El pasado domingo, Guardiola, haciendo uso de la libertad de expresión y reunión, que garantiza la democracia española a través de su Constitución, leyó un manifiesto sobre el referéndum independista. Algo normal en cualquier democracia, que no debe hacernos olvidar las dificultades que tienen muchos catalanes, que viven en Cataluña, para poder expresar sus ideas a favor de la convivencia y contrarias a la ruptura constitucional. O las dificultades cuando quieren animar a la selección española de futbol en la que él jugó.

Los siete párrafos que ese manifiesto, suponen un paso más hacia el abismo de la intolerancia y la imposición de unas ideas, que no son compartidas por amplios sectores de la población. Pero que pretenden imponer a la sociedad catalana y española.

Lo grave, es que sitúan la realidad política, social y económica de España en una situación muy compleja y delicada, donde la inteligencia y la firmeza son imprescindibles para evitar más conflictos, frustraciones e ilegalidades.

En este sentido, reiterar, sin aspavientos pero con firmeza, que no se aceptan chantajes y que en democracia nadie está por encima de la ley. Y nadie es nadie. Aunque el lector del manifiesto haya sido escogido para tener mayor repercusión internacional.

Por eso, frente a la infamia de los siete párrafos del manifiesto independentista, el futuro de España pasa por la convivencia, la prosperidad, el diálogo y el bienestar. Pensaban refutar, de nuevo, una a una las mentiras y el victimismo de los independentistas. Pero me parece más adecuado entrelazar estos párrafos del manifiesto leído por Guardiola, que son los de la frustración, la mentira y el fracaso, con el Preámbulo de la Constitución, que es el futuro por el que deben transitar los españoles. 

Párrafo primero del manifiesto “Hoy estamos aquí para dejar claro que el próximo 1 de octubre votaremos en un referéndum para decidir nuestro futuro. Votaremos aunque el Estado español no lo quiera. Hemos intentado acordar este referéndum hasta 18 veces y la respuesta siempre ha sido No, ignorando el apoyo del 80% de la población y menospreciando la rotunda mayoría con la que cuenta en el Parlamento. No tenemos otra salida: la única respuesta es votar.”

Preámbulo de la Constitución española: “La Nación española, deseando establecer la justicia, la libertad y la seguridad y promover el bien de cuantos la integran, en uso de su soberanía, proclama su voluntad de: Garantizar la convivencia democrática dentro de la Constitución y de las leyes conforme a un orden económico y social justo.”

Párrafo segundo: “Los catalanes hoy somos víctimas de un Estado que ha puesto en marcha una persecución política impropia de una democracia en la Europa del siglo XXI. Un ministro de interior Interior que conspira para destruir la sanidad, unidades de policía política que elaboran pruebas falsas contra nuestros gobernantes, inhabilitación y persecución judicial contra el presidente de la Generalitat por poner las urnas.”

Preámbulo de la Constitución: “La Nación española, deseando establecer la justicia, la libertad y la seguridad y promover el bien de cuantos la integran, en uso de su soberanía, proclama su voluntad de: Consolidar un Estado de Derecho que asegure el imperio de la ley como expresión de la voluntad popular.

Párrafo tercero del manifiesto independentista: “Todos conocemos los intentos para acabar con el modelo de escuela catalana, pilar de la cohesión social. Y del bloqueo de las inversiones en nuestras infraestructuras, como los puertos, el aeropuerto o los trenes…”

Preámbulo de la Constitución: “La Nación española, deseando establecer la justicia, la libertad y la seguridad y promover el bien de cuantos la integran, en uso de su soberanía, proclama su voluntad de: Proteger a todos los españoles y pueblos de España en el ejercicio de los derechos humanos, sus culturas y tradiciones, lenguas e instituciones.”

Párrafo cuarto del manifiesto independentista: “Hoy el Estado español persigue incluso el debate político. Una amenaza extensible a todos los demócratas: al Gobierno, al Parlamento, a su presidencia y a su mesa. Incluso a la función pública  y a nuestros empresarios que se ven presionados por la fiscalía y la policía judicial. Es inédito y democráticamente insostenible. Este escándalo político solo se revierte con más democracia.”

Preámbulo de la Constitución: “La Nación española, deseando establecer la justicia, la libertad y la seguridad y promover el bien de cuantos la integran, en uso de su soberanía, proclama su voluntad de: Promover el progreso de la cultura y de la economía para asegurar a todos una digna calidad de vida.

Párrafo quinto: “Por todas estas razones pedirnos a la comunidad internacional que nos ayude. Apelamos a todos los demócratas de Europa y del mundo a que nos apoyen en la defensa de los derechos hoy amenazados en Cataluña, como el derecho a la libertad de expresión política y el derecho a voto; a enfrentarnos a los abusos de un estado autoritario. Los catalanes votaremos este 1 de octubre, y cuando el Gobierno de Cataluña cumpla con el mandato democrático no estará solo.”

Preámbulo de la Constitución: “La Nación española, deseando establecer la justicia, la libertad y la seguridad y promover el bien de cuantos la integran, en uso de su soberanía, proclama su voluntad de: Establecer una sociedad democrática avanzada.”

Párrafo sexto: “Además, de la mayoría democrática del Parlamento, el Gobierno debe saber que todos y cada uno de nosotros estaremos a su lado.”

Preámbulo de la Constitución: “La Nación española, deseando establecer la justicia, la libertad y la seguridad y promover el bien de cuantos la integran, en uso de su soberanía, proclama su voluntad de: Colaborar en el fortalecimiento de unas relaciones pacíficas y de eficaz cooperación entre todos los pueblos de la Tierra.”

Párrafo séptimo: “Ahora que quieren secuestrar la voz de la democracia, más que nunca, acudiremos a las urnas y defenderemos con todas nuestras fuerzas la democracia y a nuestros representantes. Estamos comprometidos con ello. No fallaremos.”

Pluralidad, sí. Reforma de la Constitución y pactos, sí. Imposiciones y romper la democracia, no. Aunque esté Guardiola.

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