Siempre me ha causado mucha gracia la deducción por madre trabajadora, no por la ayuda en sí misma, lo cual siempre siendo mejorable -“es lo que hay” y como diría mi madre «menos da una piedra y es redonda»- sino por su fecha de caducidad, no estando marcada porque cambie uno de los dos requisitos básicos para recibirla, no, simplemente porque el niño cumpla 3 años (ni un día más ni un día menos).

Siempre me he preguntado qué pasaría en ese momento, dejaría de ser madre o trabajadora, porque la realidad es que dejaría de beneficiarme de esa deducción.

Perder el título de madre nunca lo he concebido, ya que para mí, ese es el mayor y mejor titulo que he conseguido a lo largo de mi vida. Trabajadora tampoco, ya que cómo iba a mantener económicamente a mi hija. ¿Entonces?

Pues pasó lo que me temía, seguía teniendo los mismos gastos que el día anterior al tercer cumpleaños de mi hija, pero percibía 100 euros menos mensuales.

Claro, en este momento, me dirá el representante de turno del Gobierno, que los gastos de guardería a partir de entonces desaparecen porque el niño pasa al colegio. Aquí decir, que en mi caso, desde marzo hasta agosto, mi hija siguió siendo usuaria de su guardería.

Pero, después cuando en se incorporan al colegio: ¿te regalan el coste del aula matinal, el comedor, y otros gastos que van asociados a la maravillosa conciliación familiar que existe?. A mí no.

Lo que me queda claro es que esta ayuda como otras muchas existentes son totalmente arbitrarias. ¿Por qué se decidió que fuese durante tres años y no durante diez años o un año?

¿Por qué todas las mujeres trabajadoras reciben las mismas ayudas siendo sus necesidades económicas y recursos familiares diferentes?

Esto es lo que yo llamo «igualdad desigualada».

Que no se queda en esto: si damos un paso más y nos sumergimos en nuestras instituciones autonómicas, ahí sí que llega la gran discriminación según donde vivas.

Las ayudas y prestaciones cambian en función a las Comunidades Autónomas. Cada CCAA tiene diferentes ayudas para madres y padres que van desde la ayuda económica a los padres, becas para guarderías, ayudas y prestaciones para el comedor o los libros de texto.

Hay Comunidades Autónomas que dan subvenciones para comprar leche de fórmula, entre ellas se encuentran: Baleares, Castilla y León, Navarra, Galicia y País Vasco, con ayudas que oscilan entre los 1.200 euros y los 8.700 euros al año.

Está claro que hasta en esto hay españoles de primera y de segunda.

Esta no es la España que yo quiero, con igualdad de derechos y deberes entre todos los españoles. Quiero que los recursos se repartan con sentido común, que no estén sometidos a la arbitrariedad del gobierno de turno.

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Ana Rosa Quintana nació el 4 de Agosto de 1978 en Santander, viviendo desde hace años en Marchamalo, Guadalajara. Licenciada en Ciencia y Tecnología de los Alimentos, Ingeniera Técnica Agrícola con Máster en Ciencias Farmacéuticas. Siempre preocupada y desarrollando labores de Investigación y Desarrollo, donde cree que está el futuro de España. Se afilió a UPYD el 10 de Julio de 2013, considerándose un ejemplo de aquellos ciudadanos que siempre han sido de UPYD. Inició su militancia en Marchamalo, siendo luego vocal del Consejo Local de UPYD en Guadalajara. Participa desde su inicio en el Grupo de Expansión Provincial de Guadalajara dedicada a la Formación y miembro del equipo de Concejales de UPYD de Castilla la Mancha. Actualmente miembro del Consejo de Dirección de UPYD y Responsable de Organización Nacional. Participa como colaboradora en el programa "Sin Complejos" en Es Radio. Madre a tiempo completo de su hija Gadea. Por respeto a ella y a sus mayores, decidió convertirse de ciudadana comprometida a ciudadana Política estando convencida que UPYD es el instrumento adecuado para devolver el control de la política y la gestión de la cosa pública a los ciudadanos. Todos los días se enfrenta no solo con ilusión, entusiasmo y pasión a su compromiso con los ciudadanos, sino también con la necesaria profesionalidad y mesura. Entiende que es indispensable regenerar la democracia en todos los niveles, sea ello desde las instituciones o desde fuera de ella, acabar con la corrupción ética imperante hoy y desde hace demasiados años en su gestión, devolver a la política la honestidad y transparencia que se merece y que merecen todos los españoles. Es consciente que solo así y en contacto diario con los ciudadanos de a pié, se podrá trabajar eficaz y eficientemente a favor del bien común, recuperando la solidaridad perdida y devolviendo la prioridad a la educación y la sanidad en todos los rincones de España. Cree que solo así se podrá luchar contra la desigualdad, acabar con insultantes privilegios y el despilfarro y poder emprender la senda de la recuperación de puestos de trabajo y el crecimiento económico.

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