Las estructuras para salvaguardar los derechos humanos que la comunidad internacional ha construido en los últimos 70 años están en peligro por la falta de voluntad de los gobiernos para protegerlas, alerta Amnistía Internacional (AI) en su informe anual presentado en Londres. La organización humanitaria calcula que el pasado año hubo 122 países que practicaron la tortura o el maltrato, 29 obligaron ilegalmente a personas refugiadas a retornar a países donde corrían peligro y en 19 se cometieron crímenes de guerra por parte de gobiernos o grupos armados.

El informe subraya que el “peligro” no está solo en las acciones directas de los Estados que socavan los derechos de sus ciudadanos, sino en la falta de apoyo a las instituciones creadas para protegerlos. Los gobiernos que quieren eludir el escrutinio internacional están obstaculizando el funcionamiento de organismos como Naciones Unidas y la Corte Penal Internacional, así como de mecanismos regionales como el Consejo de Europa y el sistema interamericano de derechos humanos, señala AI. “Los derechos humanos han sufrido graves ataques en los últimos doce meses. Desde Venezuela hasta Egipto, desde la República Democrática del Congo hasta China. Incluso los países que tradicionalmente han hecho bandera de la defensa de los derechos humanos han quedado comprometidos”, afirmó el secretario general de AI, Salil Shetty.

El responsable de la organización señaló que “millones de personas sufren terriblemente a manos de Estados y grupos armados mientras los ejecutivos califican sin ningún pudor la protección de los derechos humanos como una amenaza para la seguridad, el orden público o los valores nacionales”, lamentó. “Peligran nuestros derechos y también las leyes y el sistema que nos protege. Más de 70 años de duro esfuerzo y avances en materia de derechos humanos están en la cuerda floja”, indicó Shetty.

El director para Europa y Asia Central de Amnistía, John Dalhuisen, criticó por su parte la actuación del Viejo Continente en la crisis de los refugiados que estalló el último año. “Europa se ha mostrado orgullosa durante mucho tiempo de tener el sistema de defensa de derechos más sofisticado del mundo. Eso todavía es cierto, pero se acercan días en los que esos derechos no van a estar garantizados. Es posible que cuando, en el futuro, miremos hacia atrás, veamos 2015 como un punto de inflexión a partir del cual se aceleró esa tendencia”, afirmó Dalhuisen.

El experto sostuvo que, “quizás con la excepción de Alemania”, los países europeos “han decidido que la protección de sus fronteras es más importante que proteger a las personas”.

El informe global de Amnistía critica asimismo las medidas excepcionales contra el terrorismo que ha adoptado Francia, así como la voluntad del Reino Unido de desmarcarse del Tribunal Europeo de Derechos Humanos.

Se han alcanzado niveles récord en cuando a detenciones de periodistas y amenazas a la libertad de expresión

La organización humanitaria subraya además el “retroceso” que ha sufrido Turquía en los últimos meses, en los que “se han alcanzado niveles récord en cuando a detenciones de periodistas” y amenazas a la libertad de expresión.

La guerra en Siria es otro de los focos de atención del informe, en el que se advierte de la situación desesperada de miles de personas que tratan de cruzar las fronteras del país para huir de los bombardeos.

“La parálisis de los líderes mundiales durante el último año tiene una cara, la de los 58.000 sirios de Alepo que hemos visto llegar hace poco a la frontera con Turquía”, relató Tirana Hassan, directora del programa de Respuesta a Crisis de la organización humanitaria.

“Con las fronteras ferozmente cerradas y con Turquía establecida como el nuevo guardia fronterizo de Europa, las familias se ven obligadas a intentar entrar por rutas ilegales”, describió Hassan, que advirtió de que algunos de esos refugiados que tratan de cruzar han resultado muertos por disparos de la policía turca.

