Superada la década desde la entrada en vigor de la Ley Orgánica de Medidas de Protección Integral contra la violencia de Género aprobada en 2004, y a pesar del importantísimo avance que la ley supuso en la materia, las cifras de las mujeres muertas a manos de sus parejas o exparejas y, el elevadísimo número de casos de violencia machista, ponen de manifiesto nuestro fracaso como sociedad.
Desde 2004 apenas han disminuido los episodios de violencia sobre la mujer y continuamos percibiendo un incremento del machismo y conductas machistas en el ámbito de la adolescencia, algo tendrá que ver la laguna que haya podido dejar en el ámbito educativo la asignatura de Educación para la Ciudadanía, pues entre otras cuestiones, pretendía inculcar desde edades tempranas, la necesidad de conseguir una sociedad más justa y más igualitaria.
