El sevillano Antonio Pradas, secretario de Política Federal del PSOE, junto a Pedro Sánchez.

El nuevo retraso sine die del 39 Congreso Federal del PSOE anunciado por la dirección socialista desde Ferraz ha abierto definitivamente la espita de la guerra total con San Vicente, calle sevillana donde se ubica la sede andaluza del PSOE que dirige la baronesa Susana Díaz, aspirante sin pausa pero con prisa a arrebatarle el trono socialista al secretario general, Pedro Sánchez.

El anunció del retraso desde Madrid volvió a coger a contrapelo a los socialistas andaluces pese a que Ferraz asegura haber consensuado “ampliamente” con la mayoría de las federaciones territoriales la decisión del aplazamiento tras ser “pulsadas” en busca de puntos de acuerdo. A través de su secretario de Organización, Juan Cornejo, el PSOE andaluz ha querido dejar en el aire las espadas desenvainadas con un argumento de supuesta templanza: esperar que pasen los días y los ánimos se atemperen en la dirección socialista andaluza para no volver a torpedear la estrategia del secretario general de formar gobierno en España, una tarea que este miércoles quema su último cartucho en la reunión de Pedro Sánchez con el líder de Podemos, Pablo Iglesias, antes de que se convoquen automáticamente unos nuevos comicios el 3 de mayo.

Los socialistas andaluces sabían de antemano que no les convencerían las explicaciones y argumentos de la dirección nacional del partido para templar los ánimos de la federación territorial más importante que tiene y ha tenido históricamente el PSOE, Andalucía. De ahí que intenten ganar tiempo anunciando que esperarán las excusas que dé Ferraz  por el nuevo retraso en el trascendental congreso del partido. Saben ya que las aspiraciones de su lideresa han quedado desmanteladas hasta, al menos, después de unas previsibles nuevas elecciones generales o, como mínimo, un gobierno de transición.

En la entrevista radiofónica de Pedro Sánchez en la Ser un día después del anuncio del retraso sine die del Congreso del partido, el aún líder socialista mantiene una argumentación que no convence en absoluto a sus compañeros andaluces, y así se lo harán llegar en la cita de este sábado en el Comité Federal. Sánchez cree que su “coherencia” se basa en “acompasar los tiempos del PSOE con los tiempos de España”. Ya Susana Díaz tuvo que contenerse en su día cuando afirmó rotunda en un primer instante que la cita del Congreso tocaba cuando tocaba, es decir, en febrero, para poco después desdecirse por el “bien del partido” y de “España”.

A todas luces, parece que el último encuentro que Sánchez mantendrá con Pablo Iglesias en unas horas para buscar puntos de confluencia para un gobierno de coalición se saldará con el enésimo fracaso, ya que el líder socialista sigue empeñado en un pacto transversal a derecha e izquierda con Ciudadanos y Podemos, estrategia del líder socialista que incluso ha provocado un serio cisma no solo en el seno socialista sino también en el de la formación morada, con el silencio más que atronador de su número dos, Íñigo Errejón.

Aunque Sánchez sigue mirando por el retrovisor los pasos de la baronesa andaluza, de cara a la galería sigue intentando mostrar tranquilidad y capacidad incuestionable de liderazgo desde que accedió a la Secretaría General del partido el 26 de julio de 2014. “Hace lo que puede”, asegura no sin cierta sorna el secretario de Organización del PSOE andaluz.

Aunque Sánchez sigue mirando por el retrovisor los pasos de la baronesa andaluza, de cara a la galería sigue intentando mostrar tranquilidad

El líder socialista niega que este retraso del Congreso esté directamente relacionado con la carrera interna con Díaz por el liderazgo del partido. Es más, argumenta que a él mismo le hubiera interesado que el Congreso se celebrara cuanto antes, sobre todo después del amplio respaldo cosechado entre los afiliados a su pacto con Ciudadanos y, por consiguiente, a su estrategia para ser investido presidente del Gobierno.

Cien días después de haber obtenido el peor resultado de su historia en unas elecciones generales, como le recordó a Sánchez la propia Susana Díaz horas después del 20-D, el PSOE sigue navegando en aguas turbulentas mientras la tripulación a bordo aguarda la señal que dé comienzo al motín. Paradójicamente, el único que puede evitar esta situación de insospechadas consecuencias no tiene carné del PSOE y lleva el mismo nombre del fundador del partido el 2 de mayo de 1879: Pablo Iglesias.

 

 

1 COMENTARIO

  1. Compañeros: dícese de aquellos que prefieren verte morir antes que verte aliado con otros. A todo el bochorno de la corrupción y la incompetencia hay que añadir en el Psoe hoy la evidente y triste falta de compañerismo. Entiendo que debería ser momento de luchar entre hermanos, sino lo más posible. Claro que yo sólo soy un pobre hombre. Ingenuo. Optimista.

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