Callado, reservado, no muy dado a la risa y ni siquiera a la sonrisa, áspero en el trato e incluso a veces agrio en las respuestas a las críticas mal encajadas, este socialista vasco de Bilbao nacido en democracia y superviviente de un atentado de la banda terrorista ETA ya tiene un amplio y diverso currículo político, siempre en el mismo partido pero no necesariamente apegado incondicionalmente a la misma familia de socialistas. Eduardo Madina ha sido el encargado de hilvanar el programa político a instancias de la gestora transitoria que lleva ya medio año gobernando los designios de un PSOE que anda como pollo sin cabeza desde el pasado 1 de octubre, fecha fatídica que quedará ya para siempre en los anales del socialismo español.

Según soplen los vientos, consignas varias y directrices oficiales, Eduardo Madina, apodado según algunas fuentes socialistas como “el niñato”, tiene un hábil espíritu camaleónico que le hace lograr metas complicadas y al mismo tiempo ser un superviviente nato en la siempre procelosa familia socialista. De joven promesa del socialismo vasco y español se ha catapultado a constituirse con el paso de los años como un valor seguro para el establishment del partido. Sin ser puro aparato participa de él a pies juntillas. No parece que está dentro pero siempre aparece su rostro cuando salen las fotos de los que manejan el barco.

Junto al portavoz de la gestora, Mario Jiménez. Al día siguiente posaba junto a Susana Díaz.

Un estratega nato que incluso en estos complicados momentos para el partido y para su propia carrera política personal ha sabido manejar los tiempos con suma maestría. Paciente hasta el extremo de saber esperar su momento, como político de largo recorrido ha mamado desde muy joven la carrera política, antes incluso de que comenzara como concejal en el Ayuntamiento de Sestao en 1999. Llamado por Zapatero, con 28 años ya se sentó en el Congreso como un diputado socialista más y en 2009 fue nombrado secretario general del Grupo Parlamentario Socialista. A partir de entonces ya nunca ha dejado de ser un asiduo en los pasillos del Congreso de los Diputados.

Siempre ha escuchado atento los consejos de los históricos del partido.

Es consciente de que si no desentona mucho, la política siempre puede llamar a tu puerta para un momento mejor. Y esa máxima la sigue aplicando día a día como si de un estratega bélico se tratara. Tanto es así que cuando Pedro Sánchez le ganó las primarias de julio de 2014 gracias al inestimable apoyo del influyente PSOE andaluz, él no desmayó su constancia ni esfuerzo por intentar arrimar el hombro, aunque le pesara, al nuevo proyecto de su hasta entonces contrincante Pedro Sánchez.

Cuando todo parecía indicar que Susana Díaz lo apoyaría en las primarias de 2014, el PSOE andaluz aupó a Pedro Sánchez

Madina era plenamente consciente de que no podría esperar ningún guiño cómplice del flamante nuevo secretario general del partido, pero de ahí a que Sánchez le hiciera mendigar un asiento en la Carrera de San Jerónimo iba un trecho. El líder socialista lo situó como número siete en la lista por Madrid para las elecciones generales del 20-D. No tenía opciones de salir como número tres por Bizkaia, así que accedió a regañadientes ir de número siete por Madrid, aunque las opciones de lograr el escaño eran prácticamente nulas, como así fue. Madina lo tomó como una ofensa personal y así lo mostraba en sus corrillos de íntimos.

Para el 26-J, Sánchez le tenía guardado el mismo puesto de salida, pero en esta ocasión sí logró el escaño. Madina fue uno de los 68 diputados socialistas que quedarán para la historia que se abstuvieron en la votación de investidura a Mariano Rajoy, el líder de la derecha.

A priori todo parecía indicar que no abandonaría el barco de Pedro Sánchez tan fácilmente como lo hizo, pese a haber sido su adversario en las primarias que éste le ganó en el verano de 2014. Los hechos han venido a demostrar que Madina fue uno de los primeros que se apearon por la puerta de atrás mientras escenificaba una lenta, progresiva y cainita venganza contra su líder. Ya de puertas adentro y en alguna que otra entrevista periodística no se mordía la lengua al criticar abiertamente a Sánchez y su gestión, tanto de la crisis socialista como de la parálisis institucional en la que se hallaba inmerso todo el país durante el pasado 2016.

Nunca le perdonó a Sánchez que lo pusiera de número siete por Madrid

Este domingo 26 de marzo, en el pabellón Ifema de Madrid, Madina escenificó ante 7.000 socialistas el paso que todos preveían que daría después del intenso trabajo realizado en la ponencia política encargada por la gestora desde Ferraz. “Pues, muy bien, Susana y yo estamos juntos”, dijo al auditorio madrileño. Ahora trabajará de cara a abrirle el camino a la baronesa andaluza en las complicadas tierras del PSC y también en otras zonas hostiles a priori para la andaluza. Fue el telonero final que dio paso al discurso de la candidata.

Aquel chico de Rodríguez Zapatero que pasó a serlo después de Rubalcaba e intentó ser líder de todo un PSOE sin conseguirlo, ahora se apresta a ser el escudero fiel de la más firme favorita a ganar las primarias de mayo. Díaz le tiene encomendadas tareas mayores si logra la victoria frente a Sánchez. Ya lejos quedan aquellos días en los que el PSOE andaluz de Susana Díaz lo dejó colgado de la brocha mientras pegaba carteles de su candidatura para relevar a Alfredo Pérez Rubalcaba al frente del principal partido de la oposición. El gran ‘granero’ socialista, el andaluz, optó por Sánchez. Ironías del destino.

Ahora Madina y Díaz se reencuentran en un viaje que nunca abandonaron cogidos de la mano, porque no se debe olvidar que Madina es un político paciente que siempre sabe esperar su momento. Y este parece haber llegado. “No vamos a dejar que te toquen un pelito, Susana”. La reina nunca podría haber encontrado mejor costurero, que lo mismo sirve para un roto que para un descosido. Cosas de políticos.

3 COMENTARIOS

  1. No será simpático Madina, es verdad. Pero es un tipo íntegro que jamás ha hecho apología de ser víctima del terrrorismo. Los hay peores en política, mucho peores

  2. Madina sería una persona integra si hubiera mantenido el «no» a Rajoy con el que se presentó a las elecciones o haber entregado el acta de diputado antes de desobedecer al partido como hizo Sánchez.
    Lo que ha hecho es traicionar a mas de 5.000.000 de votos socialistas que no querían un gobierno del PP y eso no lo hace una persona integra.
    PD: Como víctima del terrorismo me merece todos los respetos.

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