Decía Echanove en el acto de homenaje a Carme Chacón, que había que recordarla no sólo para llorarla, también para tomar nota. Tenía toda la razón Echanove también cuando decía que de una vez los ejemplos deberían servir para algo.

Es mucho lo que se ha dicho y se ha escrito sobre Carme en los últimos días, tanto que es difícil no decir nada que no se haya dicho ya. También es mucho lo que la hemos llorado y lo que la seguiremos llorando. Pero me parece importante “el tomar nota” que decía Echanove.

Carme era mucha Carme, una mujer infatigable que defendía con pasión sus principios, no se rendía nunca por muy duro que fuera el techo que había que romper. También era una mujer con una visión clarísima de lo qué quería, de cómo debían ser las cosas, de su modelo de Partido y su modelo para España. No era marketing, ni escaparate, era pura ideología que decía lo que pensaba y pensaba lo que decía.

No sólo se convirtió en un símbolo en esa tan recordada foto, embarazadísima de Miquel pasando revista a las tropas, también como reivindicaban ayer German Rodríguez y Julio Rodríguez, el paso de Carme Chacón por el Ministerio de Vivienda y el de Defensa supuso muchos y grandes cambios.

Como socialista era de esas compañeras que hacían que esto mereciese la pena. La política es dura, todos vivimos mil crisis en el camino, pero recordarla y recordar su forma de entender la política, hacía que no tirases nunca la toalla. Te recordaba por qué estábamos aquí y por qué teníamos que seguir en la pelea.

Era una socialista de los pies a la cabeza, de las de verdad, sin matices. Una compañera leal, generosa, capaz de dar un paso atrás si consideraba que era necesario y que era lo mejor para el Partido. Un Partido que la cuidó y la quiso, pero también desde el que sufrió algún que otro ataque furibundo. Todo hay que recordarlo. No hay nada mejor que no tener que arrepentirse de lo que se dice y de lo que se hace, en esto también muchos deberían tomar nota.

Carme fue un ejemplo de cómo se debe vivir la política, de qué significa ser socialista. Los que trabajamos con ella en su candidatura a primarias y todos los compañeros y compañeras que la apoyaron, no podremos dejar de tener la sensación que aquella fue una oportunidad perdida, que sí era el momento de Carme Chacón y que, sin duda, con ella al frente habríamos vuelto a parecernos más a nosotros mismos.

La muerte de Carme, no sólo es inasumible, también nos deja un vacío que va a ser muy difícil de llenar. Como decía Germán Rodríguez, los que hemos tenido la etiqueta de “Chaconistas” nos queda llevar la etiqueta con honor, lo hemos hecho siempre en realidad. Pero lo que es más importante, nos toca recoger el testigo y seguir defendiendo lo que ella defendía. Si ella pudo con todo, a pesar de ese corazón frágil, nosotros debemos y podremos.

Carme se ha ido en uno de los peores momentos en la historia del Partido Socialista. Si no es por nosotros mismos, al menos en su memoria deberíamos hacer el esfuerzo de reconducir la situación actual. Dejar de una vez los ataques y descalificaciones que lo único que van a conseguir es que el día después el Partido no sea otra cosa que tierra yerma. Volvamos al debate de ideas como hacía ella. Sólo desde las ideas la “victoria” puede ser definitiva.

Este Partido ha sido capaz de unirse para llorar la muerte de una de las nuestras. ¿Tan difícil es que esa unidad y ese respeto duren más allá de unos días?

No se me ocurre mejor despedida que la de Leire Pajín a su amiga: No te voy a decir adiós, porque siempre, siempre estaré pensando en ti.

Gracias por tanto, Per sempre Carme.

 

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