Casi cuarenta años en la organización dan mucho de sí. Miquel Iceta se hizo cargo del PSC en julio de 2014, tras la dimisión de Pere Navarro, cuando comenzaba el declive de un partido que había llegado a ser feudo indiscutible del PSOE con aportaciones, incluso, de 25 diputados en el Congreso de Madrid. La militancia ha querido reconocer su atrevimiento al ponerse al frente de la travesía del desierto, frente una oferta renovadora, la de Parlón, que ha convencido a un poquito menos de la mitad de los votantes de las primarias celebradas este sábado. Iceta ha ganado “por la mínima” –700 votos–, con el 54% de los emitidos.
En cualquier caso, las cosas iban a cambiar poco fuera quien hubiese sido el ganador. Tanto Iceta como Parlón habían adelantado que van a exigir a los siete diputados que el PSC tiene en Madrid, el No a Rajoy. “Incluso aunque haya que pagar una multa, que la pagaremos a escote” había dicho un Iceta, que se reconoce “activo partidario” del ex secretario general, Pedro Sánchez. Javier Fernández sabe que no cuenta con la organización catalana, ni para el comité federal del domingo de la semana que viene, ni para sacar adelante la investidura de Rajoy.
En cuanto a los otros aspectos que pueden llegar a ser más o menos controvertidos en el seno del PSC, parece ser que triunfa la tesis del federalismo al que se adhiere Miquel Iceta. Núria Parlón era más proclive al “derecho a decidir”, es decir, a la consulta sobre el futuro de Catalunya.
No obstante, ambos dirigentes tienen un programa muy parecido. Algo que, sobre el papel, importa poco en una organización que va a celebrar congreso los días 4, 5, y 6 de noviembre. Ahí será donde se decida la estrategia futura. Una estrategia que pasa, indudablemente, por un objetivo común: recuperar la supremacía en la izquierda. Y para ello, han de elaborar propuestas que atraigan a un electorado joven, que han perdido, el de los menores de 35 años, y hacer frente a la alternativa que prepara la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau.
