martes, 19marzo, 2024
17.5 C
Seville

“El feminismo tiene una grandísima carga de amor propio”

Entrevista a Isabel Mastrodoménico, directora de la agencia Comunicación y Género por su libro Las feministas queremos editado por LoQueNoExiste

Nuria Coronado Sopeña
Nuria Coronado Sopeña
Es periodista feminista, autora de Hombres por la Igualdad (Ed LoQueNoExiste), editora, organizadora de eventos feministas y responsable de Comunicación y RR.PP. de Juan Merodio. Además es Máster en Producción Radiofónica (RNE), Biblioteconomía y Documentación (Universidad Complutense) así como Mujer y Liderazgo (Escuela Aliter). Fue becaria “Erasmus” y “Leonardo” en Roma. En la actualidad colabora con Diario 16, Público, El Español, 20 minutos y AgoraNews, entre otros medios. También es formadora en periodismo con perspectiva de género y ha sido galardonada con el “Premio de Diario 16” por la labor profesional y personal en la defensa de la igualdad (2018), el de “Embajadora de honor de yocambioelmundo.org” (2018) y el de “Candidata a las Top 100 Mujeres Líderes en España” (2018) en la especialidad de medios de comunicación.
- Publicidad -

análisis

- Publicidad -

“Por urgente, necesario y porque el feminismo es una historia de éxito que ha mejorado todas las sociedades en las que se ha implantado”, por estas tres razones la periodista y experta en políticas de igualdad, Nuria Varela, recomienda en su prólogo leer Las feministas queremos, un libro escrito por una de las feministas más queridas de este país y también de Latinoamérica: Isabel Mastrodoménico. Una obra que la propia autora describe como “emocionante porque está la historia de una lucha tan justa como el feminismo” y que nace de un hashtag en redes sociales con el que la directora de la agencia Comunicación y Género y educadora social ha querido dar respuesta, especialmente a los jóvenes, de lo que significa la lucha por la igualdad. Es más la escritora denuncia cómo estas páginas muestran que “nuestros derechos como mujeres son sistemáticamente vulnerados, empezando por el derecho fundamental de la vida”, explica.

Con un lenguaje claro, directo y necesario Mastrodoménico ofrece 12 respuestas claras a temas como la igualdad de derechos y oportunidades: las políticas públicas con perspectiva de género, la paridad, especialmente donde se toman las decisiones, el respeto para nuestros derechos sexuales y reproductivos, la educación en igualdad, que el mundo de la comunicación adopte una perspectiva feminista, la erradicación de la violencia de género, visibilizar nuestra genealogía, la sororidad y no los enfrentamientos, el que quede claro que “no es no”, o que no os engañen, las feministas queremos igualdad.

Por si todo esto fuera poco la autora ilustra cada apartado con una ilustración de Mónica de Rivas y acaba cada uno de los capítulos haciendo referencias a cartas y palabras de las feministas más universales del movimiento feminista. Son: Olympe de Gouges, Flora Tristán, Abigail Adams, Teresa Claramunt, Madeleine Pelletier, George Sand, Virginia Woolf, Inma Chacón, Ana Frank, Jeanne Deroin, Sarah Bernhardt y Nelly Roussel. Además 

 ¿El feminismo empieza por el amor propio para seguir después con el amor de un mundo en libertad? 

El feminismo en mi caso empieza por la necesidad de encontrarme en un mundo donde la igualdad y la libertad no sean un simple slogan, y luego pasa por el reconocimiento de quien soy y donde estoy en todo este panorama. Aprenderme, conocerme, reconocerme como un ser político, la importancia de reconocer que lo personal es político y eso tiene una grandísima carga de amor propio.

¿Escribes para que la palabra feminismo deje de ser la palabra molesta para much@s y se convierta en una palabra empoderante y querida?

Sin duda alguna. El feminismo toca de manera muy profunda las formas en que nos construimos como sociedades, y eso toca nuestras raíces más profundas, además de poner en evidencia las injusticias sobre las que nos hemos cimentado, por ello genera tanta resistencia. Pero cuando consigues entender que propone una alternativa clara de mejoría para todo esto, es transformador y empoderante, y cuando su objetivo es ese, tiene que querérsele, es inevitable si tienes un poco de sentido común, o ¿acaso la paz no es una  concepto querible, por ejemplo?

El neoliberalismo y el feminismo son como el agua y el aceite”

¿Cuál es el mayor obstáculo al que se enfrenta el feminismo: el negacionismo o la ignorancia?

