El próximo día 22 de julio a las 22 horas, en la Casa Museo de Federico García Lorca en la localidad de Valderrubio en pleno corazón de la Vega de Granada, se celebrará la II Velada poética y musical ‘El embrujo del agua’.

La intersección lorquiana de la música y la poesía se encuentra en los espacios del agua, en los cantos de su fluir por el río y las acequias, por entre las piedras, por entre los juncos, por las alamedas, por entre los surcos que el hombre cultiva.

En los aires que se respiran por entre las sombras y los trinos de los pajarillos al paso libre de la esclavitud del reloj, surgen los valores del hombre en el camino incierto de la propia existencia.

Así surgieron los versos de un libro que hablaba de los ‘Hilvanes del agua’ que cosen al hombre a la tierra; así surgió un tiempo para compartir un pensamiento común entre Paco Beltrán y Enrique Moratalla en torno a la Vega de Granada.

No es difícil entender como una persona con la sensibilidad y el genio de Federico consiguiera trasladar ese embrujo que produce la naturaleza más primaria, ese duende que nace de lo más hondo de cada uno de nosotros. No es difícil comprender como cuando tus pies tocan el agua fría de las acequias, cuando tus ojos se clavan en una vieja higuera en la bocana del pozo de una noria, cuando los brillos te sorprenden en el lienzo plata de una hoja que levanta el vuelo a la sombra de sus hermanas que cuelgan de los fuertes brazos de los chopos que elevados al cielo nos elevan por encima de la tierra. No es difícil leer sin miedo al tiempo, escribir sentado en una tasquiva (1) o en un balate de una acequia, no es difícil coger el ritmo pausado de las cosas en las fuentes donde el agua brota. No es difícil nada de esto gracias a Federico que en su valentía fue capaz de plasmar algo tan mundano y corriente con la genialidad de quien ha sabido desentrañar el juego de las estrellas en un universo único.

El embrujo del agua nace ahí en ese punto donde compartimos caminos, acequias, cultivos, reveses de la vida…, donde el duende sin cadenas se abre paso en las notas de la música o en los versos de un poema.

Así pues, ‘La Velada poética y musical ‘El Embrujo del agua’’ es una realidad por la poesía y la música propia del agua de esta Vega y de sus gentes, es una realidad que nace desde esa luz universal de las estrellas con ese espíritu de no tener fronteras, de no entenderlas más allá de las que el propio cosmos nos impone en nuestra existencia.

La Velada ‘El embrujo del agua’ es un sencillo espectáculo popular donde poetas y músicos junto al pueblo comparten la simbiosis entre la poesía y la música, pretende transportarnos a esas noches de embrujo y duende en el corazón de la Vega de Granada, noches imposibles sin el descubrimiento del duende por el más universal de nuestros poetas, ese que aún sigue caminando, trinando, glogeando (2), suspirando, susurrando,… , por cada rincón de esta tierra.

El saber que esta Velada es un tiempo para curar la entraña en ese bálsamo del duende no quita para entender, o quizás explica, que surjan los temas candentes de la sociedad de los hombres. Lorca nunca fue ajeno a ello, tampoco su literatura, y por ende su poesía. En esa tradición social también se incardina esta Velada donde está muy presente el dolor del pueblo ante las injusticias del propio hombre, donde está la memoria de las huellas del pasado, de los pasados, de todos, de los ‘buenos’ y los ‘malos’, y en especial de los más duros que se encuentran entre ellos más allá de un maniqueísmo impropio del fondo de las cuestiones. Todo esto si estamos atentos nos lo canta el agua desde los veneros hasta las aguas tranquilas de los ríos, solo es cuestión de seguirla, de escucharla, de tocarla, de mirarla,…, de respetarla.

El año pasado, el diecisiete de julio de dos mil quince, nacía esta velada, ‘El embrujo del agua’, y lo hacía en la presencia inequívoca de todo lo dicho, pero en el recuerdo de quienes nos impulsaron en los albores de esta, hoy maltrecha, democracia hacia ese duende en el embrujo de la poesía y la música, me refiero a los poetas, escritores, músicos y artistas en general que fueron ‘Manifiesto canción del Sur’. En esta tesitura tiene todo el sentido del mundo que no pudiera ser otro quien hiciera el prólogo del libro ‘Hilvanes del agua’ que el más joven de aquellos trovos y artistas, me refiero a Enrique Moratalla, poeta y cantautor que tenía solo diecisiete años cuando comenzó a compartir inquietudes con Antonio Mata, Esteban Valdivieso, Juan de Loxa, Juan Jesús León, Carlos Cano, Nande Ferrer, Miguel Ángel González o Raúl Alcover, entre otros.

