El Gobierno recurrió rápidamente la prohibición de la Generalitat catalana de los festejos taurinos pero siempre miró hacia otro lado cuando desde el 17 de abril del año 1991 el Parlamento canario aprobó una ley de protección de los animales, en la que se prohibían explícitamente todos los espectáculos sangrientos contra animales, entre los que evidentemente se incluían las corridas de toros. Pese a todo, esta ley canaria dejó sin efecto de aplicación lo referente a las peleas de gallos, una tradición que sí tiene arraigo en las islas.

El texto aprobado por la Cámara autonómica canaria hace 25 años recogía que se prohibía “la utilización de animales en peleas, fiestas, espectáculos y otras actividades que conlleven el maltrato, la crueldad o el suplicio de éstos”.

Los defensores de los festejos taurinos argumentan que el reglamento canario no recoge en ningún apartado que se refiera explícitamente a la tauromaquia, aunque evidentemente sí menciona expresamente la lucha contra el sufrimiento de los animales.

El principal promotor de la ley que prohíbe los toros en Canarias ostentó el cargo de diputado del Partido Popular. Miguel Cabrera Pérez Camacho militaba en las filas de las Agrupaciones Independientes de Canarias (AIC) cuando impulsó el reglamento contra las corridas de toros.

Canarias no celebrara festejos taurinos desde una década antes de ser prohibidas las corridas de toros en las islas. Pero el objetivo de la iniciativa legal en Canarias era acabar con las peleas de gallos, algo que solo consiguió a medias. Otras tradiciones que sí lograron erradicar con esta ley fueron las peleas de perros o el tiro al pichón, además de las mencionadas corridas de toros.

Canarias contaba con escasos cosos taurinos. Uno de ellos, el de Santa Cruz de Tenerife, se dejó de utilizar con estos fines en 1983 y pasó a ser un recinto de eventos musicales y otros actos culturales.

La secretaria general del Partido Animalista (Pacma), Ana Bayle, está convencida de que los toros no volverán a Cataluña pese a la sentencia del Tribunal Constitucional porque “en Cataluña no hay afición para mantener las corridas de toros y, además, sólo hay una plaza que reúna los requisitos, que es la Monumental y en estos momentos está subarrendada. Dudo mucho que vuelvan porque esto está superado en Cataluña y no hay afición, a no ser que traigan autocares”, afirmó a Servimedia.

La dirigente del Pacma afirma que el Grupo Parlamentario Popular en el Senado presentó un recurso contra la prohibición de las corridas de toros en Cataluña “con tres argumentos (competencial, cultural y económico)”, y el Alto Tribunal “sólo ha fallado en el ámbito competencial”.

Bayle asegura que esta sentencia, si se confirman estos términos, pone de manifiesto que el Constitucional no desea pronunciarse acerca de la viabilidad económica de la tauromaquia ni de su interés cultural actual. “Una cosa es que en su día se declarase patrimonio cultural y otra cosa es que en realidad lo sea, ya que la sociedad está avanzando hacia unos valores más respetuosos con los animales y el medio ambiente”, apostilló.

Mientras tanto, desde el Partido Animalista se mantendrá la lucha por la erradicación de cualquier tipo de espectáculo que tenga como fin el maltrato animal. “Pacma dará una contundente respuesta política y legal para conseguir no sólo la prohibición de los toros en Cataluña, sino en toda España”, aseguran en las redes sociales.

La encuesta que la empresa Ipsos Mori realizó en diciembre de 2015 sobre la tauromaquia en España, pone de manifiesto que el apoyo de los españoles a la actividad taurina ha caído casi a un régimen marginal. Según este sondeo, el 84% de los jóvenes está “poco o nada orgulloso” de vivir en un país donde la tauromaquia es una tradición cultural y revela que tan solo el 19% de los adultos españoles, de edad comprendida entre los 16-65 años, afirmó que apoyaba de alguna manera la tauromaquia.

 

Según la Encuesta de Hábitos y Prácticas Culturales 2014-2015, elaborada directamente por el Ministerio de Cultura, se confirma que tan solo un 6,5% de la población española acudió a una corrida de toros el pasado año, y que tan sólo 9,5% de los españoles acudió a algún espectáculo taurino en general.

“Una cifra de asistencia residual, si se compara, por ejemplo, con el número de personas que acuden tertulias o mesas redondas (13,5%) o al Jardín Botánico (11,5%)”, argumenta Pacma.

En Francia, el Consejo de Estado acaba de ratificar la decisión del Tribunal de París de retirar la tauromaquia de su inclusión de la lista de “Patrimonio Cultural Inmaterial”.

El Partido Animalista se siente con fuerza para patrimonializar esta lucha contra los festejos taurinos, sobre todo después de los excelentes resultados en las últimas elecciones generales, donde a punto han estado de conseguir representación parlamentaria. Pacma cree que, con el respaldo de sus 286.848 votantes, dará voz “a la nueva sensibilidad de los hombres y mujeres de la sociedad, basada en unos valores compasivos e inclusivos con respecto a todos los animales en general y los toros en particular”.

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