Creo que los dos a partes iguales, porque la ignorancia es la principal causante de ese decredito, así como a la no identificación con una causa que nos beneficia al completo de la sociedad, pero el negacionismo forma parte de una estrategia por parte de quienes se oponen a la igualdad de derechos y oportunidades por su negativa a perder sus privilegios, pero está claro que parte de una ignorancia autoinflingida.

¿Ser feminista es arriesgar muchas cosas por el camino pero al mismo tiempo ganar? ¿Qué supone hoy en día serlo?

Ser feminista es una forma clara de relacionarte con el mundo. En mi caso he ganado más que perdido. Además tengo claro que lo que se fuera por esta razón, será siempre mejor que no este, porque la consciencia que ganas es una herramienta muy potente para moverte en y por el mundo. Tienes claros tus objetivos y entiendes la importancia de sumar, de fortalecer redes, de la educación en igualdad, de comunicar para todas, del contenido político que tiene.

¿En qué puede el derecho de las mujeres perturbar al de los hombres que diría Marie Deraismes?

En su «Carta de una Feminista» Maria Deraismes lo que viene a reivindicar es que las mujeres somos sujetos de derecho y que por ello debemos gozar de estos en igualdad de condiciones y de su ejercicio pleno, así como el libre desarrollo de todas nuestras capacidades y competencias. Habla de la necesidad de deconstruir el orden establecido y tocar el ordenamiento social que sigue atribuyendo una serie de privilegios a unos por encima de las otras.

¿Qué tienen en común todas las precursoras feministas que aparecen en tu libro con las cartas?

Todas ellas han sido mujeres, que en sus espacios y momentos históricos han puesto su voz y sus vivencias en pro de la igualdad. Muchas de ellas forman parte de este movimiento social con más de trescientos años de historia y hoy nos permiten hablar de una historia del pensamiento feminista sobre el cual identificarnos y seguir construyendo.

¿El mayor derecho que se nos tiene que respetar es el de la vida?

Así es, una vida plena, tranquila y libre de cualquier tipo de violencias.

¿Por qué les cuesta a los hombres entender tras sencillas palabras como “no es no”?

Porque su socialización siempre ha sido desde la posición de dominación y eso incluía a las mujeres. Nosotras hemos sido para ellos un elemento accesorio el cual podían tomar cuando quisieran y esa inanimación de «una cosa» les permitía creer que no teníamos voluntad y/o que ellos eran quienes la determinaban. La mejor herramienta para acabar con esto es la educación en igualdad que nos permita asumirnos como iguales, pero también es necesario contar con leyes que vayan dando un ordenamiento y una respuesta contundente a las situaciones que seguimos viendo aún.

 ¿Quién es más peligrosa: la manada que viola en grupo, la de quienes les dejan en libertad o ambas manadas juntas?

Ambas, porque es tan peligroso quien comente el delito, como quien no lo castiga o lo permite, así mismo es muy peligroso también quien calla ante la evidencia de una injusticia tal.

A quienes defienden que ser puta empodera ¿Qué les dices?

Que les han colado un discurso neoliberal muy redondito y bien sabemos que el neoliberalismo y el feminismo son como el agua y el aceite.

¿Y a quienes les parece que disociar maternidad y gestación y que hay que regular los vientres de alquiler?

Que se dejen de cuentos y aterricen en la realidad. Ser padres y madres es un deseo, frente a las y los niños que ya están en el mundo y si tienen derecho a tener una familia. Que inviertan todo este trabajo en mejorar las condiciones para la adopción y dejen de hacerle el negocio a quienes explotan los cuerpos de otras mujeres, normalmente en condiciones de precariedad, para usarlos como hornos donde se gestan bebes. Hablamos de una cuestión de Derechos Humanos y estos contemplan que no se nos utilice como meros objetos de usar y tirar.

¿Un deseo?

Que no tengamos que esperar otros 300 años, que no creo que llegue en muy buen estado (ríe).

¿A qué tres feministas hay que seguir sí o sí?

¿Solo tres? Imposible porque mi concepción del feminismo es la de una inmensa red donde todas aportamos, cada una desde sus espacios y capacidades. Hay que seguir a las teóricas, a las activistas, a las políticas y las institucionales, las artistas y las que escriben, hay que seguir a las jóvenes con sus nuevos discursos y las mayores con sus enriquecedoras experiencias. Somos muchas y cada día somos más porque esto es imparable.

- Publicidad -
- Publicidad -

Relacionadas

- Publicidad -
- Publicidad -

DEJA UNA RESPUESTA

Comentario
Introduce tu nombre

- Publicidad -
- Publicidad -
- Publicidad -
- Publicidad -

últimos artículos

- Publicidad -
- Publicidad -

lo + leído

- Publicidad -

lo + leído