Un año antes del 20-D, en plena onda expansiva del fenómeno Podemos, el expresidente del Gobierno Felipe González abrió la caja de los truenos en Ferraz cuando marcó el camino a seguir al secretario general hacia la búsqueda de un acuerdo de Gobierno con el Partido Popular para conformar una gran coalición que reforzara el bipartidismo para hacer frente a los temidos retos que le venían por su flanco izquierdo personificado en el fenómeno morado y sus confluencias ciudadanas. Tras el incierto resultado electoral del 20-D, en el que el PSOE obtuvo el peor resultado de toda su historia como se encargó de recordarlo a la cúpula socialista su discípula más valorada y baronesa andaluza, Susana Díaz, González volvió a virar en sus planteamientos y dijo sin arrobo digo donde antes ponía un Diego incuestionable.

Vía entrevista en El País, sólo un mes después de estos comicios, a finales de enero, aseguró que tanto PP como PSOE debían dejar “a un lado” sus preocupaciones partidistas y antepusieran “los intereses de España”. Y aconsejaba tanto a una como a otra formación no impedir que cualquiera de ellos pudiera formar Gobierno, consejo no atendido ya que esta circunstancia no llegó a producirse en ningún momento.

Tampoco veía entonces con buenos ojos una gran coalición entre PP, PSOE y Ciudadanos. La rechazaba de plano y no veía “de ninguna manera” que fraguase con éxito esta vía ya que le parecía “una propuesta que nace de un fracaso” y que no se planteaba la gobernabilidad de España al medio plazo. Un “jarrón chino” en esencia que se resiste a serlo sin desmayo marcando agendas ajenas.

Felipe y CebriánAhora, a solo unos días de darse el pistoletazo de salida para las elecciones del 26 de junio, el ex presidente socialista, cuestionado estos días al hacerse pública su intermediación en 2009 ante el genocida presidente de Sudán del Norte para que facilitara un negocio petrolífero a un íntimo amigo, vuelve a marcar el rumbo electoral del actual líder del PSOE al sentenciar que el bipartidismo ha muerto y que una gran coalición no es ya la solución para España como sí lo era para él mismo hace solo unos meses. “No veo una gran coalición. Ya no es tan grande, es pequeña, y además creo que ya se ha probado en Austria, Grecia… No la veo”, ha dicho González en un foro que abordaba la crisis de Venezuela.

Llegados a este punto, el ex presidente del Gobierno socialista cree que ahora, a las puertas del 26-J, “será más fácil que haya investidura” de un presidente antes que cuaje “un gobierno que gobierne”. En ningún momento se observa en sus palabras el optimismo que exuda por ejemplo la presidenta andaluza, Susana Díaz, cuando afirma rotunda que el PSOE sale a ganar las elecciones del 26-J. Tampoco se ve rastro de triunfalismo en el sondeo interno del partido que reconoce con resignación la victoria del PP aunque sigue situando a los socialistas por encima de Unidos Podemos, pese al resto de encuestas publicadas estos días en innumerables medios de comunicación que dan por hecho el ‘sorpasso’.

Para que no quepa duda de quién es el verdadero enemigo a batir según Felipe González, el ex presidente rechaza de plano un pacto con quien considera “incompatible” con las reformas necesarias para este país. Es decir, Podemos. Y por supuesto saca a relucir de nuevo a Venezuela, no a Sudán del Norte o del Sur. “No querría para España una política como la que ha llevado a Venezuela a esta situación”, remachó el ex mandatario español. Y por si quedaba alguna duda sobre su animadversión hacia Unidos Podemos, añade que el partido de Pablo Iglesias tiene “legitimidad para hacer la política bolivariana o la griega. Esto es la democracia”. Sobre el genocida de Sudán del Norte que le merece todo su “afecto” y “respeto”, silencio absoluto.

El expresidente del Gobierno Felipe González afirmó ayer que «será más fácil que haya investidura» de un presidente que «que haya un gobierno que gobierne». «No veo una gran coalición. Ya no es tan grande, es pequeña, y además creo que ya se ha probado en Austria, Grecia… No la veo», aseguró el expresidente del Ejecutivo en un foro sobre la crisis de Venezuela. El exmandatario insistió en que no ve un pacto con quien es «incompatible» respecto a las reformas que necesita España. «No querría para España una política como la que ha llevado a Venezuela a esta situación», remarcó.

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