Fue en 1886 cuando la historia del primero Mayo empezó a forjarse como consecuencia de la lucha obrera de la clase trabajadora de los Estados Unidos que clamaban en las calles el establecimiento de la jornada laboral de ocho horas y la necesaria protección de sus derechos, esos que eran vilipendiados por el poder a favor del menor reparto de las plusvalías posibles entre la mano de obra que las hacían posible. Era el desequilibrio entre quienes arriesgaban y quienes trabajaban en el reparto de las obligaciones y derechos lo que fue germinando las semillas de la ira de una clase obrera que tomaría las calles el uno de Mayo de 1886 para clamar la obligatoriedad de las ocho horas laborales bajo la filosofía de las “Ocho horas para trabajar, Ocho horas para dormir y Ocho horas para la Casa” . Y como no puede ser de otra forma, cuando el pacto no se da y el equilibro no se busca surgen las diferencias y la lucha de clases que sólo vienen a generar espacios de crisis en las sociedades que no son capaces de buscar los consensos.  Así ocurrió en aquellos años en los que los enfrentamientos sangrientos entre policía y trabajadores hicieron de ciudades como Chicago espacios de guerra abierta entre quienes clamaban por sus derechos y libertades y quienes defendían el Status Quo existente hasta eso momento.  No sería hasta 1889 cuando el Congreso Obrero Socialista de la Segunda Internacional declararía el 1 de Mayo como el día del trabajador en recuerdo a los mártires y víctimas de la represión obrera.

Hoy han pasado ya ciento treinta y un años desde aquellos fatídicos hechos que dieron lugar al nacimiento del primero de Mayo, años en los que el avance de los derechos y libertades de la clase trabajadora se han logrado a base de acción y  lucha, esa que ha permitido avanzar en las conquistas de espacios, esos que hoy como consecuencia de la crisis económica y el cambio de ciclo en el marco de la cuarta revolución están en peligro, siendo necesaria su readaptación y defensa en tiempos en los que más que nunca el sindicalismo debe avanzar hacía un nuevo concepto de lucha obrera , lucha que necesariamente deberá llevar al acuerdo de todas las partes participantes en el sistema productivo de un país como el nuestro en donde la base de la prosperidad, debe ser el equilibro y el pacto social formulado desde un concepto de ganar cooperativo y completo para todas las partes. A eso responden las movilizaciones que el primero de Mayo han tomado las calles de las ciudades de España para clamar por el empleo estable, justo, la protección social y las pensiones dignas. Luchas estas necesarias más que nunca en un país en donde el 47% de los/as trabajadores/as tienen un salario inferior a mil euros y un 34,4%  se encuentran en riesgo de pobreza al percibir un salario inferior al mínimo interprofesional.

Hoy cuando la reactivación económica va siendo una realidad, el reparto de los beneficios de manera equilibrada buscando el beneficio mutuo de todas las partes con las ganancias necesarias para el sector empresarial -lógicas por otra parte – debe ser el objetivo a perseguir por una sociedad  que tiene ante sí el reto de lograr el acuerdo o enfrentarse al desequilibrio que sólo nos conllevará a la lucha de clases y el conflicto.

1 COMENTARIO

  1. en 1886 la gente salía a la calle por la jornada de 8 horas y un salario digno y hoy dia esta reivindicacion en españa es mas necesaria que nunca porque el que trabaja trabaja mas de ocho horas, cotiza dos y cobra cuatro y ademas de trabajar pasa hambre y no se moviliza porque nadie coge la bandera y el que la coge perece bajo el monton de escombros, basuras e inmundicias que le echan encima los otros «representantes» de los trabajadores, de la prensa dell movimiento y de tramas y conspiraciones fabricadas desde los ministerios y que van directamente a las desagües de las cloacas del estado que son algunos periodicos y seudoperiodistas.

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