Alto delgado serio y capaz siempre de un entusiasmo infantil. Luis Mancha. Cineasta periodista antropólogo profesor guionista… conversador nivel diez.

Nuestros caminos se juntaron en 2004.

Érase una vez un programa de libros, magnífico, bautizado Farenheit. Mancha era el jefe de guionistas y contramaestre del barco literario cultural. El programa se emitía en la Televisión Valenciana… ahora habría sido un éxito brutal gracias a la facilidad de internet. Me entrevistaron dos veces, el Nadal y luego para meterme en las viñetas del Tibet, el mejor album de la serie de Tintín. Y Mancha, junto a Sánchez-Magró me propusieron entrar en el equipo. Como realizador. Acepté.

Fueron tiempos maravillosos. Dignos de ser recordados y escritos. Resucitados y desamortajados.

Ya sin frecuencia ni plazos, el lado luminoso de las obligaciones laborales, he seguido siempre los pasos del fascinante señor Mancha.

Pasó de guionista a productor y director. Firmó la película sobre la literatura moderna española más importante que existe: GENERACIÓN KRONEN (Aquellos olvidados años 90, cuando ser escritor era otra cosa).

Y continuó creciendo como cineasta. El siguiente documental, Borderlines, lo rodó en California, de la mano de Alejandro Morales.

Entre medias ha firmado varios cortometrajes, optado a los Goya, formado un equipo de producción de gran solidez, y se prepara para nuevos retos.

El hombre alto delgado serio y capaz siempre de un entusiasmo infantil, ha crecido. Y parece que de momento no va a parar de crecer. Aunque me confesaba, mientras paseábamos por un parque del centro de Mad Madrid, que también echaba de menos los tiempos en los que su única responsabilidad era el guión.

Todo ello sin dejar sus clases en la Universidad de Alcalá. Siempre me ha encantado esa universidad. La única que yo conozco capaz de fichar creadores y profesores tan magníficos, fascinantes, como él.

A quien le interese la literatura actual no debería dejar de ver Generación Kronen; la verdad de lo que fue.

 

(Texto dictado por Javier Puebla, y mecanografiado por el escritor Ángel Arteaga Balaguer).

 

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