Parece increíble pero es cierto: la peor campaña para el PSOE en estas -repetidas- elecciones es la que está haciendo propio PSOE. Son los únicos que no se han dado cuenta de que había que cambiar el discurso, pero para bien, para más suave, para más conciliador, y sobre todo, hacia la izquierda. Pues bien: están haciendo todo lo contrario.
No hay manera. Cuantos más días pasan más burradas sueltan contra quienes deberían ser sus aliados, esto es, Unidos Podemos. Escuchar el discurso de Ibarra donde le pide -más bien en tono exigencia- a Pedro Sánchez que le diga alto y claro a los votantes que «jamás pactará con el coletas» es digno de ver. Como también merece atención la intervención de Javier Fernández en el mitin que ha dado recientemente en Asturias: gritos de histeria aderezada con buenas dosis de sentimentalismo y prácticamente cero propuestas. Eso sí, jugando con la palabra «podemos» como si así demostrase que si alguien puede, es el PSOE. Y escuchar a Susana asegurando que el PSOE va a ganar estas elecciones es la guinda del pastel, cuando es evidente que no se lo cree ni ella.
Mientras tanto, Pedro sigue haciendo un paripé que no hay quien entienda: no va a apoyar al PP ni por activa ni por pasiva, pero tampoco va a apoyar a Podemos. Pues muy bien, oiga. Ahora resulta que esto va de jugar a las adivinanzas, a ver si la gente no tiene otra cosa mejor que hacer que ir encajando las piezas del puzzle que van soltando los «socialistas». «Coletas» con su mirada de gato con botas y su dulce tono de voz está sabiendo entender mucho mejor la manera de pescar los votos socialistas que «el Guapo». 
Si ponemos todas las fichas sobre la mesa tenemos a un Jordi Sevilla asegurando que jamás habrá pacto con Podemos (así, respetando al Comité Federal, que para eso está). Esta pieza marca, según parece, los vértices del puzzle, por lo que hay que seguir buscando las que contengan ese mismo lateral sin muescas: y ahí está Ibarra, González, Fernandez, Díaz, Felipe y Sánchez, principalmente. Más o menos tenemos delimitado el cuadro. Mientras van encajando las piezas, otros sudan la gota gorda y aprietan los dientes, porque saben que va a pasarles factura tanto bofetón a Iglesias: Castilla La Mancha, Valencia, Barcelona…
Escuchando los discursos de estos días, viendo las campañas electorales, es más que evidente que los dirigentes están pensando única y exclusivamente en vencer a sus rivales, en ganar puntos: en el poder. No se les ve preocupados por lo que nos va a caer encima desde Bruselas, ni por haber superado el 100% del PIB en déficit, ni el desempleo, ni… Vaya, que queda muy bien en los discursos hablar de algunos de estos temas para soltarle la patata caliente al adversario; pero nada más.
En todo este panorama la pieza central es el PSOE, que haga lo que haga irá de cabeza. Y lo saben. Para formar gobierno su apoyo será indispensable, y como ha querido jugar tanto a la centralidad (formando gobierno con la derecha en sitios como Andalucía y con la izquierda en lugares como Aragón, o Valencia) ahora está en la encrucijada.
Los recién llegados no tienen nada que perder y pueden mantenerse firmes en sus posiciones. A diferencia del PSOE -cada vez que bloquea algo le llueven tortas por todos lados (y con razón)-, ponerse cabezón le da réditos tanto a Podemos como a Ciudadanos (al PP le da igual porque cuenta con sus siete millones de accionistas).
¿Por qué le cuesta tanto hablar claro a Pedro? ¿Por qué no usa ni siquiera la estrategia de abrazar a Podemos para tranquilizar a los votantes que quieren un gobierno de izquierda que desaloje a la derecha? ¿A qué está jugando si es evidente que de este modo está perdiendo votos de manera sangrante?
¿Nadie le dice a Sánchez que está haciendo un ridículo enorme? ¿No hay un sólo asesor que le diga a este «rey» que va desnudo?
Desde fuera se ve todo tan claro que resulta necesario que el PSOE se retire al rincón de pensar, que implosione, que arda y si después queda algo, que resurja para recuperar todo lo que ha destrozado en estos años. Quizás sea la única forma de recuperar al partido. Porque todo lo demás, ya se ha intentado. 

1 COMENTARIO

  1. Si el PSOE lo está haciendo tan mal, ¿qué importancia tiene que pierda votos? Otros los ganarán y eso de bueno que nos llevamos los Españoles.
    Cuando en segunda posición otros fueron la llave, también fue el PSOE quien lo hizo mal, se ve.
    Sea cual sea el resultado, la posición del PSOE es la equivocada y sus decisiones las perjudiciales. Es un hecho pues todos, sin excepción, culpan a los Socialiatas a la vez que les exigen una decisión en la dirección que sea. No importa que otros, los otros, todos los demás no propongan nada porque quienes están vacíos de ideas son los Socialistas.
    En esta tesitura lo que parece estar pasando, la caída del PSOE, debería considerarse una buena noticia.
    ¿No lo crees así, Beatriz Talegón?

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