Fue  allá por un mes de Septiembre del 2008  cuando la Ultraderecha Europa se conjuro entorno al cadáver del líder Austriaco Jörg Haider en su nueva conquista del espacio político y social . Fue así el sepelio del que fuera líder del partido de la Libertad de Austria la cita en torno a la cual   los fantasmas del totalitarismo volvieron a tomar forma en los rostros de sus nuevos herederos y herederas,  fueron  Jean-Marie Le Pen ,Umberto Bossi  y Alessandra Mussolini sólo algunos de los asistentes a esta suerte de aquelarre de la ultraderecha europea que comenzaba entonces y apoyada en el caldo de cultivo  de la crisis económica su expansión por la vieja Europa.

Hoy, ocho años después el proyecto de la intolerancia, la xenofobia y el recorte de las libertades impulsado por quienes sacaron las banderas del nacionalismo patrio y el populismo radical  han logrado  ya sus primeras  victorias en un perfecto juego de ajedrez  de arrinconamiento del proyecto europeo y de las democracias occidentales .

Sin lugar a dudas,  la crisis económica transformada ya en sistémica y con afectación al ámbito político, institucional o social ha permitido que el caldo de cultivo de la sinrazón habite en el corazón de una ciudadanía hastiada de un proyecto europeísta incapaz de dar a priori respuesta a la pérdida progresiva sufrida en sus derechos y libertades. Vivimos así el auge real y palpable de la Europa de los frentes, del populismo de la ultraderecha al de la Izquierda que hoy crece en contraposición en los peligrosos extremos del tablero de la política europea. Y todo ello con el Euroceptismo como punto de unión entre ambos y el fuera de juego de una socialdemocracia europea  incapaz de encontrar su espacio ante la transmutación de una parte de su electorado que hoy pone sus miradas en el populismo de la ultraderecha como solución a los problemas de su presente.

Así, hoy  las soflamas del peligro de una quiebra del Estado del bienestar, el final de las prestaciones sociales o de los sistemas públicos de salud o el miedo al terrorismo frente a una Unión Europea paralizada funcionan como un perfecto pegamento de unificación entre las fuerzas de una Ultraderecha en aumento de mano de partidos como el Frente Nacional en Francia, La Liga Norte en Italia, el Ekip en Inglaterra o la reciente ascensión a segunda fuerza política en Alemania del partido nazi y xenófobo AfD no vienen más que a dibujar el fracaso de un proyecto europeo escorado al naufragio  como consecuencia  de las políticas implementadas por una derecha europea que dinamitando  los pilares del bienestar social y el progreso de la clase trabajadora ha  potenciado en gran medida el acelerado crecimiento del nuevo totalitarismo fascista europeo. Y todo ello, además con la socialdemocracia como convidada de piedra ante el festín del proyecto neoliberal europeo que obligo en gran media al harakiri de los partidos socialistas en países como Grecia  o España tras las obligadas medidas tomadas a cabo en el aciago Mayo de 2010 el gobierno socialista José Luis Rodríguez Zapatero, medidas que hoy se repiten en la Francia de Hollande con el desgaste de un partido socialista francés condenado a priori en las próximas elecciones generales al camino de la gran coalición con la derecha de Sarkozy o a dejar paso a la populista Le Pain en su asalto a Los Campos Elíseos.

En definitiva, hoy Europa vive el fracaso de su proyecto, ese que se escribe con la indignidad de los pactos a la Turca que sirven como subarriendo a la mayor crisis humanitaria vivida en los  últimos tiempos en la Europa de la Democracia, esa en donde hoy los campos de concentración pululan por doquier entre alambres de espino y violaciones de los derechos humanos con la mirada cómplice de la emperadora Merkel y sus bufones de corte prusiana que hoy nos llevan al abismo de la sinrazón y el frentismo, del odio y la intolerancia del fascismo que día tras día crece con voracidad carcomiendo el sueño de Shuman, ese que hablada de una Europa Unida en la construcción del progreso y la paz mundial.

1 COMENTARIO

  1. Por favor, un artículo del populismo de izquierdas que es un mayor peligro. Ya gobierna en Grecia y en España va camino. Son las ideas del s. XIX las que han traído la pobreza a América Latina, y los que votan con Le Pen. Ese es el fracaso de Europa que haya mucha gente que vote a partidos comunistas de los que trajeron la miseria y la muerte en el siglo XX a media Europa

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