Si todos los partidos políticos no llegan a un acuerdo para desbloquear la actual situación de parálisis política, los nuevos comicios serán una realidad. A la insólita posibilidad de unas terceras elecciones generales en menos de un año en España se añade la no menos insólita fecha en la que se celebrarían: 25 de diciembre, día de Navidad. Ahora, el PP, principal artífice de esta fecha maquiavélica, da un paso atrás y empieza a maniobrar para evitar que estos terceros comicios se celebren en una fecha tan señalada.

Varias voces en los últimos días han comenzado a especular sobre la posibilidad de introducir algún cambio que evite que los ciudadanos tengan que ir a las urnas ese día. Entre las opciones que se barajan, apuntan a una que pasa por introducir una pequeña modificación en la Ley Orgánica del Régimen Electoral General que acorte la campaña electoral de 15 días a 8, de manera que los plazos para el resto de procesos –presentación de candidaturas, voto por correo, recursos, etc.– permanecerían intactos.

Ningún líder hasta ahora se había pronunciado abiertamente sobre estas hipótesis, hasta este viernes. El portavoz del PP en el Congreso, Rafael Hernando, ha asegurado que, una vez que la realidad de las terceras elecciones es ya casi una evidencia, tomará «medidas» para evitar que unas eventuales terceras elecciones caigan en 25 de diciembre. Hernando, sin embargo, no ha especificado a qué tipo de medidas se refiere.

En declaraciones a Catalunya Ràdio, el ‘popular’ se ha mostrado convencido de que no habrá terceros comicios porque la situación se va a desbloquear al preguntársele si acortarán la campaña para avanzar las elecciones una semana. «Si no, tomaremos medidas porque evidentemente no nos parece una fecha razonable», ha manifestado Hernando.

Ha avisado del ridículo que supondría celebrar unas terceras elecciones: «Yo estoy en que no puede haber elecciones; es que no podemos hacer ese ridículo, aunque le puede ir bien eso al PP».

Según ha dicho, el PP no tiene miedo a unos nuevos comicios porque ha hecho lo correcto, ya que ha «ofrecido acuerdos para que no los hubiera y tendido la mano a la gente para que no hubiera una legislatura frustrada otra vez».

Hernando ha calificado la undécima legislatura de desastre y teatrillo: «La gente ha tomado más manía a los políticos. Antes, a los clásicos, pero ahora ya incluye a C’s».

El portavoz popular ha considerado que el PSOE está enrocado: «Hay unos señores que están enrocados por otras cuestiones que poco tienen que ver con el programa electoral ni sus compromisos con los electores, ni tan siquiera con el interés del país».

Ha argumentado que la corrupción «no se puede utilizar como mantra para bloquear el país», y ha añadido que han impulsado con C’s el paquete legislativo más severo para combatirla. También se ha mostrado favorable a «revisar» la reforma laboral aprobada en 2012 porque en aquel momento había una situación de crisis y ahora hay crecimiento y creación de empleo, ha defendido.

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