La Selección Española ha caído eliminada ante el combinado de Italia tras un partido en el que nuevamente se evidenció la falta de intensidad y velocidad, acompañadas de una fragilidad defensiva que supo aprovechar el cuadro trasalpino. Encomendados al talento de Iniesta y Silva, los pupilos de Del Bosque no supieron leer el encuentro en Saint Denis y se encontraron con un rival cuya hambre de victoria y ganas de reivindicarse nuevamente como potencia futbolística mundial terminó echando por tierra las aspiraciones españolas en esta Eurocopa de Francia.

Una vez más, Del Bosque puso en liza a su habitual once inicial en la competición francesa, confiando en el talento tanto de Iniesta como de Silva para conseguir abrir espacios en la, a priori, férrea defensa italiana, mientras que su homónimo en el banquillo italiano, Antonio Conte, dispuso de una estrategia que consistió en acumular hombres en el medio campo, guardando su defensa con tres centrales y encomendándose al juego directo para contactar con Pellé y Eder, los dos potentes delanteros de su equipo, y cuya envergadura causaría más de un problema a la pobre defensa española. Antes del pitido inicial, todos esperaban ver una España que dominara las posesiones de balón frente a una Italia que se volcaría en cada uno de los contragolpes para ver portería, sin embargo, poco se siguió el guion establecido.

En los primeros minutos del encuentro fue De Gea quien mantuvo a España a flote gracias a dos intervenciones de gran mérito que echaban al traste dos rápidas ocasiones de gol por parte de los italianos. Llovía mucho en Saint Denis en ese primer tramo del encuentro, y de haber continuado así, posiblemente perjudicara las transiciones de balón del combinado español, aunque afortunadamente dejó de llover poco después, vislumbrándose el sol tras la tormenta de verano que decidió descargar agua en París. El equipo español trataba de proponer juego, pero en cambio, cayó en las posesiones lánguidas, sin velocidad, y con los centrocampistas de “La Roja” jugando en estático mientras los delanteros y defensas apenas se movían al trote cochinero. Así no se podían encontrar espacios, claro. Italia, por su parte, decidió vaciarse en el esfuerzo para presionar al equipo de Del Bosque, sin que éste tuviera capacidad para desbordarles. Y además, en cada uno de los balones que recuperaban los de Conte, se montaron rápidos contragolpes que los jugadores italianos supieron resolver jugando de forma directa y tocando la pelota de primeras, sin interrumpir un ritmo de juego vertiginoso. Eso hizo que llegaran las primeras ocasiones para Italia, que chocó con De Gea hasta que éste falló.

Era el minuto 33 de partido cuando Italia se volcó al ataque en busca del gol. La escuadra ‘azzurra’ metió el balón para que lo controlara Pellé en la frontal del área española, y Ramos terminó derribando al delantero del Southampton inglés apenas a medio metro del borde del área, ligeramente escorado hacia el costado. En el lanzamiento de la falta, Eder disparó con tal potencia que terminó superando la barrera española para que De Gea se encontrara el balón de cara y lo despejara hacia el centro, donde nunca se debería despejar. El cancerbero español trató de enmendarlo metiendo el pie para impedir que Giaccherini rematara a placer tras el rebote, pero el balón terminó desviado hacia la izquierda del portero, donde Chiellini no tendría problemas para empujar la pelota hasta el fondo de las mallas española sin que Piqué pudiera tener oportunidad para despejarla. Uno a cero para Italia, un justo premio para lo visto sobre el terreno de juego, al menos durante la primera mitad. En la última jugada antes del descanso, Italia tuvo otra ocasión en la que nuevamente De Gea tuvo que resolver a mano cambiada, impidiendo que Giaccherini consiguiera el segundo de los italianos. Todo quedaría en el aire en la segunda mitad del partido.

En la segunda parte, casi más de lo mismo. Y es casi porque España adelantó líneas mientras que Italia, gastada por el enorme esfuerzo del primer tiempo, decidió esperar atrás y reservar esfuerzos para montar rápidos contragolpes. Fue cuando Del Bosque trató de cambiar la tendencia del equipo retirando del terreno de juego a Nolito para que Aduriz tuviera su oportunidad formando dupla con Morata en la punta del ataque español. Conte, por su parte, haría lo mismo con Thiago Motta en lugar de De Rossi, que se retiró muy enfadado cuando vio que su entrenador le eligió a él para que abandonara el terreno de juego en el minuto 54. A pesar de ello, España llegó a contar varias oportunidades que terminaron sin premio, primero un remate de Piqué a la salida de un córner, después Morata rematando un centro desde el costado izquierdo, y por último Cesc, que disparó duro desde la frontal, pero sin suerte. Delante estaba un gran Buffon, tratando de engrandecer su figura a costa de una delantera española que, francamente, no tuvo su día.

