El sábado pasado se celebró una concentración para exigir un pacto social en defensa del sistema público en servicios sociales convocado por la Alianza Social y Marea Naranja de Madrid.

Por la tarde el Foro Madrid contra la violencia hacia las mujeres convocó una concentración en la Sol, coincidiendo con la huelga de hambre de las mujeres de Vela-Luz. Con la asistencia de cientos de mujeres.

A la misma hora, desde Atocha bajaba las Marchas de la Dignidad hasta la Puerta del Sol, con miles de manifestantes, pidiendo “pensiones justas y dignas” y “trabajos estables y dignos. Se coreó «derecho a pan, trabajo, techo y dignidad»

El domingo 26 se celebró una concentración para apoyar a los refugiados y exigir al gobierno el cumplimiento de su acuerdo de acogida de refugiados.

Apenas España ha acogido a 898 refugiados de los 17.300 que se comprometió, ocupando el puesto número 16 de entre los países de la Unión Europea, con apenas el 5%. Aunque el conjunto de la UE solo ha cumplido el 8% de total.

Es indignante que Europa no cumpla con sus raquíticos acuerdos, que aún siendo denigrantes y contrarios a los derechos humanos, apenas una décima parte de los refugiados que esperan en las tiendas de campaña, o en chamizos prefabricados, sean acogidos.

Europa está construida sobre la diversidad de sus gentes. Por los movimientos migratorios. «Ningún ser humano es ilegal» se coreaba en el abrazo entre los ciudadanos europeos y las personas refugiadas o migrantes. 62.000 personas están varadas en Grecia, sin salida y sin futuro.

En África millones de personas están atrapadas en guerras por los recursos naturales. Petróleo, tierras raras, níquel, zinc, etc. Y también por el agua. Grandes extensiones de África son la despensa de China.

Sudán del Sur está en alerta por hambruna. ¿Les cerramos las fronteras para que mueran de hambre? No solo hay que abrir fronteras, hay que solucionar problemas en los países afectados cuando sea posible con ayuda real y no con proyectos publicitarios que después se olviden.

España no puede seguir recortando en ayuda al desarrollo. Desde el 2012, con los recortes de Rajoy, la cooperación al desarrollo se ha visto mermada un 80%. Si no ayúdanos a los migrantes a vivir en sus países, tampoco podemos cerrarles las puertas con muros o concertinas. Incluso si les ayudamos tampoco.

Tenemos que darle una salida de futuro a los millones de refugiados que salen huyendo de la guerra, el hambre o la muerte. España no se merece perder su memoria. Somos un país de inmigrantes. México o Brasil fueron países de acogida. Miles de españoles republicanos lograron cruzar el atlántico para huir de una dictadura opresiva.

Los humanos repetimos una y otra vez los mismos errores. Nuestros bajos instintos salen una y otra vez a la superficie. Cerramos fronteras, metemos a refugiados en trenes y los dejamos en campos de refugiados en países como Grecia o Turquía. Levantamos muros o permanecemos impasibles mientras se levantan otros.

La sociedad española es más tolerante que su gobierno. Los ciudadanos salimos a la calle para exigir ser un país de acogida y no solo de promesas incumplidas.

El Mediterráneo se ha convertido es un cementerio. Los gobiernos de la Unión Europea, con sus políticas de rechazo a los inmigrantes y sus acuerdos inhumanos con países como Turquía, han privado de futuro a millones de personas, hombres, mujeres y niños.

¿Cuántos miles de personas tienen que morir ahogados en sus aguas?

Para consultar el reportaje gráfico pulse aquí.

 

DEJA UNA RESPUESTA

Comentario
Introduce tu nombre