El presidente boliviano, Evo Morales, puede haber recibido el primer contundente revés como presidente del país desde que accediera al poder en 2006 si se confirman los resultados de los primeros sondeos a pie de urna en el referéndum sobre la reforma constitucional que permitiría al actual jefe de gobierno presentarse a un nuevo mandato presidencial para el periodo entre 2020 y 2025.

Los primeros resultados aún no oficiales, según dos empresas de opinión a pie de urna, constatan que los bolivianos no quieren que Morales acceda al que sería un tercer mandato presidencial. De este modo, la consultora Ipsos apunta que el rechazo a un nuevo mandato presidencial habría cosechado el 52,3% de los votos, frente al 47,7% de los partidarios del «sí». Otra empresa de consultas, Equipos Mori, aún da un más estrecho resultado a favor del no frente al sí: un 51% al «no» y un 49% al «sí».

Según ambos sondeos, la opción oficialista solo habría ganado en los departamentos de La Paz, Cochabamba y Oruro, mientras el no se habría impuesto en Santa Cruz, Potosí, Chuquisaca, Tarija, Beni y Pando. Las regiones con porcentajes más altos de oposición a la propuesta de reforma constitucional fueron, según las encuestas, los de Tarija, Beni, Potosí y Santa Cruz, donde el no obtuvo apoyos en torno al 60%.

Para el ex presidente Jorge Quiroga (2001-2002), quienes votaron por el no dijeron «no a cambiar las reglas para beneficiar a dos personas que quieren seguir en la gestión pública». «Estamos diciendo no para no ingresar en Suramérica al vergonzoso club venezolano, donde se cambian las reglas para que desfalquen y quiebren un país como lo han hecho allá. Queremos que nuestro país pertenezca al club de las democracias suramericanas», dijo Quiroga.Señaló que el no significa también que Morales debe cumplir su mandato hasta el 2020 y luego debe irse «a su casa, a la calle, como sucede en cualquier democracia que se precie de ser tal».

«Ojalá que el presidente entienda que en poco más de un año, sea cual sea el resultado final, claramente ha perdido entre 12 a 14 o posiblemente más puntos de apoyo. Debería entender perfectamente lo que está pasando», añadió, en alusión a la merma de apoyo que se registró este domingo frente al 63 % cosechado en los comicios del 2014.

«¡Bolivia dijo no!, proclamó un eufórico gobernador de Santa Cruz (este), Rubén Costas, líder de un sector de la oposición, mientras el excandidato presidencial Samuel Doria Medina, derrotado dos veces por Morales, dijo: «Hemos recuperado la democracia y hemos recuperado el derecho a elegir».

«Hoy se ha sepultado el proyecto de convertir a nuestro país en un proyecto de un sólo partido. Esta es la victoria del pueblo», señaló Doria Medina en rueda de prensa.

El líder de centroizquierda llevó a cabo un exitoso programa económico en base a la explotación de los recursos energéticos –principalmente el gas– del país, que permitió un fuerte crecimiento de la actividad y una disminución de la pobreza.

Pero la popularidad del mandatario, que ganó los comicios presidenciales del año pasado con el 61% de los votos, se vio afectada recientemente por una denuncia de tráfico de influencias y por la muerte de seis funcionarios esta semana durante un incendio intencional de la Alcaldía de El Alto, en manos de la oposición.

Esta es la primera y más seria derrota política sufrida por Evo Morales, en el poder desde el 2006, quien había apostado por ganar en la consulta popular por un 70%.

Más de 6,5 millones de bolivianos estaban llamados a votar en este referendo, en el que se consultó sobre una reforma constitucional para ampliar de dos a tres los mandatos presidenciales consecutivos permitidos, lo que posibilitaría que el presidente Morales pudiera volver a ser candidato.

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