El ex-presidente colombiano, y actual senador, Álvaro Uribe ha aparecido en los medios de comunicación internacionales como el defensor de las víctimas del conflicto armado colombiano. El amigo de Aznar y Esperanza Aguirre dejó tras de sí un mandato donde los derechos humanos fueron vulnerados con asiduidad. Son 185 los procesos abiertos en su contra por delitos de lesa humanidad, con numerosos informes de Human Rights Watch en su contra. Hubo éxito económico, pero también cifras negativas.

El caso de los “falsos positivos” (asesinatos por parte de miembros de las Fuerzas Armadas catalogando a las víctimas como guerrilleros) deja una cifra de 3.430 víctimas que se conozcan hasta la fecha. El gobierno Uribe dictó la Directiva 29 de 2005 mediante la que se abonarían 3.815.000 pesos colombianos (unos 1.100 euros) por cada guerrillero muerto. Esta directiva sirvió de excusa a altos mandos militares para asesinar a personas que nada tenían que ver con el movimiento guerrillero. El ex-presidente Uribe llegó a afirmar en Twitter: “En reunión con las madres de Soacha varias me expresaron que sus hijos estaban infortunadamente involucrados en actividades ilegales, lo cual no excusa asesinatos, pero la hipótesis no fue examinada por la justicia”. Criminalizar a las víctimas como modo de esconder la vulneración de los derechos humanos.

Las cifras de la muerte del período aumentan con 32.000 personas aún en paradero desconocido

Las cifras de la muerte del período aumentan con 32.000 personas aún en paradero desconocidoCrímenes todos ellos que o bien se encuentran en proceso, o bien no han sido investigados aún por falta de pruebas. Pero en todos ellos hay implicaciones directas de su gobierno o de personas de su antiguo partido El Partido de la U. El actual presidente de su partido personalista, Centro Democrático, defiende a las víctimas de la guerrilla (él mismo es víctima por el asesinato de su padre), pero se esconde en el caso de las víctimas de su gobierno.

 

Paramilitares y narcotráfico

Las Autodefensas Unidas de Colombia fue un grupo paramilitar que se creó para luchar contra la guerrilla colombiana, pero que degeneró en un grupo terrorista y narcotraficante más. Al igual que los guerrilleros, los paramilitares extorsionaron a empresarios para pagar el impuesto de protección, torturaron, asesinaron, quemaron pueblos solo por el hecho de estar cerca de las posiciones de guerrilla de las FARC o del ELN. Y desde el principio se ha vinculado a Uribe y su familia con estos grupos. De hecho, su hermano Santiago Uribe está siendo procesado por pertenecer al grupo de los doce apóstoles, el de los dirigentes de los paramilitares.

su hermano Santiago Uribe está siendo procesado por pertenecer al grupo de los doce apóstoles, el de los dirigentes de los paramilitares

Los jefes paramilitares, que fueron extraditados a EEUU por narcotráfico, han relatado a la fiscalía estadounidense que familiares de Uribe estuvieron relacionados con la cúpula paramilitar. Así Don Berna o Salvatore Mancuso han acusado a su hermano Santiago de ser uno de los cabecillas. Daniel Rondón, testigo protegido de la Fiscalía colombiana, ha asegurado que Uribe, mientras fue gobernador de Antioquia (provincia colombiana), se reunió con Carlos Castaño (máximo responsable de las AUC) al menos en una ocasión. Algo que también ha confirmado Francisco Villalba. Ha sido común entre los colombianos de a pie comentar, cuando se produjo el proceso de desmovilización de los paramilitares, que era sencillo el proceso pues al fin y al cabo el presidente era el “jefe de los paracos”.

La vinculación con el narcotráfico viene desde sus inicios en la alcaldía de Medellín. Álvaro Uribe fue alcalde de esa ciudad, y posteriormente gobernador de la región cuya capital es Medellín, en el momento más álgido del poder del cártel de Medellín. Siempre ha negado cualquier relación con Pablo Escobar, algo que conociendo la realidad de los cárteles de la droga resulta sorprendente. Sin embargo, sí ha reconocido vínculos de su familia con los Ochoa (miembros poderosos del cártel antioqueño) por la cría y competencia equina. No obstante, el servicio de inteligencia militar de EEUU (DIA) le tenía en su lista de miembros y colaboradores del cártel de Medellín.

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