La ONU necesita un líder que sepa decir “no”

El secretario general de Amnistía Internacional (AI), Salil Shetty, afirmó en una entrevista con Efe que la persona que tome las riendas de las Naciones Unidas en enero debe ser alguien capaz de mantenerse firme ante las grandes potencias mundiales.

“Queremos a alguien con una amplia experiencia en la lucha por los derechos humanos, alguien decidido, con el coraje para plantarse ante los Estados miembros que quieren comprometer los derechos humanos”, describió Shetty, activista indio de 55 años que dirige AI desde 2010. “Ella, preferiblemente, o él, debe ser alguien capaz de levantarse y decir ‘no’. Eso es muy importante”, señaló Shetty tras presentar en Londres el informe anual de AI, que el que se subraya que la ONU y sus oficinas de protección de los derechos humanos se resintieron en 2015 de la falta de apoyo por parte de los gobiernos. Para el responsable de la organización humanitaria, “el problema con las Naciones Unidas es que son tan fuertes o tan débiles como sus miembros quieren que sean”.

La organización supranacional fue creada para “preservar a las generaciones venideras del flagelo de la guerra y para reafirmar la fe en los derechos fundamentales del hombre”, pero es ahora “más vulnerable que nunca”, señala el documento publicado por Amnistía Internacional.

Acerca del secretario general saliente de la ONU, Ban Ki-moon, que dejará el cargo en los próximos meses, Shetty afirmó que se ha visto obligado a dirigir la organización durante “uno de los periodos más difíciles de la historia de la humanidad, con la situación en Oriente Medio tras las primavera árabe”. “Creo que (a Ban) le está costando lograr un equilibrio en ese contexto”, sostuvo el responsable de Amnistía, para quien “hay dos consensos globales por los que merece crédito, el acuerdo para la agenda de desarrollo sostenible para 2030 y el acuerdo sobre el cambio climático”.

Uno de los retos que afrontará el próximo líder de las Naciones Unidas será el conflicto en Siria, en el que el papel que ha desempeñado el organismo internacional ha estado condicionado por las “políticas de los grandes jugadores”. “Siria se ha convertido en un campo de batalla en el que se enfrentan Irán y Arabia Saudí, así como Rusia y Occidente. Los civiles están atrapados en ese fuego cruzado”, analizó.

El trabajo de las organizaciones internacionales debe ir dirigido “en primer lugar, a que terminen los asesinatos de civiles y, en segundo, a permitir que pueda llegar la ayuda humanitaria a más de 400.000 personas que continúan viviendo en condiciones de sitio”, dijo Shetty.

Al abordar la respuesta europea a la crisis de los refugiados que huyen del conflicto, el responsable de Amnistía Internacional recalcó que el Viejo Continente “no ha hecho lo suficiente”. “Creo que Alemania ha ido por delante. La canciller Angela Merkel ha tomado un riesgo personal en esta situación, pero, desafortunadamente para un continente que fue fundado con los derechos humanos como valor fundamental, su respuesta no ha sido coherente, humana, ni legal”, apuntó.

El activista destacó que ha habido una amplia campaña de “desinformación” entre los europeos, que en su opinión no comprenden que “la mayoría de los refugiados sirios y de esa región están en los países vecinos y no están viniendo a Europa”. “Un millón de refugiados es un gran número desde muchos puntos de vista, pero no es un número que Europa no pueda manejar”, sostuvo.

Shetty consideró que la situación en el Mediterráneo, donde en los últimos meses han muerto miles de personas que trataban de alcanzar las costas europeas, ha mejorado gracias a “un mejor sistema de búsqueda y rescate”.

Con todo, el responsable de AI resaltó que es necesario continuar trabajando para solventar la situación en los países de donde huyen esos refugiados para evitar que el próximo verano se vuelvan a multiplicar las muertes en el mar.

1 COMENTARIO

  1. También España queda mal parada en el informe de Amnistía Internacional, a cuenta de la ley mordaza, desahucios, violencia machista y refugiados. Quo vadis, mundo?!

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