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Ya dediqué una serie de artículos (disponibles aquí ) a los entresijos de la Enseñanza; aquí no vamos a hablar de eso sino a constatar un hecho: la gente situada en los sillones del poder no quiere democratizar la Cultura, a pesar de sus hermosos programas caritativos, no puede permitir el conocimiento porque ése es el fin de la estratificación social y económica que les beneficia, y toda esa mentira es, sorprendentemente, el amparo de la vida de sus víctimas, que matarían por defender su miseria espiritual sin percartarse de que es también el motivo de la económica…

Qué no van a permitir en nuestros colegios e institutos:

 

  1. Arte y Cultura

No quieren que sepamos qué es el Arte: el Arte es pensamiento, entretener puede ser una parte de las funciones de una obra artística, el folklore tienta lo que el Arte es (y muchas veces hasta confundirse) pero la Gran Fuga de Beethoven o los sonetos de Góngora constituyen un universo de interpretaciones que requieren una formación y generan una complejidad de mensajes que no los hacen comparables; dicho de otra manera, la formación genera interpretaciones cada más complejas, por eso quien sabe mucho de música valora y disfruta cualquier cosa, y la falta de formación limita e impide comprender los discursos artísticos salvo los que comparten los valores cercanos a ese propio intérprete… una sociedad que no profundice en los conocimientos está condenada a la superficialidad, a quedarse en lo entretenido, en la satisfacción inmediata de un deseo pero no en el análisis del mismo, no ahonda en su autoconocimiento. La parapoesía actual, la pintura sin pintura, la música convertida en producto de hipermercado, la narrativa cuentachismes, toda esa espiritualidad sentimentaloide es una estafa casi siempre inconsciente hecha sobre la satisfacción de alguien no formado y basada en la existencia de un héroe (irreal) (el autor) más verdadero en el discurso fílmico-televisivo que lo explica todo que en su existencia cotidiana, plena de incongruencias en comparación con su creación, eso sí: muy profesional. La Tradición no es Cultura. El Entretenimiento no es Cultura. ¿Qué lo es?: averígüelo.

 

  1. Enseñar Política, esto es: vida

Quieren que confundamos la política con un juego de partidos. Política es pensamiento, es Arte, es Economía, es Ética entendida como forma de vivir, es Historia, es reivindicación del Estado como garante de la dignidad humana (a favor de la libertad y contrario a la coerción basada en lo que no es discutible públicamente; recuperamos la idea ilustrada de la Cultura como Tribunal Público en el que la exposición, el análisis y la crítica son los límites de la libertad, más allá de este Tribunal sólo hay oscurantismo y fe, revelación y fanatismo justificado en mensajes esotéricos que no son comunicables). Hay que volver a las ideas, la gestión sólo es una parte de la política y debe estar más en manos del funcionariado, solvencia y utilidad deben ser las referencias, no colaborar para incrementar la riqueza de unos cuantos porque, supuestamente, sólo así se crean puestos (misérrimos) de trabajo. No quieren que sepamos qué hacen, no quieren que empecemos a saber de política desde el colegio porque temen que adelgacemos la parte burocrática del Estado suprimiendo puestos políticos o dependientes de los políticos y devolvamos lo público a funcionarios que fiscalicen el trabajo de los electos; temen que limitemos el tiempo de dedicación a esos cargos electos (o “vinculados a”) y garanticemos la vuelta al mundo laboral originario o al paro durante la misma cantidad de años; su poder se ejerce desde el protocolo y la jerarquización pseudonobiliaria de los cargos, el miedo de toda la vida, por eso no pueden tolerar que sepamos y queramos participar, temen que pudiéramos vincular los sueldos (generosamente) al de procedencia y vuelta para evitar la hipertrofia en los cargos, para evitar tener una casta gobernante (hereditaria) que necesita mantenerse para trabajar y sostener su nivel de vida y social; porque una comunidad participativa bien organizada se preocuparía más de garantizar la entrada y salida de los cargos que la prolongación profesional en los mismos.

¿Qué es, pues, mentira? Les recuerdo que nos hemos parado a hacer un examen acerca de las utilidades de la Educación (Enseñanza) y de por qué motivo no quieren que funcione. Mi tesis es muy sencilla y poco novedosa (véase verbigracia el programa ilustrado), la única revolución posible no cruenta se hace a través del conocimiento y la promoción de la libertad individual, un movimiento progresivo, lento, que debería hace mucho tiempo haber sido un programa de transformación global… pero no, atribuirán locura y desconexión con la realidad a quienes nos atrevamos a plantear algo tan sencillo como esto, y sin embargo llamarán normalidad a exponer un Ferrari con una rubia teñida molletosa llena de siliconas entre los restos de un bikini: el Santo Mercado; es la inversión de los valores tradicionalmente denominada fascismo: nos hablan de moral, de orden, de Estado, de Ley e independencia de poderes, de moderación y reequilibrio de las diferencias, de espiritualidad y de Libertad, pero no quieren que sepamos qué son verdaderamente, se atribuyen la normalidad pero no asumen la anormalidad consecuente de su sistema de pensamiento con un mundo lleno de desigualdades brutales, violaciones y prostíbulos, guerras estratégicas, fanatismos religiosos lacerantes, deseperanza y destrucción medioambiental; vence la imagen promocional turística (usando a la rubia recauchetada), el Arte de mentira, la realidad diaria confundida con el cine fantasioso y el porno… eso sí, en privado. No quieren que nuestras hijas, nuestros hijos, sepan. Insisto, la labor del pensamiento no es decir la Verdad (que no existe), sino denunciar las mentiras de los dominadores.

 

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