La asociación de empresas de gestión de residuos tóxicos, Asegre, lo ha podido decir más alto, pero no mas claro: “hay que tomarse en serio la gestión de los residuos y más si éstos son tóxicos”. Sus directivos llevan años investigando en los polígonos industriales las malas prácticas que se llevan a cabo a la hora de deshacerse de dichos residuos, y se han encontrado con graves sorpresas. Desde alguien que, con nocturnidad y alevosía, se acerca al mayor cementerio de neumáticos de Europa, el de Seseña, rocía algunas partes con gasolina y genera un incendio cuyas consecuencias son de todos conocidas, hasta una planta en Chiloeches que arde, al parecer también de forma provocada, y pone la zona al borde de una gran catástrofe ecológica.

Los ecologistas de Chiloeches no dudan de que el incendio de la planta de residuos tóxicos fue provocado. “Los de Asegre se han gastado dinero en detectives que han demostrado que mezclaban con residuos de material de construcción los elementos tóxicos que tenían que gestionar. Pero este es un método caro y poco eficaz. Mejor se quema la nave a lo bestia”, señala un dirigente ecologista de la zona. El Seprona ha decidido llevar a cabo una “batida” para detectar irregularidades en las empresas propietarias de los contenedores de productos tóxicos, muchas de ellas instaladas en el polígono de Chiloeches.

En toda España se ha decidido, de una vez por todas, tomar cartas en el asunto. Todo este tipo de instalaciones están sufriendo severas inspecciones. Y no es para menos. La Unión Europea ha abierto un expediente por el incendio del cementerio de neumáticos de Seseña. Un expediente que va a desembocar, tal y como ya adelantó Diario 16, en una fuerte sanción económica. Y la cosa no termina ahí. También el incendio de Chiloeches y la situación de la gestión de los residuos tóxicos en España va a ser examinada por Bruselas.

Mientras tanto, en Seseña las cosas van desesperadamente lentas. Solo 2.300 toneladas de ruedas, el 20% de las que no ardieron, han sido retiradas. La Guardia Civil sigue investigando el origen del incendio y no se ha descartado ninguna posibilidad. Fuentes del Instituto Armado advierten que “incendios de este tipo tardan años en esclarecer su origen”. Las minuciosas labores de investigación son las que han provocado la imposibilidad de la retirada de los neumáticos hasta el 20 de julio pasado. Las ruedas que no ardieron, precisamente, están siendo trasladadas al polígono de Chiloeches. Muy cerca del lugar donde están siendo depositadas, se declaró otro incendio. El asunto empieza a adquirir tintes de novela policiaca.

 

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