Según la Base de Datos Estatal de las Personas con Discapacidad, del INE, 1.335.100 personas de edades comprendidas entre los 16 y 64 años y residentes en hogares familiares tenía certificado de discapacidad en el 2014. Esta cifra representa el 4,40% del total de población en edad de trabajar. Lo más destacable del colectivo de personas con discapacidad es su baja participación en el mercado laboral. En 2014 había solo 506.700 personas con la condición de activas, que representan una tasa de actividad del 38%, casi 40 puntos porcentuales menos que en la población sin discapacidad.

Las mujeres con certificado de discapacidad tienen menos presencia activa en el mercado laboral

Aunque la tasa de paro ha sido del 32,25%, con un descenso de 2,8 puntos respecto al año anterior, sigue siendo superior en casi 8 puntos a la del resto de la población, según se desprende del Informe del Mercado de Trabajo de las Personas con Discapacidad Estatal. Por primera vez desde el 2009 la tasa de empleo ha aumentado (más de un punto), mostrando una tendencia similar a la experimentada para el resto de la población. Las mujeres con certificado de discapacidad tienen menos presencia activa en el mercado laboral, al igual que para la población general. La edad también repercute en la participación en el trabajo, de tal forma que hay una mayor incidencia del desempleo sobre la población más joven y una mayor inactividad en el grupo de mayor edad. Cabe destacar el aumento en la actividad y el empleo de los jóvenes con discapacidad, con respecto al 2013, y un descenso en el paro, en los tres casos con valores superiores a los otros grupos de edad. La situación profesional de las personas con discapacidad ocupadas nos indica que casi el 90% de los trabajadores son asalariados, y en sus dos terceras partes, contratados en el sector privado. Su contrato es indefinido a jornada completa y, principalmente, en el sector Servicios.

Según el Sistema de Información de los Servicios Públicos de Empleo, el número de contratos de las personas con discapacidad fue de 243.067 en 2015, el valor más alto de la última década, aunque sólo suponen el 1,31% de la contratación total. Con respecto al año anterior, se ha registrado un incremento de casi un 20%, mucho más favorable que en el resto de la población donde el aumento ha sido del 10,95%. En el acumulado de los últimos diez años el colectivo también tiene un mejor comportamiento que las personas sin discapacidad, pues aquellos lograron un incremento en la contratación de más del 61% mientas que en éstas, prácticamente, se ha mantenido (-0,23%). La contratación por sexo de las personas con discapacidad muestra una gran desigualdad entre hombres y mujeres, con un reparto del 61% y el 39%, respectivamente. En las personas sin discapacidades hay un mayor equilibrio, con el 56,39% de la contratación a los hombres y el 43,61% a mujeres. El aumento en la contratación del colectivo en este año ha sido mayor en el sexo masculino; si la referencia son los últimos diez años, se comprueba que en los primeros años las variaciones interanuales de la contratación eran más favorables a las mujeres que a los hombres, pero a partir del 2010 se produce de forma inversa, siendo el resultado acumulado final más favorable entre las mujeres. En relación con la edad del contratado, de forma general se puede decir que los mayores de 45 años son contratados, proporcionalmente, más en las personas con discapacidades y los menores de 45 años en el resto de la población. El nivel formativo más representativo entre las personas con discapacidad contratadas es la Enseñanza secundaria obligatoria, con titulación o sin ella, que representan el 60,92%. Las contrataciones a universitarios son proporcionalmente la mitad entre las personas con discapacidad que entre las sin discapacidades; con título de formación profesional, hay un mayor peso entre la primeras (18,66% y 15,49%, respectivamente). Con respecto a la distribución de los contratos por sectores de actividad, hay que destacar la cada vez mayor concentración de su actividad laboral en el sector Servicios, con casi el 80% de los mismos; en las personas sin discapacidad la representación del sector terciario es del 68,65%. La Industria tiene una representación similar en ambos y Agricultura y Construcción registran mayores porcentajes en las personas sin discapacidad.

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