La precariedad laboral provoca depresión, ansiedad e intentos de suicidio

Nacidos del sentimiento de carencia, que experimentamos al creer que somos una mente encerrada en un pequeño cuerpo que necesita luchar por su supervivencia, aparecen el deseo y el temor, las fuerzas básicas de la identidad egoica. 

El deseo puede ser positivo o negativo, y es en gran medida el constructor de los hábitos, pero esta necesidad natural es condicionada por la familia primero, y por la cultura imperante después, o incluso simultáneamente, ya que la familia nada de esta misma cultura.

Los deseos positivos construyen la personalidad y la integran en la comunidad, de manera que le otorgan cualidades que le hacen vivir no solo más felizmente sino más responsablemente. Son los relacionados con la automejora de las características con las que hemos nacido, y la búsqueda de satisfacciones y placeres que no sean perjudiciales, ni a corto ni a largo plazo, ni para si mismo, ni para nada ni para nadie, y que favorezcan el cuidado y desarrollo de lo existente, que son los muebles, enseres, decoración y familia de ese hogar que llamamos existencia.

El temor deriva de nuestra percepción de nuestra propia insignificancia y necesidad de protección, por eso nos agrupamos, nos comunicamos, colaboramos y creamos elementos motivadores que nos den la sensación de continuidad.  También se dispara ante situaciones preocupantes, sean o no realistas. Puede hacernos cautos o bloquearnos.

El deseo puede ser un motor, y el temor una llamada a la prudencia si la personalidad es madura y equilibrada, y también pueden ser una tortura tanto una emoción como la otra.

En los tiempos actuales(aunque también en el pasado, pero tal vez de otra manera) la vivencia de estas alteraciones de la mente es muy intensa. Hay un continua sobreestimulación de ambas por parte de la estructura mercantilista, y también la política (incluso las religiosas y algunas más) que pretenden manipular, y conducir a la población tocando las teclas emocionales primarias.

Los símbolos del poder egipcios eran el látigo y el gancho, que simbolizaban la capacidad de atraer y de castigar, y esto mismo es lo que hacen esas grandes estructuras. Crean la falsa idea de que “uno es mas” por tener más, o por representar más. Pero uno no es más de lo que se conoce a sí mismo.  Encumbrando a unos crean mitos y referentes,  sin embargo, son los que a ellos les interesan. Y también les inyectan miedo de muy diversas formas.

Hay más de 3.500 suicidios al año en España (año 2017), más del doble de muertes que por accidentes de tráfico. Un tercio de la población está estresada y no sabemos cuántos deprimidos en mayor o menor grado.  Es necesaria la enseñanza de la asepsia psicológica personal en toda la población pero especialmente en los jóvenes, para que tengan buenos cimientos personales.

El ser humano debe ser como el conductor de un carro romano con cuatro caballos, un Auriga, que lleve la enorme fuerza y potencial con que ha nacido por el camino adecuado, integrando sus características personales con las de la sociedad en la que quiere proyectarse.

Estos caballos son poderos y veloces, pero también se asuntan y necesitan de la guía firme de su conductor. Es necesario aprender a manejar las emociones negativas para que no sean fuente de adicciones perjudiciales, de malas relaciones y de destructividad de la autoestima.

Una persona tiene que ser consciente y dueña de sus facultades, aunque a veces se deje más o menos suelta (pero siempre vigilada). Un deseo poderoso puede hacer que se supere tremendamente. Tenemos el grandioso ejemplo de los juegos paralímpicos en los que se ve hasta dónde puede llegar la disciplina y las ganas de mejorar y obtener logros en personas que tienen graves deficiencias. Es emociónate verlos. Sin embargo, observamos  también que otras personas caen en un negro pozo de mal entendida compasión por sí mismos y son capaces de quitarse la vida, es trágico y revelador de que hay mucho trabajo por hacer para el que quiera tomar la antorcha y mostrarse a él mismo y a otros el camino hacia la excelencia.

El deseo y el temor son fuerzas de la vida, las más básicas y las más fuertes. El amor a su propia naturaleza es su padre y su madre es la infinita creatividad de la mente, que sugiere millones de caminos para su expresión, pero cuando estas se tornan lúgubres por las creencias imperantes en el interior, las consecuencias pueden ser nefastas.

Es necesario educar para tener fortaleza emocional. La vida no siempre es fácil, y en gran medida es una rosa con espinas, y hay que saber levantarse después de caerse, aunque sea mil veces. No se puede vender el hedonismo, sin que haya también una formación estoica, hay que saber sufrir, y aprender a salir del sufrimiento, las dos cosas.

No podemos estar en esos índices de autoeliminación, que es la segunda causa de muerte entre los jóvenes, esto es dramático. No se ve el estado de bienestar por ningún lado. Y las carencias psicológicas se remedian con remedios psicológicos, que no solo deben ser paliativos sino preventivos.

La carencia de sentido es muchas veces motivo de depresión, “el para qué”, pero esto debe dibujarlo cada uno con muchos colores, enmarcarlo y ponerlo en un lugar destacado. Uno mismo tiene que buscar y darle sentido a su vida, y hacerlo con mimo, si empieza pronto, es posible que se encuentre con una, o varias obras maestras concluidas de las que sentirse satisfecho y que recordará diciendo: yo luche por ese amor, yo luché por ese trabajo, yo luche por esa causa, y eso le llenara el corazón y será un ejemplo para los que lo conozcan y tengan la suerte de conocerlo. Alguien que no habrá vivido por vivir sino por amar, y eso lo elevara por encima de sí mismo logrando la realización y la transcendencia, lo sujetará cuando parezca que va a caer y lo templara mediante la gratitud, al darse cuenta de cuánto debe a la ayuda de la vida.

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Presidente de la ONG Paz en Acción, director de Radionuevaera.es, Coproductor del programa Tiempo de Cambio, colaborador de la revista Ser Consciente, coach, empresario, escritor y conferenciante. Tiene un profundo interés por todos los conocimientos humanísticos, dedicándose al estudio de la Psicología, especialmente el análisis de C.G.Jung, mediante una introspección de más de dos años. Su interés por comprender al ser humano y su destino le lleva a estudiar también Filosofía durante ocho años. Se forma en técnicas bioenergéticas durante un año y medio, y meditación, tres años. Es colaborador en periódicos, televisiones y especialmente en numerosas radios. Desarrolla varios productos que comercializa a nivel nacional como: -CURSOS DE AUTOAYUDA (12 TÍTULOS) -REVISTA: EL MUNDO DE LO INCREIBLE –PROGRAMAS: ELIMINE SU ESTRÉS Y VALORES PARA UNA CULTURA DE PAZ -LIBROS: RELACIONES HUMANAS, TECNICAS ÉTICAS DE VENTA y ESTRELLAS DE ESPERANZA. Imparte el taller: SER CONSCIENTE EN EL AHORA.

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