Hablemos en serio si hablamos de igualdad

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A veces se escuchan unas cosas a las que cuesta dar crédito. El caso más reciente ha sido la intervención de Ángela Rodríguez, que en nombre de Podemos intervenía en sede parlamentaria, para hacer el ejercicio más esperpéntico de defensa de la igualdad, o eso debía creer ella, que hemos visto en los últimos tiempos.

Se debatían en el Pleno dos Proposiciones no de Ley relativas a la ley integral contra la violencia de género de 2004 y por fin todos los partidos estaban de acuerdo en la necesidad de un gran Pacto de Estado que ponga fin a la cara mas espeluznante de la desigualdad.

Su señoría se subía al escaño dispuesta a asaltar los cielos, en este caso más bien el infierno de la desigualdad. Pero olvidó algo básico, en política como en la vida hay que saber de qué se habla y hacerlo con un poco de “sentidiño” . Por eso cuando se sube a una tribuna a defender la igualdad y a hablar de violencia de género deberían evitarse ocurrencias como la pronunciada por su señoría, a saber: “no queremos machismo de los prostíbulos”. La frase en si misma es de una soberana estupidez, además demuestra el escaso conocimiento que tiene quien la pronuncia sobre el tema del que está hablando. Dicen en mi tierra que “o falar non ten cancela”. Hay quien no es que hable sin “cancela”, habla sin tener ni idea de lo que dice.

La prostitución es machista en si misma, ¿o piensa esta buena señora que una vez satisfecho lo estipulado, existe alguna relación igualdad? Es lo que es y conviene no darle más vueltas. 

Oigan miren, esto de la igualdad no es, ni debe de ser un aderezo más de un discurso pretendidamente progresista, un adorno más que le pone la guinda al pastel. Cuando hablamos de igualdad, estamos hablando de algo muy serio, tan serio como que es una evidencia que el machismo mata.

En cualquier caso, la frase de su señoría pone de manifiesto los tiempos que se nos vienen encima. Damos las gracias a los y las socialistas por sus leyes, pero tenemos la soberbia infinita de seguir dando lecciones y decirle a la bancada socialista si se va a atrever a “ hacer políticas feministas con nosotras”. Una se queda estupefacta.

Visto lo visto, en lo que a igualdad se refiere, más ganarían escuchando a quienes llevan mucho, pero mucho tiempo trabajando. Bien les vendría un poco más de humildad y de paso de memoria. El feminismo no nació con Podemos por mucho que hayan hecho suyo el color morado. Tenemos referentes y maestras a las que hay que reconocer, que han peleado para intentar revertir la situación. Si hay algo que hacemos las feministas es poner en valor el trabajo de las mujeres que estuvieron antes que nosotras y en esta lucha, como en tantas, “los experimentos con gaseosa”.

La buena noticia es que el Pleno aprobó por unanimidad suscribir un más que necesario Pacto de Estado en materia de Violencia de Género. Para articular dicho pacto se creará una subcomisión que, en el plazo de cuatro meses, emitirá un informe que identifique las causas que impiden avanzar en la erradicación de la violencia de género y contendrá propuestas de actuación concretas. Además, se creará una comisión de seguimiento del pacto.

Parece que por fin, todos los partidos han decidido ponerse manos a la obra. Se lo agradecerán las mujeres que viven aterrorizadas, se lo agradecerán las familias que tienen que enterrar a sus madres, hijas, hermanas; asesinadas a manos de hombres que las consideran de su propiedad y se lo agradecerá la sociedad en su conjunto. Una sociedad cansada, harta, indignada, que ve como cada año son más los nombres que se suman a una lista vergonzante.

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