Resulta alarmante que en pleno siglo XXI un total de 664 millones de personas en el mundo aún no dispongan de agua potable; y lo que es peor, que cada día alrededor de 1.000 niños/as, menores de 7 años, fallezcan a causa de enfermedades diarreicas –tales como la diarrea acuosa aguda; diarrea disentérica, con un alto contenido de sangre mucus o pus; y la diarrea persistente- todas ellas evitables, debido al uso de fuentes de agua potable contaminadas con sustancias fecales y a la práctica inadecuada de higiene.

Así pues, este 22 de marzo se celebra el Día Mundial del Agua y, por este motivo, Naciones Unidas ha lanzado el lema ‘Aguas residuales, ¿por qué desperdiciar agua?’. Una campaña con la que se pretende concienciar a todas las personas, organismos y entidades mundiales, que el agua debe ser tratada y reutilizada; apostando por la creación de alianzas junto a los países subdesarrollados para poner en marcha proyectos relacionados con el agua y el saneamiento al resto de países en vías de desarrollo.

En el extranjero, Cruz Roja cuenta con 28 proyectos de agua en países de América, África y Asia. Y también dispone de un programaERU de Agua y Saneamiento– que dispone de 5 plantas potabilizadoras con un equipamiento necesario y cuyo objetivo se basa en ayudar a las poblaciones afectadas por los desastres naturales, proporcionándoles un suministro de 225.000 litros de agua al día, gracias al cual abastecen a centros sanitarios y a 15.000 personas durante 3 meses; promueven unos hábitos de higiene saludables y mejoran el saneamiento de una población con 5.000 habitantes.

En nuestras fronteras, Cruz Roja Española trabaja en colaboración con el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente desarrollado un Programa de Vigilancia de Basuras Marinas mediante el cual, en 2016, consiguieron recoger en torno a unos 4.200 kilos de basura vertidos en ríos, riberas y/o costas.

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