El deseo de intentar complacer a todos ha llevado a configurar una Ejecutiva del PSOE de Madrid que se asemeja más a los Cien mil hijos de San Luis que a una Ejecutiva operativa, como prometía ayer el nuevo secretario general, José Manuel Franco. En su deseo de acabar con las “familias”, camarillas, facciones y personalismos varios del socialismo madrileño, Franco ha decidido rodearse de 49 personas más para conformar la Ejecutiva. Salvo la única corriente de opinión reconocida en el PSOE, el nuevo mandamás del PSOE-M ha dado entrada a todo el mundo. Tanto en la ejecutiva como en los representantes al Comité Federal, al Comité Regional y la Comisión de Ética.

Esta situación, sin embargo, no ha servido para que los y las delegadas hayan salido completamente satisfechas. Han entrado personas que llevan toda la vida viviendo del PSOE y se han quedado fuera personas que han demostrado su valía. Muchos y muchas sanchistas se la han jugado tanto en las primarias federales como en las regionales y se han quedado sin ninguna representación. Mientras que mucho patxista ha vuelto a ocupar cargos. La renovación se ha producido pero con personas que hace tiempo no saben lo que supone un trabajo fuera del propio partido.

En especial ha sentado mal dentro del sanchismo que no se haya cumplido la palabra dada, al menos a los que se han partido la cara, de tener dos vicesecretarias generales. Una estaba destinada para una de las máximas representantes del sanchismo, Natalia de Andrés, y la otra para el anterior secretario de Organización, Enrique Rico. La factible imputación de la secretaria general del PSOE de Alcorcón, para la que el Fiscal solicita 5 años de inhabilitación por haber propiciado la quiebra de una empresa pública, ha provocado que Franco la situase como responsable Autonómica y no como Vicesecretaria general. Algo que dentro del sanchismo ven razonablemente. Y más después de que OK Diario desvelase la situación justo al comienzo del Congreso.

Sin embargo, muchas personas sí han lamentado que Rico no apareciese como vicesecretario general o en algún otro cargo dentro de la Ejecutiva. Se le ha laminado porque De Andrés no iba a serlo. Así, sin más. Alguien que había cumplido con bastante buena mano durante los dos años de su mandato y más viéndoselas con una deuda heredada de más de 3 millones de euros por las locuras del tomasismo. No ha sentado bien. Como tampoco la inclusión de Maru Menéndez, alguien a quien se considera amortizada hace años. Pero había que tragar con el tomasismo y su cuota.

La presencia de Lorenzo Sánchez Gil, quien ha estado implicado, en la trama Púnica como conseguidor de Marjaliza, según desvelaron en 2015 investigaciones periodísticas tampoco ha sentado bien. Y no es porque vaya a estar imputado en breve, sino por una cuestión casi estética y porque lleva años ahí, en el machito. Claro, que algún otro miembro de la Ejecutiva puede salir mal parado en breve por sus relaciones con Urbaser y la no remunicipalización de servicios en algún ayuntamiento del sur.

El PSOE-M de Franco sale con casi todo el mundo dentro de la Ejecutiva, pero con algunas heridas entre sus propios seguidores que deberá corregir en breve para que no se infecten. Medio salvado el caso De Andrés, ahora tendrá que lidiar con lo que es mucho más importante, Cristina Cifuentes, y para ello mucho tendrán que cambiar las cosas dentro del socialismo madrileño porque tienen una cara de cartel que “desprecia” a los medios de comunicación regionales y tampoco es que Franco tenga muy trabajado ese asunto. Y por muchas redes sociales que se quieran manejar, al final, el criterio de autoridad recae en la prensa madrileña.

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