Así pues, el embrujo del agua reunió de nuevo a Lorca y a ‘Manifiesto Canción del Sur’, reunió de nuevo al duende con el humanismo y el compromiso ante la sociedad desde el arte y la cultura, y esa intención prosigue.

Este año, en la segunda edición de esta Velada, tomarán vida los pentagramas y la voz desde las guitarras del maestro Rafael Soler y P. Hidalgo; desde la fuerza de la garganta nos llega el quejío de las gentes humildes en la voz incontestable del maestro del flamenco D. Alfredo Arrebola – hombre recto y digno que siempre levantó la voz por la justicia entre los hombres-, también nos llega la canción del compromiso en la voz y la música de Paco Damas -voz y música en la esperanza de que la lucha de la palabra dignifique al hombre-, igualmente Enrique Moratalla elevará su voz y su palabra para que como la flor del frío la vida se abra paso a pesar de la dureza que el propio hombre le provoca.

Este año, desde los versos nos llega Pedro Hidalgo con su sonrisa abierta y juvenil -sin miedo a mostrar que los viejos tejados que se deshacen en el polvo del tiempo dejan una historia que debe ser contada para no ser olvidada-, nos llega Azucena Enríquez con una fragancia de sangre fresca –que en la nostalgia de los pasos vividos en el mundo pareciera que éste se le rompe sin remedio-, nos acompaña Chema Cotarelo -un gran poeta que sobrepasa fronteras, un hombre de huellas que recorren montes y valles, cosmos inciertos, que sabe que en la esquina de los sueños siempre se puede buscar una sonrisa y un motivo para tenerla y que siempre el último soplo espirado es el momento que existe y que llamamos presente-, nos acompaña Josu Gómez Barrutia –hombre de su tiempo que con su poesía llena de simbolismo y de compromiso conecta con el hombre corriente de la calle-, con ellos estaré yo –y desde mi voz surgirán versos que hsblarán de historia a través del cultivo del tabaco o de cuando el vehículo era la bicicleta-. También, este año, junto a este elenco estará el arte del baile de Elena Olías acompañando la voz y la música de Carlos Cano en la interpretación de ‘Habanera imposible’.

Asimismo contaremos con el arte gráfico en las fotografías de J. Antonio Ruíz, Mar Domínguez, P. Hidalgo y P. Beltrán, y en las ilustraciones de J. Ramón Ortega Alba, así como las voces de Esther Casares Fernández y Lola García Castaño para dar vida al acto y a algunos de los poemas de los vates antes mencionados.

Esperamos estar a la altura del pueblo llano, del que ha de entender esta Velada y la fuerza de la palabra y la música, igualmente esperamos estar a la altura de quienes nos inspiraron y de quienes el año pasado, Juan Trova, Josefina Martos, Nande Ferrer, Toñi Barroso, Luis Lucena, Anthony Wheeler –Tony Chau-, Rafael Soler, Lola García, Mar Domínguez, J. Antonio Ruíz Bueno, Pedro Enríquez, Enrique Moratalla y yo mismo, con su arte y compromiso pusieron un nivel muy alto.

Es de reseñar antes de concluir esta semblanza que, al igual que el año pasado, esto no sería posible sin la apuesta incondicional del Ayuntamiento de Valderrubio y de la Casa Museo de Federico García Lorca donde celebramos estas ‘Veladas’. ¡Qué importante es que nuestras administraciones públicas se crean ‘lo de la Cultura’!

Desde la organización se espera la asistencia hasta llenar ese emblemático lugar que es ‘el corral’ –el patio grande- de la Casa Museo Federico García Lorca, otrora casa de labor de esta Vega de Granada, casa donde Federico en su infancia tardía y en su incipiente juventud se encontrara con la gente llana, casa donde encontrara la puerta de sus mundos en el mundo donde la familia García Lorca labraba la tierra.

Y no lo olvidéis Federico siempre espera, nunca tiene prisa y nunca quiso perderse como una mariposa inicia el vuelo en la sutileza de los movimientos pausados de sus alas… Os esperamos.

 

 


(1) Tasquiva: Surco de mayor tamaño que el resto y que suele usarse para conducir un grueso de agua, para contener el agua en las lindes de las fincas o de las tablas de riego y para repartir el agua de riego en la cabecera de las fincas por medio de represas y piqueras –portillos removibles-.

(2) Glogear, término acuñado por el gran novelista Miguel Delibes y que muy acertadamente hace referencia al ruido que hace el agua en su fluir alegre o en el transcurrir por un cauce entre las piedras o en su devenir en los arremolinamientos que hace tras las caídas en los remansos.

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