Las negociaciones para que Ciudadanos apoye a Mariano Rajoy en la sesión de investidura tocan a su fin este sábado. A no ser que, al final, ambas partes se enreden, otra vez, en discusiones bizantinas como “no admitidos ultimatums de 48 horas”, o “negociaremos si hace falta hasta el mismísimo martes por la mañana”. Si no vuelven a hacer el ridículo, “el paripé” ha tocado a su fin con el resultado de todos conocido. Porque por mucho que ambas partes se empeñen en que “se ha llegado a un acuerdo”, éste no se va a materializar por dos razones: primero, porque sólo es un acuerdo de investidura, no un pacto de gobierno que hubiese obligado al PP a cumplirlo, y porque, con toda seguridad, no hay margen para ejecutarlo porque Rajoy no va a ser investido de ninguna manera. No cuenta con los escaños suficientes. Todo es un “paripé”, como se ha llamado desde esta publicación. O “charlotada”, “teatrillo” y “postureo”, por otros.

De todas maneras conviene tener en cuenta lo que han tratado ambas partes para saber por dónde van a ir los tiros el día que haya un gobierno, salvo que éste sea progresista, cosa que no parece que vaya a ocurrir tal y como está el panorama político de este país.

Parece que Ciudadanos y PP están dispuestos a gastarse en torno a los 7.000 millones de euros para llevar a cabo un “programa social” que consiste básicamente en incentivos para elevar las cuotas a la seguridad social por medio de “complementos salariales”. Probablemente se pondrá en marcha la llamada “mochila austriaca”. Pero esta hucha no costará ni un euro al erario público. Serán los empresarios los que tendrán que llenarla. A cambio, despido cero. La gran reivindicación empresarial. Veremos a ver cómo responde el mundo patronal al “trueque” si es que se lleva a cabo.

Habrá dinero, también, para erradicar la pobreza infantil, para la dependencia, para educación infantil, y para luchar contra el fracaso escolar. Pero hay que ver de dónde se sacan en un presupuesto donde los ingresos son claramente inferiores a los gastos. En torno a éstos, Bruselas exige recortes de 10.000 millones a los que hay que añadir estos 7.000 que ahora dicen comprometer ambas partes si el PP gobierna.

Y sobre los escollos iniciales. Se ha filtrado por ahí que va a haber un “pacto complejo” sobre la pretensión de que las diputaciones desaparezcan. Seguirán funcionando aunque se limitará su gasto para “seguir adelgazando la administración”. De prosperar la investidura, parte del Consejo General del Poder Judicial sería elegido por los jueces. Concretamente 12 de sus miembros. Los ocho restantes seguirán siendo designados por las Cortes.

De la reforma del Senado poco ha trascendido. Del “contrato único” nada de nada, salvo que el PP se compromete “a reducir el número de contrataciones existentes en la actualidad. Y de la obligación de celebrar elecciones primarias en los partidos para designar sus candidatos, todo muy ambiguo. En cualquier caso es muy revelador lo dicho por el secretario de organización popular, Fernando Martínez-Maíllo. “Es un pacto de investidura por lo que no hay que llegar a un acuerdo en todo”.

Total que nos vamos a quedar con las ganas de saber lo que podría haber llegado a dar de sí un gobierno de Rajoy marcado estrechamente por Ciudadanos y con una fuerte oposición del PSOE y de Podemos. Veremos lo que se dice en la “renovada” campaña electoral para unos casi seguros terceros comicios, si algo no lo remedia.

De todo esto ha salido una buena noticia. Para no cabrear más a la gente, parece ser que se llegará al acuerdo, adelantado por Diario 16, para reformar la Ley Orgánica de Régimen Electoral. Será una iniciativa parlamentaria a la que, de momento, se suman PSOE, Podemos, y Ciudadanos, que acortará la campaña a una semana por lo que las elecciones se celebrarán el 18 de diciembre. Algo es algo.

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