El Comité Federal del PSOE del próximo 1 de octubre será trascendental no sólo para saber qué apoyos sigue teniendo su secretario general para continuar negándose en redondo a permitir otro gobierno de Mariano Rajoy durante los próximos cuatro años, sino sobre todo para contabilizar los apoyos internos que mantiene tras las reiteradas andanadas de buena parte de la baronía, que no quieren ni por asomo secundar la estrategia de Pedro Sánchez de buscar de nuevo un gobierno alternativo con Podemos, Ciudadanos y fuerzas nacionalistas. El riesgo de fractura en dos del centenario PSOE es más real que nunca este 2016, pero también la posibilidad de Pedro Sánchez de poder ser investido presidente del Gobierno con la abstención de Ciudadanos, Podemos y los nacionalistas.

En teoría la convocatoria de este Comité Federal está prevista para analizar los previsibles malos resultados que los socialistas cosecharán tanto en las autonómicas gallegas como en las vascas. Este escenario, no por previsto deja de ser un elemento que juega aún más a la contra de Ferraz y de su secretario general, que no está dispuesto a dejarse arrebatar tan fácilmente el cargo sin pelearlo. Por ello amagará con la convocatoria del eternamente retrasado congreso federal para este otoño, en previsión de que tengan que citarse de nuevo a los ciudadanos a unas nuevas elecciones generales para diciembre. De este modo dejaría sin margen de maniobra a la eterna aspirante sin serlo oficialmente, la baronesa andaluza. Susana Díaz no podría quemar de este modo tan apresurado sus aspiraciones de liderar el PSOE desde Madrid, con tan estrecho margen de maniobra apenas días antes de unas trascendentales elecciones generales, con lo que conlleva de renuncia al cargo de presidenta de la Junta de Andalucía y configuración de un nuevo equipo director en Ferraz.

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También Sánchez guarda para este 1 de octubre probablemente el último as en la manga con el que pueda salvar su cabeza ante los críticos, un as que ha estado gestionando durante estos últimos días de conversaciones más o menos públicas con los responsables de los diferentes partidos, incluyendo los nacionalistas.

El todavía líder socialista mostrará unas negociaciones avanzadas para conformar un gobierno alternativo al PP de Rajoy. Demostraría que con 85 diputados, el 24% de la representación parlamentaria del Congreso, sí se puede gobernar con apoyos puntuales de Ciudadanos, Podemos y los partidos nacionalistas.

Este supuesto pacto entre bambalinas es el que precisamente ha abierto estos días atrás de nuevo la división en Podemos entre los que están a favor y en contra de permitir a Sánchez que gobierne, aunque el esfuerzo común por evitar convocar de nuevos a los ciudadanos a las urnas pesará más en la decisión final de la formación morada.

Tampoco en las filas socialistas se esconde ya la evidente división en canal del partido, entre los que siguen apoyando a su cúpula y los críticos, con muchos barones a la cabeza y algunos históricos como Felipe González, que reconocen que no hay puentes de comunicación entre ellos desde hace meses.

Desde que accediera a la Secretaría General del PSOE en 2014, Pedro Sánchez no ha podido evitar en ningún momento la sangría constante de votos elecciones tras elecciones, también experimentada en primera persona por su antecesor, Alfredo Pérez Rubalcaba. Muchos militantes siguen creyendo pese a todo que un sustituto en la dirección del partido, ya sea Susana Díaz u otro candidato a la secretaría general, no evitaría tampoco está dinámica decreciente constante.

2 COMENTARIOS

  1. Pedro Sánchez en estos momentos cuenta con el apoyo de la mayoría de los militantes socialistas. Es completamente falso la sangría de votos del PSOE con Pedro Sánchez. Rubalcaba Europeas 23% con un Podemos muy débil todavía. Sánchez 22% y 22,7 % (en junio el PSOE perdió escaños pero no porcentaje de votos) con un Podemos ya mas fortalecido un 0,3% de perdida no puede decirse que sea una sangría. El que puede hablar de herencia recibida es Pedro Sánchez no así los críticos del Secretario General Socialista que deberían de analizar sus resultados antes de abrir boca.

  2. Pedro Sánchez no tiene suerte ni gracia. Es un político crispado sin don de oportunidad. No me extraña que pierda elecciones. Da la imagen de que todo va mal. Para mi que es un cadáver político.

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