El colmo de Miguel Ángel Mancera es que será impugnado y declarado inelegible después de ir de una mentira tras otra.
Primero salió con que era un ciudadano independiente, aunque en los hechos era un hombre más del presidente, trataba con desdén al PRD para después apropiarse de él hasta hacerlo tan pequeño que ni él cupo, para finalmente ser postulado al Senado por el PAN.
Es curioso que su impedimento constitucional sea consecuencia de la Reforma Política del Distrito Federal, por un aparente ejercicio de armonización que impactó en 54 artículos. Sus colaboradores dejaron pasar o incluso agregaron al Jefe de Gobierno en la fracción V del artículo 55 que prohíbe la elección de gobernadores al Congreso, para beneficiarse de su eliminación en la pelea por escaños y curules.
Resulta paradójico que esa Reforma tan insustancial haya significado tantos cambios de naturaleza técnica, a la fecha nadie sabe para qué sirvió esa Reforma, sin embargo, puede ser la que haga justicia a los habitantes de la Ciudad de México y mande al basurero de la historia al Jefe de Gobierno que se dedicó a exprimir los bolsillos de la gente a través de injustificables aumentos de tarifas y de multas promovidas desde la iniciativa privada.
Como decía Amado Nervo acerca del ocaso de la vida cada quién es artífice de su propio destino y una persona que se la vive en la indefinición, la mentira y la traición no podrá esperar la gloria, el traidor termina traicionado, porque haber llegado a gobernar la Ciudad con una votación histórica para terminar robando a la gente no puede llamarse de otra manera, es traición.
Pero nunca es tarde, el Jefe de Gobierno tiene remedio, lo primero que debería hacer es renunciar a su participación en el proceso electoral, de pena ajena que haya quedado como el bodeguero de las despensas de Ricardo Anaya en la Ciudad de México y en compensación acepte una candidatura ilusoria al Senado, decir que será electo a través de Chiapas no sólo es una mentira, es un fraude a la Ley.
Su obligación es quedarse para en verdad acompañar la Reconstrucción de la Ciudad, su otra obligación es detener la especulación del desarrollo urbano, ni una obra más de impacto y ordenar la rescisión de su obscuro contrato con autotraffic para el cobro de fotomultas, es inaceptable que sostenga un falso discurso de movilidad sin un sistema de transporte público eficiente y aparte se enriquezcan cobrando multas.
Otra acción de reivindicación es garantizar que ningún recurso público condicione el voto, usar los recursos públicos para obligar a quienes menos tienen a votar por sus victimarios es un criminen, intentar hacer de los damnificados del sismo una clientela política es inhumano, en la Ciudad la gente conoce sus derechos y los ha ejercido históricamente en contra de la voluntad del poder.
Otra decisión que lo reivindicaría es dejar de ser obstáculo para el cambio de México, hoy por hoy Andrés Manuel López Obrador representa la única posibilidad de que este país retome el camino de la lucha democrática, en honor a la verdad el Jefe de Gobierno llegó de la mano de este proyecto y no tendría porque declararse su enemigo.
Los que alientan el odio hacia quienes le dieron vida política son en realidad sus enemigos, el Jefe de Gobierno debería hacer un alto en seco, porque evitar su desgracia también garantiza que este país termine por cerrar una obscura y sangrienta época.
Siendo un perseguido político del gobierno de Miguel Ángel Mancera pienso que el interés de la nación está por encima de cualquier rencilla, creo que los obstáculos que el régimen pone al cambio pueden irse librando uno a uno, creo que todo lo que tenga remedio debe ser remediado, no hay razón por la que Miguel Ángel Mancera se aferre a combatir la llegada de Andrés Manuel López Obrador a la presidencia de la República.
Cierto es que cambió de proyecto, pero ese proyecto lo dejó fuera, no tiene proyecto, el presidente de la República lo desechó, mejor se decidió por El Bronco, el Frente Amplio ni opinar lo dejó en la sucesión de la Jefatura de Gobierno y entre sus colaboradores está el beneficio de su tragedia. Mancera está sólo, realmente sólo, en una posición devaluada que no deja de ser clave para el destino de este país.
Escribo a sabiendas de que el Jefe de Gobierno no sólo es presa de la traición sino de sus propios intereses, aunque el cambio que promueve Morena no tiene fines de persecución, sino de regeneración, él si bien es cierto que hizo negocios al amparo del poder, bien es cierto también que está en posibilidad de resarcir el daño, cualquier amigo o asesor le diría a Miguel Ángel Mancera que el peor error es negarse a corregir.
Por último, debería romper sus pactos de impunidad y reconocer que sus operadores políticos son delincuentes que gozan del generalizado repudio, que en gran medida el rechazo a su gobierno atraviesa por su amparo y protección a delincuentes que hoy presumen actuar en su nombre, el pacto de impunidad atraviesa por la Asamblea y el Frente por la corrupción firmado entre el PRD, el PAN y el PRI.
Mauricio Toledo, Jorge Romero y Adrián Ruvalcaba a cambio de darle gobernabilidad hicieron de la administración de Mancera la más corrupta en la historia, dejan una Ciudad en la que el crimen opera a sus anchas a cambio de respaldar sus cacicazgos, la inseguridad es la consecuencia de esa corrupción, hoy te pueden asaltar y hasta matar y no pasa nada, ni para la estadística porque puedes acabar arrojado en el Estado de México, este es a la fecha su verdadero legado.
