El Presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, ha dado un paso más en su estrategia de poner patas arriba todo lo que sostenía el sistema de relaciones internas y exteriores de su país. Hasta ahora había terminado con el ObamaCare, había puesto en riesgo la geopolítica con sus decisiones en materia de inmigración y las relaciones con algunos países de mayoría musulmana o había amenazado con medidas de corte proteccionista hacia las grandes multinacionales que tenían centros de producción fuera de los Estados Unidos.

Ahora ha dado un paso más y, quizá, sea el más peligroso y el que más trascendencia puede tener sobre la población mundial: terminar con la Ley Dodd-Frank que regulaba las actividades de los mercados financieros, de los mismos mercados que provocaron en 2007 la mayor crisis económica global y de la que aún no se ha recuperado el mundo precisamente porque no había controles suficientes para frenar las actividades especulativas.

lo que pretende Trump es poner los intereses de los bancos por encima de los de los ciudadanos

La Ley Dodd-Frank (Ley de Reforma de Wall Street y Protección al Consumidor) fue firmada por el presidente Barack Obama. Promovía medidas de transparencia y estabilidad del sistema financiero norteamericano, dividía las funciones de los bancos comerciales y de los de inversión, incluía un programa de monitorización de las prácticas bancarias problemáticas para eliminar los problemas derivados de grandes entidades en peligro de quiebra (too big to fail), proteger a los contribuyentes de los costes de rescates a entidades financieras o proteger a los ciudadanos de prácticas abusivas de los mercados financieros.

La Ley Dodd-Frank fue considerada como la medida más agresiva desde la Gran Depresión de 1929 para regular el sistema bancario y, de este modo, evitar casos como el de Lehman Brothers y la burbuja de hipotecas basura que fueron la causa de la gran crisis global de 2007.

Esta ley era una espina clavada en el corazón financiero y bancario de los Estados Unidos. El propio secretario de prensa de la Casa Blanca, Sean Spicer, la calificó como “política desastrosa”. La firma de Trump limitando la Dodd-Frank anticipa una serie de reformas financieras que darán libertad plena a los mercados para realizar sus operaciones especulativas.

Especialistas financieros críticos con esta medida han indicado que lo que pretende Trump es poner los intereses de los bancos por encima de los de los ciudadanos.

Batsa recordar un hecho que ocurrió cuando Obama aún no había llegado a la Casa Blanca y no existía ninguna ley que limitara o controlara las actividades financieras en los mercados financieros. En el año 2008, cuando ya había estallado la burbuja de las hipotecas basura y Lehman Brothers había quebrado, los ojos de los mercados se fijaron en un nicho de negocio que podía ser altamente rentable para sus intereses: los alimentos de primera necesidad. Los grandes fondos y las grandes corporaciones de inversión comenzaron a especular en el mercado mundial de alimentos lo que generó fuertes subidas en sus precios que provocaron una hambruna en el Cuerno de África (Somalia, Etiopía y norte de Kenia) por la que murieron más de 3 millones de personas.

Donald Trump con la derogación de la Ley Dodd-Frank dará plena libertad a los mercados financieros, a los grandes bancos, a las corporaciones de inversión y a los grandes fondos, es decir, dejarles un campo libre en el que tensen tanto las operaciones especulativas que, finalmente, nos llevará a todos a una nueva gran recesión. ¿Cuál será el próximo Lehman Brothers?

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