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Feminista desde que nací

Es curioso ver como, a quienes ni estaban ni se les esperaba cuando el feminismo era considerado cosa de cuatro locas feas, vengan ahora a dar lecciones y se pongan estupend@s sin más interés que el de medrar y estar en la corriente de la ola por si algo les toca

María José Pintor
María José Pintor
Periodista en cuerpo y alma, licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad del País Vasco.
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análisis

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Ser feminista es una forma de ser, de vivir. Creo que, en mi caso, no tengo mérito alguno: nací así, feminista, inconformista y con sensibilidad social. Para una “joven babyboomer” llena de defectos, esto fue un regalo de la vida. Después de tener el “don” ya estaba montado el lío.

El feminismo es un tipo de militancia difícil y muy incómodo de aplicar en la vida diaria. Así fue hasta que en los últimos años se puso de moda y empezaron a aflorar “expert@s”, más bien oportunistas, que tratan de imponer criterios cuando hasta hace dos días ni estaban ni se les esperaba.

Porque los avances feministas que brotaron desde la era de Rodriguez Zapatero no llegaron gratis: Se insultó y despreció a sus ministras y secretarias de Estado hasta hacer creer incluso a mujeres de bien que eran unas indocumentadas e ignorantes,  durante décadas se ha criticado en nuestro país a las políticas de forma mucho más despiadada que a sus compañeros de escaño o partido, hemos preferido a los escritores que a las escritoras, y, por ejemplo, se han aguantado chistes grotescos, machistas y hemos visto en todos los ámbitos de la vida justificar crímenes machistas por eso de la privacidad familiar.

Qué nadie se haga el despistado. Hoy no soportaría una grabación privada si se hiciera pública, desde la perspectiva feminista, el 99% de los miembros del Gobierno de España en Democracia hasta llegar a Zapatero y su equipo. Pero tampoco cualquier paisano de la sociedad civil.

Siento decepcionar: El Feminismo no da cargos ni glamour

Quiero reivindicar a mujeres que lo son hoy, pero fueron feministas desde siempre. Quiero reivindicarme a mí también, porque no voy a consentir una vez más lecciones de recién llegados y llegadas que buscan cargos, favores y estar en la corriente de la ola. ¡Que se los queden!

Cómo no reconocer a Lidia Falcón, indiscutible su lucha contracorriente hasta las últimas consecuencias, Sí, pero otras muchas que hicieron historia desde pequeñas provincias conservadoras, como la ex concejala socialista Julia Pareja, o desde el Periodismo con mayúsculas y la literatura, como Rosa Montero y Maruja Torres (los ojos me hubiera dejado si hubiera sido necesario- que no lo fue- por seguirlas y disfrutar de su pluma) y no seria justo no reconocer (pese a Gran Hermano) a Mercedes Milà.

Cómo olvidar a la más grande, Clara Campoamor, que en su lucha por el sufragio femenino, siendo consciente de que así ocurriría, consiguió este derecho para las mujeres que votaron mayoritariamente a la derecha con un voto desagradecido que dejaría a la Campoamor sin escaño.

Pero hoy poco se parecen las “nuevas feministas” a la Campoamor. La corriente de la Igualdad ha hecho aflorar a oportunistas que incluso quieren decirme qué, cómo y cuándo publico o qué no debo publicar bajo la legendaria marca de Diario16.

Son capaces de justificar atrocidades, como el de que no se empadrone a una niña india adoptada en España, por eso de la maternidad subrogada que ahora es su principal campo de batalla. Y no vaya a ser que se cuele un bebé de vientre de alquiler (me refiero a las nuevas,  porque las de siempre seguimos en lo importante) por eso de empadronar a la india.

Y en esto estoy cuando me reencuentro con mi amiga Nieves Gomez -tras 23 años sin vernos- , que me ha traído maravillosos recuerdos, pero también rememorar mi lucha, compromiso y militancia activa desde siempre por el feminismo.

Pero no lo digo por nada,  porque nada quise para mí en esta lucha. Si no porque ya es hora de que saquemos pecho, sin complejo alguna, Las queda verdad estábamos en el lío.

Por eso hoy quiero gritar, como fue necesario hacerlo durante décadas y lo sigue siendo, por las víctimas de malos tratos, por las madres coraje que consiguieron pese a las dificultades un mundo mejor y de bienestar para sus hijas -como mi santa madre -tan madre como santa- Pilar Sánchez-Ocaña.

Quiero también reconocer la labor discreta, intensa e imprescindible de hombres  como Miguel Lorente, el primer delegado del Gobierno contra la Violencia de Género, , como Miguel Ángel Rodríguez (desde Cruz Roja y su cuenta de twitter por la justicia social y contra las injusticias en el mundo) , y a otros como el periodista Juan Ramón Lucas, o el propio José Luis Rodríguez Zapatero.

Desconfíen de quien utiliza a las víctimas en beneficio propio, aléjense de quienes, por ejemplo, lanzaron a la madre coraje Juana Rivas a esa huída con sus niños que solo ha agrandado su agonía, arropen a las víctimas (madres e hij@s de los bebés robados) cuando ya sabemos que nunca se hará justicia con ellos, enfádense cuando la Real Academia niegue el pan y la sal a Rosa Montero para ser académica y cuando se siga mirando con desprecio a la mujer madura que está al lado de un joven de muy buen ver.

Nada de esto les dará cargo ni glamour. Pero esto es el feminismo. Siento decepcionar a los y las recién llegad@s. Pues eso.

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