Del Bosque volvió a interpretar bien la situación, entendiendo que los jugadores españoles estaban derrotados de antemano, ninguno ayudaba en las recuperaciones, ninguno corría a los espacios, ninguno presionaba, y lo que es peor, todos caminando sobre el terreno de juego, dando una enorme sensación de languidez, pesadez y dejadez, como si no se estuvieran jugando nada. En ese momento, el Marqués dio la alternativa al canterano blanco Lucas Vázquez en lugar de un desgastado Álvaro Morata, con la idea de que un chaval que debuta lo hace siempre dejándose el pellejo sobre el césped, quizá para tratar de que el resto de jugadores se contagiaran de sus ánimos por agradar y ganar el partido. Era el minuto 71 de partido, y España necesitaba hambre, velocidad y juego directo para enchufarse al partido, y Lucas podría ofrecérselo. Gracias al extremo gallego, llegaron nuevas oportunidades para “La Roja”, aunque sin tener a la diosa fortuna de cara. Tanto fue así, que el donostiarra Aduriz caería lesionado en una jugada en la que le hicieron la cama dentro del área sin que el colegiado del encuentro viera nada punible, Bonucci le derribó y éste cayó con tanta violencia sobre el césped que terminó con la espalda tocada y la nariz sangrando. Lo intentó el jugador del Athletic Club, pero muy condicionado, tuvo que dejar su puesto en el terreno de juego al canario Pedro, futbolista que pedía minutos esta semana a través de los medios de comunicación de una forma un tanto execrable.

Llegada la recta final del encuentro, España se comportó como ese estudiante desastroso que deja todo para el final. Buscando el gol con prisa y más con el corazón que con la cabeza, llegaron a fabricar incluso nuevas oportunidades de gol, casi siempre en jugadas que partían desde la banda de Lucas. En la creación de juego, tanto Iniesta como Silva y Cesc no supieron estar a la altura de las circunstancias, y tuvo que ser el chaval el que tirara del carro de la Selección Española en uno de los peores momentos que se le recuerdan a “La Roja”. En los últimos instantes del partido, Piqué tuvo en sus botas la oportunidad de empatar el encuentro, gracias a un gran pase interior en el que el catalán remató a la derecha de Buffon, aunque el meta italiano le adivinó las intenciones y terminó deteniendo el disparo. Ya no había mucho para más, pero a pesar de ello, todavía fue a peor. En una jugada muy parecida a la del gol de la victoria de Croacia, dos jugadores italianos en el costado izquierdo terminaron por enfrentarse hasta con cuatro jugadores españoles sin que éstos les presionaran ni hicieran nada más que bascular de forma timorata, lo que aprovechó la escuadra ‘azzurra’ para cambiar el juego al costado derecho, donde se encontraba solo Parollo, que metió el pase al centro del área española para que Pellé rematase casi a placer, poniendo el definitivo 2-0 en el marcador.

Con esta derrota España se queda fuera de la Eurocopa, siendo todavía la actual campeona. Del Bosque, muy posiblemente, tendrá que decir adiós para siempre, abandonar el banquillo de “La Roja” tras conseguir un fracaso estrepitoso, y alejarse completamente de lo que le quedó heredado de Don Luis. Ya no hay “tiki-taka”, ni tampoco juego de campanillas, pero es que tampoco hay ni hambre de victoria, ni tampoco vergüenza para correr cuando hace falta, es hora de que el salmantino tome las de Villadiego y se produzca un verdadero relevo generacional, más que nada porque hace falta. España es un equipo formado por Iniesta y otros 22 más, pero el manchego tampoco estuvo fino, hizo carrera continua y tocó bola lo justo y menos, y el equipo terminó notándolo. Normal. Se terminó un ciclo histórico para la Selección Española, es hora de construir un nuevo equipo y afrontar el futuro con otra perspectiva, toca volver a reinventar un estilo. Aquel equipo que supuso un punto de inflexión en aquella tanda de penaltis hace ocho años, volvió a ser quien fue antes de aquello. Italia nos lo dio, Italia nos lo quitó. Así es el fútbol.

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