No creo que haya ninguna piedra filosofal ni ninguna clave. Al final, para escribir una novela que sea bien recibida solo hay que tener una buena idea y luego escribirla correctamente (lo cual, claro, no es nada fácil). En mi caso, como en el del resto, uno nunca sabe si su idea es buena o si está bien escrita hasta que no recibe el feedback por parte de la crítica y los lectores. No hay ninguna clave que te permita saberlo con anterioridad.

 

¿Se atreve a avanzar los principales ingredientes que hacen de una novela negra una buena novela negra?

Más bien habría que preguntar qué es una “buena” novela negra. Hay novelas negras que están objetivamente mal escritas (no daré nombres) pero que sin embargo te atrapan desde la primera hasta la última página, y novelas muy bien escritas desde el punto de vista literario que sin embargo no acaban de atrapar. No hay ningún ingrediente especial, sino que todo depende cómo se combinen los ingredientes. Hay novelas negras muy pesimistas que son geniales (muchas de la novela nórdica), novelas negras con un matiz político importante (las de Vázquez Montalbán), y hasta novelas negras en clave de humor (Eduardo Mendoza). Una buena novela será aquella que, por un motivo o por otro, le guste al lector, y en cuestión de gustos nunca hay manera de saber cómo acertar el cien por cien de las ocasiones.

 

El ritmo narrativo, ¿se nace con él o es posible aprenderlo con el paso del tiempo?

Todo se aprende y se puede mejorar, por más que haya autores que tengan más facilidad. A modo de ejemplo, se puede citar a Vargas Llosa, que dice que cuando leyó a Faulkner lo hacía con lápiz y papel a mano para anotar cómo estaban estructuradas sus novelas. El ritmo y el estilo son dos áreas más que hay que trabajar.

“No tengo ningún problema en que me encasillen como autor de novela negra”

 

Cuando un escritor comienza a tener éxito entre el público en general, ¿considera que en cierto modo pierde su independencia total a la hora de escribir y sucumbe al designio de la demanda?

No lo tengo claro. En mi caso, haber tenido cierto “éxito” me ha servido más como una liberación que como otra cosa, ya que el tener la seguridad de que los lectores han reaccionado bien a mi anterior obra me permite dar rienda suelta a mis personajes en la siguiente, con cierta confianza en que volverán a gustar al público. Yo desde luego me siento muy independiente, y si alguna vez no publico algo será porque yo no lo considero suficientemente bueno, no porque crea que no vaya a gustar.

 

 

Usted no conoció la dictadura más que en los libros de texto, e incluso lo acaecido en la Transición le pilla lejos. Entonces, ¿qué le movió para ambientar su Primavera cruel en aquellos grises años 50 de la España franquista?

Los años 50 son una época cercana temporalmente, pero muy lejana en valores para la gente joven como yo. No la conocimos ni podemos imaginar cómo tenía que ser vivirla más que a través de nuestros abuelos y, en mi caso, a través de la literatura de la época (Delibes, Cela, Laforet, etc.), de los que partí para mi documentación. Me interesaba adentrarme a una época que fuera a la vez cercana y lejana, un contexto complejo pero muy interesante desde el punto de vista literario.

 

Todo escritor tiene siempre un hueco en su página de agradecimientos para mentores que influyeron en su trayectoria profesional. ¿De qué literatura surgió la de Luis Roso?

No lo sé. Soy filólogo de vocación y profesión, y he leído y analizado muchas lecturas, y no tengo referentes ni favoritos. Solo algunos que me gustan, pero no creo que se pueda hablar de influencias. Además de a los clásicos del siglo XX españoles (Delibes, Cela, Laforet, Ferlosio, etc.) podría citar a Monterroso o Borges.

 

¿Teme ser encasillado como escritor de novela de género, o todo lo contrario, es un aliciente?

No tengo ningún problema en que me encasillen como autor de novela negra, porque es un género que seguiré practicando, pero tengo muy claro que tarde o temprano escribiré otros géneros (tengo 29 años, no puedo pasarme toda la vida haciendo lo mismo). Habrá lectores que solo les interese mi faceta de autor de novela negra, pues bien, están en su derecho. A otros les interesarán otras facetas mías cuando publique otros géneros. A algunos les gustará todo lo que haga, y a otros nada de lo que haga. Y todos tendrán razón.

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