Una de las grandes particularidades del 26-J, considerados los comicios como los segundos del llamado Nuevo Tiempo o Segunda Transición una vez constado el fracaso estrepitosos de los primeros celebrados en diciembre, es que el que sale claramente ganador del envite es el que está fuera del cuadro generacional que enmarca lo novedoso del momento, hasta el punto de que está por ver  hasta dónde llega la novedad del momento. Es para pensarlo, y para que piensen un poco más en su fracaso los otros tres jinetes del evento, es decir, los otros tres (Sánchez,Iglesias,Rivera) que son los que realmente se mueven en unos parámetros de edad que les hacen compartir una serie de valores comunes y vivencias al margen de la ideología que profesan.

El valor fundamental de la nueva generación no es el tener 35, 40 o 45 años. El valor fundamental a todos  ellos, lo que les convierte en harina de otro costal, es que el anterior régimen político, -el franquismo-, es para todos ellos a lo sumo un muy vago recuerdo de infancia. No vivieron la dictadura ni siquiera someramente, no están marcados por esa etapa de la historia de España, del mismo modo que los principales protagonistas de la Transición no vivieron la guerra civil activamente, si acaso era para ellos un ruido de la niñez y las memoria de unas cuantas imágenes desgarradoras.

Pero la particularidad de este momento, como digo, es que Mariano Rajoy es el único de los cuatro protagonistas de la historia que sí vivió activamente aquello años presididos por el “habla pueblo, habla”. Ya era por aquel entontes, como el mismo recuerda, un joven concejal en Pontevedra, ya pegaba carteles de AP en las primeras elecciones de la democracia surgida en la Constitución del 1978.

Así que tras todo el barullo político que se inició en España con la abdicación del viejo rey, el desgaste creciente de los viejos partidos,  la irrupción vertiginosa en el escenario de los llamados partidos emergentes…finalmente los españoles hemos elegido, y así ha sido por más que les duela a “los nuevos”, que nos siga gobernando el que ya peina canas, el que claramente esta vinculado con un tiempo que los emergentes dijeron que vinieron a depurar e incluso a superar, aunque visto lo visto ni los emergentes terminan de emerger ni aportan una novedad lo suficientemente poderosa como para que los españoles decidan de forma mayoritaria decirle al señor Rajoy que su tiempo no es este.

Y me parece inaceptable el argumento del miedo, también que se falte al respeto a personas que votaron lo ya conocido. Es repugnante y propio de mentes dictatoriales. Diría más bien que no hay toneladas de miedo ni ignorancias supinas que no se dejen enamorar por el atractivo de una novedad cargada de verdad y futuro. Lo que ocurre es que no existe, por más sonrientes que se pongan  los portavoces del “cambio” en sus erráticas campañas. Y finalmente el pueblo, que no es tonto, habla y decide.

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