El sector financiero español ha sido uno de los que más rápido se ha reestructurado para hacer frente a la revolución digital y a las consecuencias de la explosión de la burbuja inmobiliaria. Actualmente sólo operan quince entidades por los procesos de fusión de las cajas de ahorro cuando en el año 2008, el año en que la crisis financiera provocada por la caída del mercado inmobiliario y por las consecuencias de la crisis golpeó directamente a España, había más de cincuenta.

Los desmanes de la banca durante la burbuja trajeron como consecuencia el rescate que el Estado tuvo que solicitar a Bruselas en el verano de 2012, una línea de crédito de hasta 100.000 millones de euros, de la que se utilizaron 41.300 millones para salvar a las entidades bancarias españolas, un rescate del que está respondiendo todo el pueblo español.

Fue el propio Luis de Guindos quien aseguró que ese dinero sería devuelto por las entidades rescatadas. Sin embargo, la realidad es otra. Hasta ahora los bancos sólo han devuelto un 5%, según el Banco de España, y el propio ministro de Economía, al igual que el FROB, han reconocido que no se va a poder recuperar el total del dinero que el pueblo español puso para que algunas entidades no quebraran, un dinero que se podía haber utilizado para subsanar las verdaderas necesidades de los ciudadanos.

Las fusiones y la revolución digital están provocando que muchas sucursales cierren, un total de 16.500 desde el año 2008. Evidentemente esto tiene una repercusión en la vida de las personas. Es cierto que cada vez es menos necesario que los usuarios se acerquen a las oficinas para realizar sus gestiones porque las más habituales se pueden hacer a través de internet, del teléfono móvil o de la tablet. Ni siquiera es necesario utilizar la tarjeta de crédito/débito para pagar nuestras compras puesto que a través de la tecnología NFC es posible realizarlo con el teléfono móvil.

Pero no todos los ciudadanos están preparados para utilizar estas nuevas tecnologías. Los pensionistas, por ejemplo, suelen acercarse a la entidad a retirar fondos en metálico el mismo día en que cobran su pensión y no están educados para gestionar sus operaciones bancarias a través de las nuevas tecnologías. En el mundo rural, por ejemplo, muchos pueblos se han quedado sin oficina bancaria o sin cajero automático porque «no son rentables» obligando a los habitantes de esas localidades a desplazarse kilómetros y kilómetros para poder disponer de dinero.

El Banco de España, el ministro de Economía y el FROB reconocen que no se recuperará la totalidad del rescate bancario

Hay que tener en cuenta que la edad media de los que viven en estas zonas rurales es muy elevada y que en su mayoría están totalmente desconectados de los avances de la revolución digital. Un ejemplo curioso de esto lo tenemos en la localidad madrileña Brea de Tajo, de 560 habitantes, que en el 2016 vio cómo el Banco de Santander cerraba la sucursal bancaria porque no era rentable y que en el sorteo de la lotería de Navidad fue uno de los lugares donde tocó el primer premio. Seguramente los bancos volverán.

El cierre de las sucursales y el cambio del modelo de negocio también han tenido su reflejo en el empleo. Según datos del Banco de España, en España había en el año 2008 278.300 trabajadores en el sector financiero. En 2016 193.000. Por tanto, la banca española ha destruido 85.300 empleos. Este fenómeno no es único en España ya que afecta a todos los países del mundo occidental pero la destrucción de empleo del sector bancario español supone el 14% de todo el ajuste de plantillas a nivel mundial.

La destrucción de empleo del sector bancario español supone el 14% de todo el ajuste de plantillas a nivel mundial

La reestructuración de las plantillas se ha realizado a través de diferentes fórmulas como las jubilaciones anticipadas, las prejubilaciones o los despidos con unas condiciones más ventajosas que las del resto de la clase trabajadora, lo que ha provocado que la media del coste de los despidos en la banca haya alcanzado cifras muy por encima de la media del sector servicios o de la media nacional.

La banca ha llegado a pagar indemnizaciones por despido de 60 días por año trabajado con la actual Reforma Laboral ya vigente. En el año 2015, por ejemplo, la media de indemnización por despido en la banca alcanzó los 131.319 euros por persona mientras que la media nacional era 10.508 euros. En 2016 la media en la banca fue de 26.575 euros por persona, mientras que la media nacional se situó en 6.219 euros y la del sector servicios en 5.828, según datos del Instituto Nacional de Estadística.

Hay que tener en cuenta que desde el año 2009 el sector financiero español ha recibido ayudas estatales por valor de 79.000 millones de euros, cantidad de la que los bancos apenas han devuelto el 6%. El modo en que han pagado esas ayudas por parte del pueblo español ha sido despedir a un tercio de sus empleados.

Lo peor de todo es que estos ajustes aún no han terminado la reestructuración. El futuro de la entidad BMN pone en riesgo a 17.000 empleados y una red de 2500 oficinas en toda España, sobre todo si finalmente es absorbida por Bankia. Algo parecido podría ocurrir con la propia Bankia si finalmente es comprada por el BBVA, tal y como pretende Luis de Guindos. Funcas, sin contar con lo que ocurra con BMN, ya ha estimado que para el año 2019 será necesario haber cerrado otras 3000 oficinas más y despedir a 14.000 empleados más.

3 COMENTARIOS

  1. Eso es lo que pasa cuando uno se codea con ladrones de baja estofa; no sólo te roban, sino que además, si te descuidas, te liquidan… Una de mi banco me llamaba hace unos años para que «invirtiera en preferentes»… ¿Os suena?… Le dije que se abstuviera de ofrecerme ninguna inversión, porque yo no tenía dinero, y si lo tuviera o tuviese en algún momento, no iba a invertir en nada…. No sé si será una de las despedidas, espero que no; porque lo de llamar a los jubiletas para ofrecerles la mierda de las preferentes lo hacía bien…. ¡Y seguro que alguno picaría!.. En fin; lo del «internés» es un invento, y yo a los bancos no suelo ir más que para sentarme… y poco. Por cierto; me regalaron un televisor por la cara… Eso estuvo bien.

  2. Espero que todo ese dinero público prestado a estos «cárteles de la avaricia» sea devuelto íntegramente al estado y con intereses. También insto a la población a que guarde sus ahorros en casa bajo una baldosa. Estarán mucho más seguros y dormirán tranquilos.

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