Guerra total en el PSOE para derrocar a Sánchez

Los líderes territoriales se movilizan para cambiar radicalmente de estrategia y líder si se celebran nuevas elecciones

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pedroA día de hoy, Pedro Sánchez es secretario general del PSOE, pero en ningún caso candidato socialista a las nuevas elecciones generales en caso de tener que repetirse este diciembre próximo, como así se lo recuerda desde el poderoso cónclave socialista andaluz su número dos, Juan Cornejo. “Siempre ha pensado que cada partido tiene que resolver sus candidatos”, en alusión a la idea lanzada días antes por el ex presidente Felipe González sobre la idoneidad de que todos los líderes actuales en liza, no solo el socialista, abandonen la lucha presidencial en caso de tener que celebrarse nuevos comicios. De este modo tan solapado quedaría abierta la pugna por el poder en Ferraz, después de los criticados contactos emprendidos por Pedro Sánchez con todas las “fuerzas del cambio” en un intento de huida hacia delante para ganar tiempo a la hora de mantener el liderazgo del partido, una tarea cada vez más titánica a tenor de los continuos órdagos que le lanzan a diario históricos como el expresidente González y otros líderes territoriales.

“Es una cuestión del partido cuando llegue el momento”, apunta Cornejo. A esta advertencia se suma la ruptura prácticamente total de los puentes de conexión de Ferraz con las baronías territoriales más rebeldes, como son los casos de Asturias, Andalucía, Extremadura o Castilla-La Mancha, por ejemplo.

Este nuevo “procedimiento de elección” pasaría sin duda alguna por la celebración de un nuevo comité federal que ponga unas nuevas bases estratégicas a corto y medio plazo para el PSOE, un partido que lleva varias elecciones consecutivas perdiendo votos a miles allí donde se presenta. Pedro Sánchez se resiste a confirmar una fecha, dada las circunstancias de interinidad política que atraviesa la gobernabilidad del país, y también de paso para prolongar si cabe la posible rebelión interna cada vez más creciente a tenor de declaraciones como las de Felipe González o de algún que otro barón como Guillermo Fernández Vara o el número dos de Andalucía –Susana Díaz mantiene un estratégico silencio desde antes del 26-J con la vista puesta claramente en el asalto definitivo a la política nacional–.

La fecha de inflexión ineludible será el 25 de septiembre, cita con las urnas en Galicia y País Vasco. Los últimos sondeos no auguran ni mucho menos resultados de recuperación para la formación socialista en ambos territorios históricos. De ahí que ya se estén escuchando voces discrepantes en el seno de la cúpula socialista ante la sorprendente estrategia emprendida por Sánchez para repartir responsabilidades tras el fracaso de la investidura de Rajoy y el no recibido por parte de la bancada socialista.

Sánchez sigue sin contemplar una posible abstención en caso de que Rajoy decida presentarse de nuevo a otra investidura antes de finales de octubre. Esta actitud sigue sin ser comprendida ni compartida por algunos líderes de peso en el PSOE, que solo bareman ejercer la oposición y dejar gobernar a PP con Ciudadanos gracias a su abstención.

De momento, ha dejado claro que Pedro Sánchez no es aún el candidato de unos hipotéticos nuevos comicios: como en otras ocasiones, «tendrá que tener lugar el procedimiento de elección», no sólo de las cabezas de lista, sino de todos los integrantes, «como pasó para el 26J».

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