¿Hay mar de fondo en el partido “popular”? Noooo, es lo que parece pero no lo es. Nos dejó escrito Plutarco, el historiador griego con ciudadanía romana, que hay individuos que para entrar en la lucha política, componen un personaje, como los actores de teatro para salir a la escena, recomendado el arrepentimiento por tal acto, ya que, o se hacen esclavos de aquellos sobre los que pretenden gobernar o se enfrentan con aquellos que pretenden agradar.

Aquí, el “penúltimo” acto de amor verdadero. Juan Carlos Monedero, cofundador de Podemos, en sus, también, penúltimas” declaraciones anda divagando entre el personaje “fantasma” de la película Hierro 3, del director surcoreano Kim Ki-duk y el Mito de la Caverna de Platón.

Sus declaraciones sobre “Si Pablo Iglesias cae, también lo hará todo el partido (y tú te jodes)” es como aquel pensamiento platónico de la existencia de una verdad que existe independientemente de las opiniones de los seres humanos y el cambio que supone acceder a ella, que una vez que se conoce, no tiene vuelta atrás.

Realmente, domina el arte de meterse en todos los charcos y más que ayudar con sus manifestaciones, dificulta la pantomima orquestada. En fin. Más de uno y una, piensa: “Con lo tranquilo que está comiendo tierra”.

Pero lo que me parte de risa, es cuando afirma “que hay un pueblo esperando”, ¿esperando a qué? Lo tengo como una persona con un elevado grado de conocimiento y cultura, pero también como un experto en el timo de la estampita, utilizando en beneficio propio y de sus congéneres, las herramientas políticas.

No sé si recuerdan “El caso Almería” en el referéndum de 28 de febrero de 1980, donde se denuncio que “votaron hasta los muertos”. Y hago alusión a ello, porque mientras están enfrascados en simular que el partido “popular” es horizontal, que los círculos existen y ¿deciden?, que todas y todos pueden elegir “líder o lideresa” de turno, el diputado andaluz, Juan Moreno Yagüe, el pasado 3 de enero de 2017, en su muro de facebook, denunciaba el cierre del censo para las votaciones de “Vistalegre II” ( El Imperio contraataca) y solicitaba lo siguiente “¿les importaría compartir este post, inscribirse si no lo están ya y además convencer a más personas de que lo hagan? (Aunque no «sean de Podemos»). Sé que es difícil entender esto ahora mismo, pero el futuro de este país se va a jugar ahí. Y necesito ayuda para influir, si puede ser de manera decisiva. Su ayuda. Compartan por favor. Si no está inscrito, inscríbase, y convenza a alguien más. Acaba el día 4.”

Si, han leído bien, aunque no sean de Podemos. ¿Qué fiabilidad tienen estas votaciones y han tenido las anteriores?, ¿Qué garantías se le da a la ciudadana/o que decide votar por este partido? Ninguna.

No me quiera vender la moto, por favor, no se ponga filosofo en sus planteamientos, cuando estos, los de su partido, son más propios de aquel capitulo de los Simpson, donde Lisa descubre que “los muertos votaron al partido Republicano”. “Podemos se parece a los partidos de la casta” declaró días antes de dimitir de su cargo político.

El sistema no quiere acabar con Podemos, lo necesita, es una creación suya. Es propio de cualquier dictadura, incluida la franquista, amedrentar a la ciudadanía con la pérdida del dictador, dejando huérfano al pueblo. Esta herramienta está obsoleta, no es creíble. No se puede culpar al vecino de las desgracias de su propia casa. Si Podemos se está haciendo el harakiri, y no por razones de honor, es porque las hemerotecas han recogido las contradicciones y discursos vacios de contenido e ideología.

Y ciertamente, como escribe, en este país muchas y muchos estamos asqueados porque todavía “los pies nos huelen a franquismo”, por ello mismo, los cinco millones de votantes que tiene el partido morado, no quieren llevarse otros cuarenta años arrepintiéndose que su voto vaya a un “partido que solo aspira al poder sin tener el mejor discurso ni más votos”.

“Antes de empezar a escribir, tengo que escuchar lo que suena en mi cabeza, porque si acabo una frase con todo sentido, pero a esa frase le faltan armonía y melodía, es que aún sigue incompleta” – Jose Saramago.

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